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El país|Jueves, 28 de noviembre de 2002
RUCKAUF NEGO SU VINCULACION CON DESAPARICIONES

Canciller con poca memoria

El canciller Carlos Ruckauf calificó ayer de “infundio” la denuncia que lo vincula con el secuestro y desaparición de los delegados gremiales de la automotriz Mercedes Benz durante la dictadura y aseguró que se trata de “una operación política” en su contra. Aunque Ruckauf se puso incluso en el papel de víctima de los militares y afirmó que “fue ferozmente perseguido”, los documentos de la época sostienen otra cosa. Vale recordar que un documento de la propia empresa revela que el actual canciller fue uno de los funcionarios que en el ‘75, siendo ministro de Trabajo, pidió “eliminar los elementos subversivos de las fábricas”. De hecho, el juez Rodolfo Canicoba Corral tiene, además, en sus manos una causa penal en la que figura entre los acusados por aquel caso.
“Está muy claro para cualquiera que no vea esto de mala fe, que no lo vea desde el cariz ideológico del debate de hoy, que se trata de un infundio”, explicó Ruckauf durante una conferencia que ofreció en la Casa Rosada. Después vinculó la denuncia en su contra con las “diferencias ideológicas” que mantiene con algunos sectores por su política de “dureza contra el delito” y sostuvo que ello “ha intentado ser utilizado para distorsionar el pasado”.
Ruckauf fue denunciado ante Canicoba Corral por los familiares de 14 obreros de Mercedes Benz desaparecidos en 1977. El juez aceptó la denuncia y aceptó a los familiares como querellantes en la causa, en la que también aparecen involucrados el secretario general del gremio de los mecánicos (SMATA), José Rodríguez, y varios ex jefes militares y policiales.
También la Cámara Federal de La Plata tiene, en el marco del Juicio por la Verdad, documentación que vincula a Ruckauf con la desaparición de los trabajadores de la automotriz. Uno de los más contundentes es una carta del 19 de mayo de 1976 firmada por el presidente en aquella época de la casa matriz de Mercedes Benz en Stuttgart, Hans Martin Schleyer. El texto está acompañado por un informe de la filial argentina sobre un conflicto laboral que terminó con 115 despidos en octubre del ‘75 que precisaba: “Los despidos mencionados eran pedido urgente del entonces ministro de Trabajo y de la dirección de SMATA, que ha pedido más despidos todavía. La actuación de la dirección (sic) de la empresa Mercedes Benz Argentina aclara que quería apoyar el esfuerzo del ministro de Trabajo y SMATA de eliminar elementos subversivos de las fábricas”.
El canciller declaró ante los periodistas que las acusaciones en su contra son “claramente una operación política”. Para desvincularse del caso afirmó, además, haber sido “una víctima a la que le destruyeron la vida durante la última dictadura” y aseguró que en esos años confiscaron su patrimonio, allanaron su domicilio y persiguieron a sus amigos. Si así fue, es difícil de entender cómo el mismo Ruckauf dijo a mediados de este mismo año ante un auditorio de oficiales de la Fuerza Aérea que estaba orgulloso de haber firmado el decreto de 1975 que desató la represión militar y que volvería a hacerlo “sin vacilar”.

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