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El país|Martes, 1 de diciembre de 2009
Opinión

Ninguno es iluso

Por Asociación de Familiares de Desaparecidos Judíos en Argentina

La columna de opinión del periodista Herman Schiller, publicada el viernes 27 por este diario, contiene algunas fallas mnémicas del autor y otras de ausencia de información, para quien fuera cocreador de nuestra Asociación de Familiares de Desaparecidos Judíos en Argentina.

Las familias de los judíos desaparecidos nunca terminarán de agradecer a Herman Schiller el espacio que nos brindó en el periódico Nueva Presencia, mientras se publicó. Creemos que todavía no se le brindó el suficiente reconocimiento, debido a su valentía, los riesgos corridos y la dedicación en la lucha, cuando en los aciagos momentos la mayoría de la sociedad, incluyendo las instituciones centrales, nos daba la espalda.

Pero ello no le da licencia a tratarnos con desprecio pretendiendo incluirnos en sus calificaciones sobre la dirigencia de la comunidad judía e insultar nuestra batalla, enarbolada siempre tras la bandera de la defensa de los derechos humanos y tomando como motivos esenciales la Memoria, la Verdad y la Justicia.

No somos los únicos familiares judíos. Hay otros que, sin coincidir con nosotros, realizan sus luchas de manera distinta y en campos diferentes. Sus modalidades son tan respetables como lo son las nuestras. En este camino nadie es dueño de las certezas absolutas.

En cuanto al Estado de Israel, éste realizó un acto de revisión y contrición respecto de sus actitudes para con los familiares de los desaparecidos durante la dictadura y después de ella, en una reunión especial dedicada al tema en la que nos hicimos presentes. La Comisión Interministerial Israelí tiene elaborados tópicos no mencionados en la columna de Schiller, que incluyen aquellos planteados en nuestros testimonios y para los cuales exigimos su cumplimiento. A quien le interese, puede consultar la página web de la Comisión para informarse. Fuimos nosotros los que exigimos que la AMIA hiciera su acto de arrepentimiento, reivindicando la lucha de nuestros hijos y respetando sus memorias. Eso no significa que la tarea haya concluido. La AMIA y la DAIA aún deben elaborar un documento historiográfico serio, que dé cuenta con nombres y apellidos del doloroso silencio durante el nefasto período de la dictadura. No nos satisface lo que hasta ahora publicaron. En un artículo de este diario, el rabino Daniel Goldman indicó que “asumir con valentía las responsabilidades y no trasladarlas a las generaciones futuras es percibir el papel que la verdad juega en nuestras vidas”.

También queremos recordarle a Schiller que en diciembre de 2004 se inauguró un altorrelieve en memoria de los desaparecidos judíos en la plaza seca del edificio de la AMIA, obra realizada por la artista Sara Brodsky, una de nuestras madres. Dicho acto contó con la presencia del presidente Néstor Kirchner y de Cristina Fernández. A partir de ese año, en ese lugar, periódicamente se rinde homenaje a nuestros hijos. Vale aclarar que no es la AMIA la que organiza el acto, sino nuestra Asociación en el predio de la mutual. La AMIA nos asiste con la infraestructura funcional y su importante colaboración comprometida.

Nos llama la atención que el periodista aparentemente nos acuse de acercamos al poder político y económico para refugiarnos en él a cambio de “blanquear” situaciones, porque ¿no suena a desvarío imputar algún grado de corrupción al hecho de querer reivindicar los sueños y las utopías de nuestros hijos, justamente en un predio que sufrió un atentado? ¿De qué lucro económico podría supuestamente estar hablando, y a qué poder se refiere? Parece que Schiller olvida que hemos perdido lo mejor de nosotros, y que todavía los extrañamos. Parece que Schiller borra de su memoria la incansable lucha que llevamos desde hace más de 30 años.

A esta dirigencia, así como a las anteriores, le requerimos que comparta nuestro dolor, que comprenda nuestra batalla y el malestar que nos provoca la mucha indiferencia que todavía existe sobre el tema en el seno de la comunidad. Ahora podemos hacer estos actos, ya que algunos estratos de esta dirigencia (no todos) participan de nuestro padecimiento. Valga la diferencia. Si desde sus posiciones comunitarias comparten el espacio, no nos interesa que alguien crea que sea una actitud tibia, descarada y desfachatada, porque en verdad, nada alcanza para homenajear a nuestros jóvenes.

Hemos gastado bastante suela de zapatos en esta senda. Somos grandes, Herman, pero ninguno es iluso. Recordamos quiénes nos acompañan todo el tiempo, sabemos detectar a los oportunistas y reconocemos a los reaccionarios de siempre, golpistas que hoy se disfrazan de republicanos exigiendo seguridad. Quédese tranquilo Schiller, porque con estos últimos no estamos dispuestos a compartir absolutamente nada. Amerita finalmente madurar en la reflexión, amigo. Pobre de aquel que confunde el pasado con el presente.

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