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El país|Miércoles, 16 de diciembre de 2009
Macri respaldó a su ministro de Educación y hasta mintió al decir que no “trabajó durante la dictadura”

“Posse no hizo apología antidemocrática”

Desde Copenhague, el jefe de Gobierno porteño se mostró inmune a la andanada de críticas que cuestionaron a Posse. Apeló al discurso PRO porque “buscamos soluciones no enganchándonos en dar debates con fantasmas del pasado”.

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El viernes pasado, Abel Posse fue ungido ministro de Educación por Mauricio Macri.

Mauricio Macri salió a defender a Abel Posse desde Copenhague. Ante los pedidos de renuncia formulados desde la oposición porteña, el jefe de Gobierno de la ciudad ratificó a su ministro de Educación, mientras participaba de la Cumbre sobre Cambio Climático que se realiza en Dinamarca. Lo sorprendente no fue que el tema lo siguiera al otro lado del océano, sino que Macri apelara para su defensa a argumentos conocidamente falsos. “Posse no trabajó en la dictadura y no hizo ningún tipo de apología antidemocrática”, aseveró, aunque no es ningún secreto que Posse realizó gran parte de su carrera diplomática durante la dictadura. El ministro denostó el “trotskoleninismo” del Gobierno que “demolió” las instituciones militares y la policía “vengándose” por los ’70. Gremios y organizaciones sociales lanzarán hoy una campaña por la remoción del ministro.

Con ese objetivo, instalarán mesas de difusión en las avenidas de Mayo y Rivadavia, desde la Plaza de Mayo hasta Primera Junta, y el viernes realizarán un acto en la sede del sindicato docente Ctera. La campaña estará motorizada por la Unión de Trabajadores de la Educación, el principal gremio de los maestros porteños, con el apoyo de organizaciones estudiantiles, barriales, centros culturales y partidos políticos (ver aparte).

Macri fue entrevistado por Radio 10, ante la que descartó de manera tajante que haya pensado en remover a Posse. En ese sentido, dijo no saber “de dónde salió” la noticia de que la continuidad del ministro había quedado “en observación” por la columna que publicó en La Nación, en la que Posse defendió la actuación de las Fuerzas Armadas durante la dictadura.

“No me hago cargo, no sé de dónde salió”, desmintió Macri que, de todas formas, no logró ocultar su malestar por el hecho de que Posse haya dejado ver de una manera tan cruda su perfil ideológico. “Con el ministro hemos hablado de lo que pretendemos. Yo se lo dije: el PRO es un espacio pragmático, que convoca a gente que nunca hizo política, a gente de distintos partidos, buscando soluciones, no enganchándonos en dar debates con fantasmas del pasado porque no contribuye para nada”, señaló, sugiriendo que el maquillaje que más le gusta para sus colaboradores es el de apolíticos con buena onda. Más adelante en la entrevista, Macri reiteró que le pidió al nuevo ministro que a partir de ahora se “centre” en el trabajo en el área de Educación.

Consultado concretamente sobre si suscribía lo que Posse sostuvo en la columna “Criminalidad y cobardía”, en la que habló de “los guerrilleros que rodean a los K”, pidió más poder para la policía y habló del “vandalismo piquetero”, Macri hizo malabarismos para apoyarlo sin crearse nuevos problemas. Se enfocó en las protestas callejeras y la seguridad: “Las cárceles con puertas giratorias son ese tipo de locura que tiene que parar”, declaró; “el sistema así no puede funcionar; el sistema penal tiene que funcionar, la policía tiene que estar respaldada por el sistema penal y por un buen presupuesto”.

En cuanto a los dichos de Macri sobre que Posse “no trabajó en la dictadura”, su currículum se ha publicado en estos días: el nuevo ministro empezó su carrera diplomática en los ’70, designado por la dictadura del general Alejandro Agustín Lanusse, que lo mandó al Consulado argentino en Venecia. En el ’76, luego del golpe de Estado de Jorge Rafael Videla, los militares lo ratificaron en el cargo. En 1981 asumió en el Centro de la Cultura en París, donde se desempeñó hasta el ’85. Posse se hizo más tarde conocido en España, aunque no en su cariz de diplomático sino por haber criticado a Baltasar Garzón por haber abierto juicios contra represores argentinos que no eran juzgados en la Argentina.

El paso en falso del jefe de Gobierno porteño generó nuevas repercusiones. Francisco “Tito” Nenna, ex secretario general de los docentes de UTE y actual legislador kirchnerista, señaló que a Macri “le falta Educación Cívica. Si lo que escribió Posse (en la columna de La Nación) no es apología antidemocrática, ¿por qué Luciano Benjamín Menéndez lo parafraseó en el juicio por crímenes de lesa humanidad?”, se preguntó además. La Asociación Argentina de Actores calificó de “vergonzoso” que haya asumido en el Ministerio de Educación porteño “un procesista, sostenedor de la represión militar y apologista del terrorismo de Estado”. El diputado Juan Carlos Dante Gullo repudió la designación y advirtió sobre “las consecuencias que puede traer aparejada en la formación de nuestros niños y jóvenes”, mientras que la legisladora porteña María José Lubertino consideró que Macri “no aprendió nada después de lo sucedido con Osvaldo Chamorro y el Fino Palacios”.

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