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El país|Miércoles, 4 de diciembre de 2002

Solá augura “pedidos de alimentos muy fuertes” para antes del 20

El gobernador bonaerense descartó que vayan a producirse saqueos aunque sugirió que habrá tensión social. Anunció que los comedores escolares de su provincia seguirán abiertos en verano.

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El gobernador Felipe Solá cree que, finalmente, no se reproducirán los sucesos del año pasado.
“No se va a esperar hasta el 19 o el 20. Si pasa algo va a ser antes”, pronosticó ayer el gobernador Felipe Solá, en referencia a los rumores sobre saqueos que circularon la semana pasada. Durante una visita a la Legislatura, en La Plata, Solá descartó que se vayan a producir robos a comercios, aunque admitió que en los próximos días “va a haber un muy fuerte pedido de alimentos, tanto al sector privado como al sector público”. Atento a lo que sucede en el conurbano, Solá convocó a sus ministros para “reforzar la política social de la provincia”.
La idea es fortalecer la asistencia social, y para eso, el director de Escuelas, Mario Oporto, anunció ayer que “los comedores escolares de la provincia permanecerán abiertos durante el verano”. Una decisión que, si se cumpliera, podría alejar el fantasma que tanto obsesiona al Gobierno.
Durante su visita a la Legislatura, Solá se mostró confiado en que no se producirán los saqueos tan temidos. “La gente y las organizaciones están prevenidos y nosotros como gobierno provincial también”, remarcó para fundamentar su optimismo. Después, cuando lo consultaron por las denuncias de los piqueteros, que acusaron al menemismo de instigar los saqueos, Solá advirtió que “hay una fuerte acción psicológica”. “Diciembre va a marcar si caemos de nuevo en la confusión y en situaciones que generan mucho dolor, o podemos mostrar que se puede construir una Argentina distinta, a partir de la pacificación y la solidaridad”, agregó.
Luego de pronunciarse sobre el tema, ante los periodistas, el gobernador se reunió con todo el gobierno provincial, para preparar un “monitoreo permanente” de la situación social. Así demostró su preocupación que, más allá de los discursos, se demuestra en todos los movimientos de su gestión. Ayer, por lo pronto, Solá encabezó una reunión, en la sede porteña del Banco Provincia, con varios de sus ministros. Estaban Oporto, Mariano West (Trabajo y Desarrollo Humano) e Ismael Passaglia (Salud). En ese encuentro, se confirmaron los planes de asistencia existentes -reparto de leche, entrega de medicamentos– y se decidió que los comedores escolares se mantengan abiertos durante el verano.
“Desde el 16 de diciembre hasta el 28 de febrero de 2003 las escuelas recibirán en sus comedores a los alumnos que tengan necesidades alimentarias que no pueden resolverse en sus entornos familiares”, anunció Oporto tras la reunión. La decisión deberá cotejarse en la realidad, ya que en los últimos dos años muchas escuelas denunciaron que los insumos de los comedores llegaban con retraso y, a veces, ni siquiera alcanzaban. Sobre ese tema, precisamente, conversó Solá con un grupo de intendentes de la primera sección electoral, del noroeste del conurbano, y de la tercera, que corresponde al sur. Asistieron Alberto Descalzo (Ituzaingó), Hugo Curto (Tres de Febrero), Alberto Del Negro (Berazategui), y los jefes comunales de Ensenada, Las Heras y San Fernando.
Mientras el gobernador se ocupaba de las políticas sociales –aunque también analizó los temas de seguridad–, el ministro de Seguridad, Juan Pablo Cafiero continuó con su labor de supervisión del territorio. El lunes pasado, Cafiero se encontró con su par nacional, el ministro de Justicia Juan José Alvarez, y el segundo de la cartera, Alberto Iribarne. Analizaron la coordinación de las fuerzas de seguridad y hablaron, obviamente, de las declaraciones que había realizado el entonces subsecretario de Seguridad, Carlos Vilas. Allí se decidió, también, el pedido de renuncia para el ahora ex funcionario. El raíd de Cafiero continuó ese mismo lunes a la noche: se reunió con el intendente de Morón, Martín Sabbatella, para analizar el intento de saqueo en el Palomar.
En todas las gestiones, y en los diálogos posteriores con la prensa, los funcionarios de Nación y provincia esgrimieron el mismo argumento. Ayer, un alto funcionario de Seguridad lo repitió ante Página/12. “El clima general es distinto a la atmósfera social del 2001. Hay condiciones objetivas que muestran que no hay un grado de conflictividad como el del año pasado. Hay un gobierno más sólido, mejor las variables económicas, y está el Plan Jefes y Jefas de Hogar.” Habrá que ver si con eso alcanza.

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