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El país|Jueves, 7 de enero de 2010
El Gobierno asegura que Redrado quedó fuera del BCRA, pero el funcionario no se quiere ir del despacho de presidente

Otro voto “no positivo” se juega en el Central

Martín Redrado había recibido el informe que solicitó a Asuntos Legales del BC, que avaló el Fondo que garantiza el pago de parte de la deuda con reservas. Pero lo desconoció y continuó su campaña en contra de esa medida. Entonces Cristina Fernández decidió desplazarlo.

Por Cristian Carrillo
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Martín Redrado, presidente del Banco Central, habría incumplido “los deberes de funcionario público”, según Aníbal Fernández.

El Gobierno renunció al presidente del Banco Central, Martín Redrado, por dilatar el traspaso de las reservas excedentes para la creación del Fondo del Bicentenario. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, afirmó que se le aceptó la renuncia que en su momento había presentado sobre la base de que Redrado no acató las instrucciones recibidas de la presidenta Cristina Fernández, lo que representaría un “incumplimiento en los deberes de funcionario público”. Esto estaría respaldado en que Redrado había recibido anteayer respuesta del Departamento de Asuntos Legales del BC, comunicado que avalaba esa medida. Sin embargo, el titular del Central desconoció el dictamen del gerente principal de Asuntos Legales, Marcos Eduardo Moiseeff, asegurando que todavía no contaba con el respaldo jurídico para ceder los 6569 millones de dólares que implica la constitución de ese Fondo. Redrado aseguró que no dejará su puesto, salvo que sea por los canales parlamentarios correspondientes. En el Gobierno amenazaron con ir a la Justicia, aunque la estrategia será quitarle todas las facultades que le fueron delegadas y reglamentar el funcionamiento de la entidad a través de su Directorio, donde el oficialismo tiene mayoría.

Desde que se anunció la creación del Fondo, para garantizar y pagar gran parte de los vencimientos de deuda de este año, el titular del Central interpuso varias objeciones a su implementación. No bien se difundió el decreto, lo envió a su Departamento de Legales y al buffet de abogados en Nueva York que atiende los asuntos de Argentina para que lo examinen y decidan si dejaba abierta la puerta a nuevos amparos de embargo por parte de los fondos buitres. Pero lo que más molestó en el Gobierno fue la operación mediática que Redrado montó en torno de ese procedimiento de cobertura legal. “El inventó este escenario. Se iba a ir tristemente en septiembre próximo y prefirió alejarse a lo Cobos”, aseguró una alta fuente gubernamental. Según reconocen, lo que más fastidió a la Presidenta es que “haya manifestado sus diferencias por vía mediática”. “El puso el tema en los medios”, insistió la fuente.

La otra provocación que impactó en la Casa Rosada fue el anuncio que hizo del encuentro que iba a mantener con diputados de la oposición. Redrado recibió ayer al presidente de la Unión Cívica Radical, Ernesto Sanz, y al titular del bloque de senadores de esa fuerza, Gerardo Morales. Voceros de la autoridad monetaria explicaron a Página/12 que la reunión “fue pedida por los legisladores para presentarle el amparo que llevan adelante por la creación del Fondo”. Minutos antes de esta reunión, recibió un llamado telefónico del jefe de Gabinete comunicándole que para el Gobierno estaba renunciado, previo a que lo hiciera público. Inmediatamente, con la ayuda de las cámaras de televisión, se conformó una pequeña manifestación en apoyo al banquero, con los diputados opositores incluidos. “Habiendo recibido instrucciones precisas respecto de la normativa (del traspaso de las reservas) no las está cumpliendo y esa es una falta de deberes de un funcionario público”, señaló Aníbal Fernández. Reveló que “el Departamento de Legales del Banco Central ya le ha dicho que la tiene que cumplir, porque está incurriendo en falta”. Ese departamento había elevado al Directorio del Central la respuesta a la consulta sobre el alcance del decreto (ver aparte).

De acuerdo con ese documento, al que accedió este diario, la medida “es sumamente clara al referirse a la vigencia” de la operación. El texto asegura que, si bien existe la posibilidad de que el Congreso lo revoque, “quedan a salvo los derechos adquiridos durante su vigencia”. De esta manera, el Departamento de Asuntos Legales del Central autorizaba al organismo a hacer la operación, ya que “los DNU tienen fuerza de ley hasta tanto” no exista dicho rechazo. Al ser consultado por este diario, fuentes del Central aseguraron desconocer ese dictamen interno.

El jefe de Gabinete manifestó que espera que Redrado “recapacite y se dé cuenta de lo que está pasando”, y abandone el despacho principal del Central. Sin embargo, Redrado adelantó que cumplirá con su mandato. Para la remoción de un director o presidente de la autoridad monetaria el Ejecutivo debe presentar una causa para justificar la remoción, que luego se eleva al Senado. Una comisión bicameral, presidida por el titular del Senado (Julio Cobos), emite un dictamen que no es vinculante, y después el Ejecutivo firma un decreto con la destitución del directivo. En el Gobierno se manifiestan confiados en que no será necesario ese proceso porque “terminará renunciando”. De lo contrario, prevén como estrategia apelar al resto de los directores del organismo. La carta principal que muestran en la Rosada es el apoyo que le quitaron algunos de sus aliados. El caso más emblemático es el del titular de Adeba, Jorge Brito, quien opinó que tiene que renunciar para “contribuir a la estabilidad” del país. A las 18.10 de ayer Redrado intentó comunicarse con el jefe de Gabinete, pero Fernández le mandó a responder que “el Gobierno no tiene nada que hablar con él”.

Un colaborador cercano a Redrado aseguró a este diario que nunca presentó “formal ni informalmente” su renuncia a la Presidenta, tal como afirmó el jefe de Gabinete. En cambio, el ministro de Economía, Amado Boudou, aseguró a Página/12 haber escuchado de boca de él la puesta a disposición de Cristina Fernández su renuncia. “Se lo dijo en varias oportunidades, incluso en presencia de Sergio Massa cuando era jefe de Gabinete”, informó Boudou, quien subrayó: “Cuando la Presidenta te deja de tener confianza, uno tiene que irse”. El ministro confirmó también a Mario Blejer como el próximo presidente del Central, cuando termine la rebeldía de Redrado.

El titular del Palacio de Hacienda recordó que Redrado, a pesar de haber planteado sus objeciones, participó en el diseño del “Fondo para pagar deudas financieras”. “Incluso habíamos hablado de hacerlo parcialmente, con licitaciones pausadas, precisando cada monto de deuda a rescatar y retirando las reservas correspondientes. En definitiva, hacerlo parcialmente”, comentó. Ambos coincidían en la necesidad de salir en el corto plazo a los mercados voluntarios de crédito, pero la diferencia radicaba en que Redrado quería hacerlo “a cualquier tasa”. “Yo, en cambio, creo que hay a que seguir todos los pasos para conseguir una tasa razonable”, señaló. La reapertura del canje y la conformación del Fondo del Bicentenario son pensadas por Boudou como “un todo”. “El (Redrado) estaba demasiado ansioso por salir al mercado y no es una diferencia menor a qué tasa”, agregó.

El ministro opinó que los argumentos expuestos por el titular del BC son “falaces y dilatorios”. “No existen argumentos económicos en contra de esta iniciativa”, agregó. Respecto de la posibilidad de que los fondos buitre decidan arremeter con embargos sobre las reservas, aseguro que “por el contrario, el Fondo del Bicentenario era una medida para fortalecer el canje, dar más certezas, bajar el riesgo y mejorar las condiciones objetivas del mercado”.

Mientras conversaba con Pági-naI12, el ministro monitoreaba por pantalla el “minuto a minuto” del mercado. “Imaginemos lo que sería con un gobierno que no tiene política ni capacidad ni gestión, una situación de este tipo”, interrumpió la charla. “Sin embargo, el Central volvió a aumentar las reservas en 50 millones de dólares y se mantuvo el tipo de cambio, y con el piloto automático en el Banco Central”, agregó. El funcionario aseguró que en un momento del día hubo una presión a la baja de los títulos públicos, sin embargo se revirtió sobre el final. Ingresaron operaciones desde Nueva York y desde Londres, que hicieron subir los bonos al final, y quedaron sin procesar operaciones compradoras que quedaron para mañana (por hoy). Boudou aseguro que “los grandes inversores compraron bonos argentinos en forma agresiva y no van operar contra ellos mismos por este momento de tensión”. “Acá (al ministerio) no llamó nadie por Redrado; ni el Tesoro de Estados Unidos, ni Basilea, ni Brito, ni el G-20”, ironizó.

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