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El país|Viernes, 29 de enero de 2010
LOS MOTIVOS POR LOS QUE DESPIDIERON A GUGLIELMINO

Cuestión de confianza

El ex procurador del Tesoro no habló. En su entorno admitieron que había perdido la confianza de CFK por su rol en Tribunales durante el conflicto por, uso de las reservas. Rossi y Boudou lo negaron.

Por Irina Hauser
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El ahora ex procurador del Tesoro Osvaldo Guglielmino declaró el miércoles en el Congreso.

“La Presidenta le perdió la confianza, creía que jugaba más para el Poder Judicial que para el Gobierno.” Así explicó la salida de Osvaldo Guglielmino, ahora ex procurador del Tesoro, un estrecho colaborador suyo. La propia Cristina Kirchner le hizo saber que esperaba que diera un paso al costado, según el relato que compartió Guglielmino con su círculo más cercano. Una sucesión de desavenencias en el conflicto judicial en torno del Banco Central, en el que la Casa Rosada recibió sólo noticias adversas desde Tribunales, se habrían convertido en el disparador de la renuncia. Sin embargo, el titular del bloque de Diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, salió ayer a decir que al ex funcionario no lo echaron sino que se fue por decisión propia. El ministro de Economía, Amado Boudou, despegó la decisión de su performance en la pelea por las reservas.

Un pasado como juez en lo contencioso administrativo, como lo fue Guglielmino, podría leerse como una posible ventaja para un procurador del Tesoro, jefe de los abogados del Gobierno. El fuero contencioso es el que aglutina las causas de todo tipo contra el Estado. Al ex funcionario, todo hace pensar, la familiaridad le terminó jugando en contra, o ubicándolo en situaciones incómodas: desde tener que batallar para que la Cámara aceptara la apelación del Poder Ejecutivo durante un fin de semana hasta denunciar penalmente, contra su voluntad, a la jueza María José Sarmiento, con quien tiene una muy buena relación de larga data.

Guglielmino diseñó parte de la ingeniería judicial para intentar revertir las medidas cautelares con las que Sarmiento bloqueó el Fondo del Bicentenario y repuso a Martín Redrado al frente del BCRA, pero algunos reproches que le susurraban desde el oficialismo eran previos, precisamente por no haber previsto o logrado frenar ese escenario adverso. También hubo cortocircuitos internos por la presentación que la Corte Suprema le requirió al Estado por la demanda iniciada por la provincia de San Luis contra el Fondo del Bicentenario.

Con los primeros camaristas de turno en la feria, el ex procurador llegó a acordar una salida política que naufragó por una movida del jefe de los diputados del macrismo, Federico Pinedo, que dejó al tribunal con un solo juez, impedido de actuar. Cuando el tema llegó la semana pasada a las camaristas Clara Do Pico y Marta Herrera, Guglielmino ya casi ni aparecía por Tribunales. A Do Pico también la conocía de sus tiempos de toga. El tribunal notificó la decisión de mantener congelados los fondos del Central a los funcionarios de la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia, que conduce Carlos Zannini.

Cuando asumió en la Procuración, en 2004, Guglielmino se definió como un funcionario independiente, a quien el Ejecutivo respetaría como tal. En esa época incluso concursaba para ser camarista y llegó a estar segundo, pero el proceso tuvo varios cuestionamientos y él –ya en la función pública– al final renunció al certamen. Su función como procurador tenía plazo fijo como cualquier cargo político. Pero los hechos de las últimas semanas le costaron una pérdida de confianza de la Presidenta, que él parece haber asumido con cierta resignación, pero con alguna cuota de alivio, según transmitió a sus allegados.

Uno de sus colaboradores relató a Página/12 que el pedido de renuncia de Cristina Kirchner se lo hizo saber primero Zannini y luego también cuando se reunió con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Mientras tanto circulaban versiones que desde el Gobierno le adjudicaban críticas y le señalaban contradicciones en su exposición ante la Comisión Bicameral que analiza el decreto de necesidad y urgencia que desplazó a Redrado de la presidencia del BCRA.

Boudou trató ayer de desligar la salida de Guglielmino de la pelea alrededor del Central y Redrado. “Cada funcionario tiene su tiempo y su momento, nada es ‘monocausal’. No creo que (el desplazamiento) tenga que ver con este hecho puntual”, planteó. El ministro incluso buscó liberarlo de responsabilidad. “Se trabajó en una estrategia y hubo cuestiones sorpresivas, como la actuación de la jueza María José Sarmiento (en lo Contencioso Administrativo que tomó medidas en contra del gobierno con una velocidad sin precedentes”, dijo.

Rossi, por su lado, señaló: “Las versiones son las versiones y los hechos son los hechos, y Guglielmino renunció”. Agregó que “casi con seguridad no tiene nada que ver la declaración de Guglielmino ante la bicameral”.

La aceptación de la renuncia del ex procurador, que esgrimió “razones personales”, fue publicada en el Boletín Oficial, en un decreto que lo despide en buenos términos: “Agradécense al funcionario renunciante los valiosos servicios prestados en el desempeño de su cargo”.

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