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El país|Sábado, 6 de marzo de 2010
Federico Faggionatto Márquez quedó muy cerca de su destitución

Un juez que está contra las cuerdas

En su alegato final en el jury contra el magistrado, el senador radical Ernesto Sanz y el titular del Consejo de la Magistratura, Luis Cabral, pidieron que sea removido por “mal desempeño”. “Soy total y absolutamente inocente”, se defendió Faggionatto.

Por Irina Hauser
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Al juez federal de Zárate-Campana se le imputan cinco cargos.

Entre acusaciones de haber firmado decisiones “antojadizas”, resoluciones “arbitrarias”, “paralizar” causas, mantener una “situación caótica” en su juzgado y “desconocer el derecho”, el juez federal de Zárate-Campana Federico Faggionatto Márquez quedó muy cerca de su destitución. Durante el alegato ante el jury que lleva adelante el juicio político, el presidente del Consejo de la Magistratura, Luis Cabral, y el senador radical Ernesto Sanz expusieron –en su papel de fiscales– cinco cargos y un sinfín de irregularidades que, a su entender, demuestran que Faggionatto “es un mal juez”, como lo definieron más de una vez a lo largo de su exposición, que culminó en un pedido para que sea removido por “mal desempeño”. Igual que en las películas, las últimas palabras del magistrado fueron: “Soy total y absolutamente inocente”. Su abogado atribuyó el enjuiciamiento a “una interna judicial”. La sentencia se conocerá el 25 de marzo.

“Hemos acreditado que Faggionatto Márquez ha intervenido en las causas en las que él tenía interés manipulándolas en su favor, o a favor de terceros, cuando era él mismo el acusado o las personas investigadas eran policías; además de que tenía una conducción caótica de su juzgado, incurrió en demoras excesivas y hasta en el desvío de una cosecha de soja”, enumeró a Página/12 Cabral. Durante una exposición de casi dos horas, Cabral detalló cada caso de la imputación y destacó el testimonio que hace dos semanas dio el ex ministro de Seguridad bonaerense León Arslanian, quien acusó al juez de Campana de haber hecho “fracasar investigaciones criminales complejas”, de haber operado con “un grupo de policías malos” y armado “procesos amañados contra policías decentes”.

Ante una sala colmada con mayoría de empleados del Consejo y cara a cara con Faggionatto, Sanz se despachó: “No dudamos de la buena voluntad de la llegada del juez Federico Faggionatto Márquez al Juzgado Federal de Campana cuando se hizo cargo, pero en algún momento hubo un click, un cambio que sólo él sabrá cuál es. Podría ser la ‘maldita policía’, como en algún momento fue ‘bautizada’ la Policía Bonaerense, de la mano de los malos policías”. En un juicio común, añadió: “ante la duda, la ley está a favor del acusado”; en cambio, en el jury a un juez –advirtió–, “ante la duda, la ley se vuelca hacia la sociedad y la obligación es la destitución del magistrado”. Sanz reprochó que los jueces con múltiples competencias (algo común en las provincias) “se creen virreyes” y “eso no puede sostenerse”.

El abogado defensor, Marcelo Brito –abogado también de la familia de Nora Dalmasso–, dijo que la acusación responde a un “enfrentamiento” con el defensor oficial Alberto Carrara, a quien calificó de “mentiroso”, y los fiscales de distrito. Argumentó que Faggionatto había tocado “intereses importantísimos”, como cuando citó a indagatoria a Francisco de Narváez en la causa de la efedrina en medio de la campaña electoral. “Esto no termina acá, en este juicio, la historia todavía nos va a entregar mucho más”, dejó picando con aire enigmático. “Cuidado con construir monstruos que terminen devorándolos”, advirtió. Cuando terminó de hablar, se oyeron los aplausos solitarios de cuatro o cinco acompañantes. Faggionatto optó por hablar poco y proclamarse inocente. “No hay absolutamente ningún elemento que pruebe que sea verdad la acusación”, se plantó. Defendió su performance en la causa de la ruta de la efedrina y justificó su exposición pública en “que amenazaron a mi familia y estuve en peligro”.

La carrera de Faggionatto como juez comenzó en 2001, cuando lo nombró Fernando de la Rúa. El juzgado que manejó en este tiempo es poderoso, con jurisdicción sobre la Aduana y el puerto. Tuvo expedientes contra políticos de todos los signos. Además de la ruta de la efedrina, investigaba –por ejemplo– la quema de pastizales en tierra bonaerense. Una causa en su poder inquietaba al Gobierno: la de las escuchas clandestinas de la SIDE en Garín. En el Consejo llegó a tener 34 expedientes abiertos.

El jury dictará sentencia el 25 de este mes. Para la destitución hacen falta los votos de dos tercios de sus siete miembros. Al tribunal lo componen el camarista Juan Facundo Giúdice Bravo –que lo preside–, los senadores Marina Riofrío (FpV-San Juan) y Juan Marino (UCR-La Pampa), los diputados Juan Irrazábal (FpV-Misiones) y Rubén Lanceta (UCR-Buenos Aires), el juez Jorge Villada y el abogado Daniel Medah.

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