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El país|Jueves, 25 de marzo de 2010
Partidos y organizaciones opositores realizaron su propia manifestación

Otro acto a la izquierda de la Plaza

El Encuentro por la Memoria, la Verdad y la Justicia marchó desde el Congreso y se manifestó a un costado de la Plaza de Mayo. Hubo críticas al Gobierno por “pretender monopolizar” la manifestación. Reclamaron “no a la impunidad de ayer y de hoy”.

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La izquierda reclamó “la no criminalización de las luchas” y “que no se pague la deuda”.

Habían pasado pocos minutos de las tres de la tarde cuando las columnas comenzaron a formarse sobre la plaza del Congreso. Frente al Parlamento se alzaron las primeras banderas que hacían de faro para acercar a los que iban llegando. El Encuentro por la Memoria, la Verdad y la Justicia –que nuclea más de sesenta partidos de izquierda, movimientos de base y organizaciones de derechos humanos, y que ayer marchó con el apoyo de sectores de la CTA y el Servicio de Paz y Justicia, encabezado por el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel– realizó su propia convocatoria para recordar un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976. Aunque hicieron un breve acto por su cuenta sobre el acoplado de un camión, a pocos metros de Plaza de Mayo, en el que no ahorraron críticas al gobierno nacional, finalmente terminaron fundidos con la multitud que asistió al acto principal, en una sola gran conmemoración de la fecha.

Los límites de dónde comenzaba una convocatoria y terminaba la otra nunca estuvieron muy claros, y entre las grandes banderas rojas del Partido Obrero, el MST, el PTS, el PCR y el MAS se colaban estandartes, más pequeños y coloridos, pertenecientes a centros de estudiantes y organizaciones barriales. Si bien la mayoría de la manifestación avanzaba en forma irregular, mezclada entre la gente que concurrió por su cuenta, algunas columnas, como la del Movimiento Territorial de Liberación y la del Movimiento Teresa Rodríguez, marchaban en formación, rodeadas de un cordón de seguridad.

La asistencia, aunque menor a la que convocó el acto de Madres y Abuelas, fue numerosa, y mientras la serpentina humana llegaba a la Plaza de Mayo bajando por Diagonal Norte, los grupos más rezagados todavía avanzaban por la Avenida 9 de Julio. En el medio había quedado atrapado entre manifestantes un micro de dos pisos descapotado que hacía un city tour para extranjeros: algunos turistas parecían atemorizados, otros retrataban la escena con sus cámaras de fotos. El blanco predilecto de los flashes era un auto disfrazado de tanque con un cartel que decía “Propiedad privada” y era custodiado por seis chicas vestidas de fajina y con bigotes tipo Hitler (¿o Macri?) pintados en la cara.

Viejos militantes, muchos estudiantes secundarios y universitarios y bastantes familias con chicos conformaban el grueso de la multitud. También había curiosos –en su mayoría turistas– que eran bienvenidos a sumarse a las filas: cuatro muchachas atractivas con sus pecheras coloradas le explicaban en rudimentario inglés a un contingente de gringos de qué se trataba la marcha, bajo un cartel que exigía “Fuera yanquis de Irak”. Es que las consignas en las pancartas y los cantos no se limitaban a recordar el aniversario del golpe, los 30 mil desaparecidos o a pedir por la aparición con vida de Jorge Julio López y Luciano Arruga, sino que también versaban sobre la situación en Medio Oriente o el reclamo a Inglaterra por la soberanía de las Islas Malvinas.

No sólo formularon críticas al gobierno nacional por su política económica y una supuesta complicidad con la dictadura sino también por “pretender monopolizar la Plaza de Mayo” para la jornada de ayer, tal como manifestó la dirigente Vilma Ripoll, del MST, que calificó la actitud oficial como “una provocación”. Por la mañana, en una entrevista radial, Ripoll había apuntado contra la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, a quien acusó de “recortar el derecho de los demás” para organizar su acto. En el mismo sentido se manifestó Néstor Pitrola, del Polo Obrero, que festejó que “el kirchnerismo no pudo evitar un 24 de marzo de lucha” y que “fracasó en el intento de copar la Plaza y convertir al 24 de marzo en un acto oficial”.

Según denunciaron desde el Encuentro por la Memoria, la Verdad y la Justicia, en febrero se había llegado a un acuerdo con el Gobierno y otros organismos de derechos humanos para posponer el acto oficial hasta las siete de la tarde y así darle la posibilidad a esta columna de leer el documento que prepararon, como todos los años, en el escenario de Plaza de Mayo, pero ese trato se rompió en los últimos días. Las autoridades del Encuentro adjudicaron esa decisión al contenido opositor del texto, que finalmente fue difundido desde el acoplado de un camión a un costado de la Plaza. Bajo el título de “No a la impunidad de ayer y de hoy”, se leyó una serie de reclamos al Gobierno que incluyen “cárcel común para todos los genocidas”, “aparición con vida de Jorge Julio López y Luciano Arruga”, “cese de la criminalización de las luchas”, “fin de la inflación y los despidos” y “que no se pague la deuda externa”.

Informe: Nicolás Lantos.

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