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El país|Lunes, 29 de marzo de 2010
Pese a que Cobos desmintió su postulación, su entorno define una agenda pensando en las presidenciales

Construyendo la imagen “Cleto 2011”

Ante la caída de su figura y la resistencia de parte de la UCR, el vice resolvió con sus aliados crear “un grupo de acción política” para fortalecer su candidatura. Los primeros objetivos son las elecciones internas en Buenos Aires y en Capital.

Por Sebastian Abrevaya
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En los planes de Cobos no figura abandonar la vicepresidencia; sus asesores le recomiendan seguir.

Julio Cobos tropezó rápidamente con su nueva realidad política: todavía no arrancó a pleno la actividad en el Senado y ya sufrió un revés judicial, cuestionamientos de oficialistas y opositores, y el desgaste de su imagen pública. En consecuencia, los sectores del radicalismo orgánico que se vienen resistiendo a encolumnarse detrás de su figura ahora apuestan más que nunca a levantar otros candidatos como Ricardo Alfonsín o Ernesto Sanz, que se consolidan como sus eventuales competidores. Consciente de que sus contradicciones institucionales y la paridad de fuerzas en la Cámara alta le auguran un difícil camino, el vice decidió no perder tiempo y organizó una cumbre con sus dirigentes y aliados: definieron “establecer un grupo de acción política que vaya construyendo la candidatura de Cobos para 2011”.

Fueron dos reuniones que encabezó el mendocino, el jueves último y el anterior, y sirvieron para sellar su alianza con los sectores “históricos” del radicalismo con los que se había asociado el año pasado para doblegar la resistencia interna en la distribución de cargos partidarios y en los bloques legislativos. Ahora, con los miembros de la ex Coordinadora en pleno, los radicales orgánicos adherentes a su candidatura y su grupo de ex radicales K, Cobos trabajará para armar una base de sustento más sólida para su candidatura, que no sea sólo su volátil imagen pública.

Dos fuentes que participaron de aquellas reuniones aseguraron a Página/12 que, si bien aún no está definida, la agenda consistirá en reuniones con empresarios y gremialistas, además de las habituales visitas del vice, enmascaradas como “institucionales”. Para seguir avanzando, Cobos volverá a juntar a su comando electoral en quince días.

La noticia cayó bastante mal en el grupo Rosario –máxima expresión de la resistencia anti Cobos– encabezado por Gerardo Morales, Ernesto Sanz, Ricardo Alfonsín, Ricardo Gil Lavedra y Angel Rozas, entre otros. La idea de que el vicepresidente comience a trabajar en fortalecer su postulación fue leída como el inicio de su campaña electoral, algo que el mendocino tuvo que salir a desmentir en estas horas para no quedar en offside. “Algunos por ansiedad ya hablan de candidaturas y aún no soy candidato”, enfatizó. Lo cierto es que Sanz, titular de la UCR, había salido con los tapones de punta a ponerle límites: “El día que Cobos decida ser candidato, lanzarse a la arena política, tener vida interna dentro de la UCR y afiliarse, desde ese mismo minuto, empieza a ser incompatible en su función de vicepresidente”, remató.

A pesar de las críticas, en los cálculos de Cobos no figura abandonar el cargo. Sus asesores le recomiendan mantenerse como titular del Senado y aprovechar eventuales situaciones de empate como la de la resolución 125. “Todos los punteos previos en varios proyectos dan un empate en 36 votos. Si Cobos no está para desempatar, los que lo ven como opositor lo van a criticar por haberse ido y permitir que gane el kirchnerismo con el voto de José Pampuro”, analiza un estratega parlamentario.

El problema del vice es que el grupo Rosario empezó a poner en duda la fortaleza que mostraban las encuestas luego de que Cobos se viera obligado a participar activamente de decisiones políticas concretas, como la remoción de Martín Redrado o la modificación de la composición de comisión bicameral de DNU. En el entorno del vice les reprochan públicamente esa actitud. “En vez de fortalecer a sus candidatos, la UCR piensa cómo tirarles piedras y fortalecer a otros candidatos que no están en condiciones. Nosotros pensamos que Cobos es la mejor oportunidad que tiene el radicalismo y no la puede desaprovechar”, asegura Mario Meoni, intendente de Junín.

Aunque reconocen la caída de su imagen, los cobistas tratan de analizar el fenómeno con otra perspectiva: “El dato que importa es que por primera vez cuando los políticos caen en general, Cobos también cae. Antes mágicamente se mantenía intacto”, reconoce uno de sus operadores políticos en el Parlamento.

Hasta que llegó el verano, Cobos reunía regularmente en su despacho a su grupo de confianza –seis o siete dirigentes– para estudiar la situación política y analizar los pasos a seguir. En diálogo con este diario, dos referentes que retomaron aquellos encuentros tras las vacaciones admitieron que siguen atentamente la evolución de los sondeos. “Todas las encuestas siguen dando un ballottage entre Cobos y Kirchner, y ésa es una foto de hoy. No hay una lesión mortal, es una cuestión de coyuntura”, sintetiza uno de sus operadores parlamentarios.

Más allá del intento por desdramatizar la caída, la determinación de Cobos de sellar su alianza con los sectores “históricos” del radicalismo y comenzar a operar su proyecto presidencial responde a las dificultades para conquistar (o someter) a los correligionarios que no se embarcaron en la odisea kirchnerista y que ahora ostentan la conducción del partido. En ese contexto, la reunión del jueves pasado es un acabado panorama de las fuerzas con que cuenta el vice para emprender dos objetivos clave: ganar las elecciones internas de la UCR en la provincia de Buenos Aires y en la Capital Federal.

Por un lado, Cobos tiene a su grupo de máxima confianza integrado por Daniel Katz, Mario Meoni, Mario Barbieri, César Biffi, Horacio “Pechi” Quiroga y Antonio Rins. Por el otro, lo apoyan dirigentes con pocas chances de acceder a cargos electivos: los miembros de la ex Coordinadora, Enrique “Coti” Nosiglia, Leopoldo Moreau, Federico Storani, Facundito Suárez Lastra, Adolfo Stubrin y Jesús Rodríguez. Y por último, algunos diputados y senadores que adhieren fervorosamente al proyecto “Cobos 2011”, como Oscar Aguad, Eugenio “Nito” Artaza, Ramón Mestre, Roy Nikisch, Oscar Castillo y Mario Cimadevilla. Un capítulo aparte merece la reaparición en la vida interna del intendente de San Isidro, Gustavo Posse, deseoso de convertirse en candidato a gobernador bonaerense a la sombra del mendocino.

La alianza de esos sectores –que ellos mismos reconocen más por conveniencia que por convicción– se refleja con crudeza en esas dos elecciones internas que el radicalismo tiene previstas para este año. “No queremos ser los vivos que revivan a los dinosaurios, ni comernos la falsa renovación de Ricardito Alfonsín”, dice sin pelos en la lengua un cobista bonaerense. El hijo del ex presidente deberá batallar duro para vencer al tándem Moreau-Storani, que cuenta con el apoyo de los cobistas y de Posse. En esa pelea, Alfonsín no sólo puja por poner al próximo presidente del Comité provincial sino que también se juega sus chances de competir con Cobos por la candidatura de 2011.

En Capital Federal, en cambio, algunos dirigentes prefieren posponer las elecciones para el año próximo y esperar a que se resuelva la interna bonaerense.

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