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Con algunos matices de conflicto, los tres últimos gobernadores confirmaron su presencia en Olivos. El encuentro de la Presidenta con Mauricio Macri, Alberto Rodríguez Saá y Mario Das Neves se hará el jueves 15 de abril. El Gobierno abrirá el “diálogo” por los fondos coparticipables, como sucedió el lunes pasado con los gobernadores del PJ y los aliados. Será uno de los rounds más duros, y uno de los espacios más complicados para alcanzar acuerdos. Acaso uno de los ejemplos sea la negociación previa con el gobernador de Chubut, que hasta anoche no había confirmado a la Rosada su asistencia. Alrededor de Das Neves, sin embargo, admiten que irá, que terminó de aceptarlo tras recibir el compromiso de Nación de reconocer una deuda de 400 millones de pesos con la provincia por la inversión en obras.
Macri recibió el llamado del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, el lunes pasado, después de la primera ronda de Cristina Fernández con los gobernadores. No es que allí haya habido un preacuerdo para abrir las rondas a los jefes territoriales más combativos, dicen en la Rosada, sino que fue parte de un plan anterior previsto por la Presidenta.
En el Ejecutivo saben que los tres gobernadores están de campaña, alineados con la oposición en la discusión por el impuesto al cheque, uno de los ejes de estos encuentros. En ese contexto, no se buscarán alineamientos con ellos, sino abrir un espacio protocolar en el que el Gobierno plantee niveles de ingresos y de egresos para las provincias y ponga el eje en el Presupuesto votado en noviembre del año pasado, donde figuran los 10 mil millones de pesos que se juegan con la reforma a llamada ley del cheque.
La estrategia de separar las reuniones también responde a las expectativas que el Gobierno tuvo o tiene respecto de cada uno de esos encuentros. Con los aliados buscó sellar un acuerdo de fuerza para frenar las embestidas de la oposición en el Congreso. En el encuentro del martes próximo, con los gobernadores de Tierra del Fuego, Catamarca, Corrientes y Santa Fe, con los que mantiene alianzas y diferencias relativas, se buscarán puntos de acuerdo y un marco de diálogo amigable. No sucederá lo mismo en el último encuentro. “No es lo mismo sentarse a hablar con Fabiana Ríos –graficaron en Gobierno– que hacerlo con Macri.”
En la ciudad de Buenos Aires las expectativas sobre el encuentro no son demasiado distintas. Alrededor de Macri anoche recordaron que la voluntad de asistir siempre estuvo, que el jefe porteño no faltó nunca a una convocatoria de la Presidenta, excepto –agregaron– cuando “este chico de Tigre... (Sergio) Massa” los llamó para “una foto” en su función de jefe de Gabinete.
“Hay que saber cuáles son nuestras prioridades como país”, dijo Macri, sin privarse de dejar en claro su temor a salir “desilusionado” de la reunión con CFK. Dijo que acudirá “con la misma esperanza juvenil y romántica de iniciar una etapa”. Y explicó que quiere “discutir el Presupuesto en serio”, para poner el “caballo delante del carro”.
Das Neves pasó por distintos momentos. Primero, antes de que circularan las invitaciones a la primera reunión, había dicho que nunca se reuniría con la Presidenta. Luego se quejó porque lo habían dejado afuera del convite, y hasta ayer ponía públicamente en duda su presencia.
“Lo que planteé es que hasta el día 15 hay mucho tiempo. Soy respetuoso y agradezco la invitación”, pero “pido antes del 15 si puedo tener una audiencia que estoy reclamando hace unos cinco meses por la deuda millonaria que tiene la Nación con la provincia, que no tiene que ver con una falta de recursos, sino con un manejo discrecional de los fondos”.
Alrededor de Das Neves explicaban anoche que eso lo discutió con Parrilli en las últimas horas. En la Rosada sabían que las cosas venían complicadas, pero en Chubut aseguraban que se estaba cerca de un acuerdo.
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