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El país|Jueves, 3 de junio de 2010
Kirchner debutó formalmente como secretario general de la Unasur en una visita a Paraguay

“Unasur tendrá una tarea integradora”

En doce horas en Asunción, el ex presidente se entrevistó con todo el arco político: desde Fernando Lugo hasta su vice Federico Franco, enfrentado al presidente en un símil Julio Cobos. Kirchner escuchó reparos por la incorporación de Venezuela al Mercosur.

Por Martín Piqué
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Kirchner estuvo durante una hora con el presidente de Paraguay, Fernando Lugo.

Néstor Kirchner debutó formalmente como secretario general de la Unasur con una visita relámpago a Asunción que mostró hiperactividad y capacidad de convocatoria. En menos de doce horas, Kirchner logró reunirse con todo el arco político de Paraguay, desde el presidente Fernando Lugo hasta su vice Federico Franco. Como Julio Cobos en la Argentina, Franco está enfrentado con Lugo: suele dedicarle críticas durísimas sin abandonar su cargo institucional. Eso le bastó para convertirse en referente de la oposición. En su visita al Parlamento guaraní, Kirchner comprobó en carne propia la desconfianza que genera en la dirigencia paraguaya –tradicionalmente conservadora– la incorporación de la Venezuela de Hugo Chávez en el Mercosur. “La vocación política de la Unasur es la voluntad de sus pueblos en su conjunto, sin parcialidades. La Unasur llevará adelante una tarea integradora y se harán muchas cosas adecuándolas al pensamiento de todos”, subrayó Kirchner con el objeto de ir atenuando esos recelos.

Kirchner viajó con el reducido equipo que lo acompaña en la secretaría general de la Unasur. Se trata del secretario de Gestión Pública, Juan Manuel Abal Medina, y el asesor de la Presidencia en cuestiones de política exterior, Rafael Folonier. Ambos ya se incorporaron al trabajo cotidiano que tendrá su base de operaciones en la ex sede del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. De estilo francés, el edificio ubicado en la esquina de Carlos Pellegrini y Juncal será acondicionado para su nueva función. Las obras llevarán su tiempo. La entrega del palacete por parte del Ministerio de Defensa recién se concretó la semana pasada: fue cedido a la Cancillería. Ayer, una vez que el Tango 10 aterrizó en tierras paraguayas, Abal Medina y Folonier acompañaron a Kirchner en buena parte de las actividades. En el aeropuerto se les sumó el embajador en Asunción, Rafael “Balito” Romá. Una de las pocas excepciones fue la entrevista que mantuvieron a solas Kirchner y el vice paraguayo.

“Tuvimos una gira muy exitosa. En doce horas, Néstor pudo reunirse con un montón de actores que no se hablan entre sí”, evaluó Abal Medina en diálogo con Página/12. El raid de Kirchner comenzó pasadas las 9 de Paraguay (una hora menos que en la Argentina) cuando fue recibido por el propio Lugo en la Casa de Gobierno. La reunión duró alrededor de una hora. Tras abandonar el Palacio López (la sede del Ejecutivo lleva el nombre del mariscal Francisco Solano López, caído en combate en la Guerra de la Triple Alianza), Kirchner caminó a pie doscientos metros hasta llegar al Parlamento. Allí fue recibido por el titular del Congreso, Miguel Carrizosa Galiano; tras una charla protocolar, Kirchner se reunió con los diputados y senadores que integran las comisiones de Relaciones Exteriores de ambas cámaras. En la conversación, que fue a puertas cerradas y duró dos horas, Kirchner escuchó otra vez críticas al Mercosur por no favorecer a los países pequeños y no tener en cuenta las asimetrías.

En su diálogo con los legisladores, Kirchner verificó las desconfianzas que la figura de Chávez sigue provocando entre la dirigencia paraguaya, que parece haber conservado sus marcas por los años de macartismo made in Stroessner. En nombre de la Unasur, Kirchner se tomó su tiempo para tratar de vencer las desconfianzas. Aclaró que el bloque sudamericano no es “una construcción ideológica”; dijo que la integración “no va a estar atada” a la impronta de ciertos presidentes de signo progresista. Algunos de esos argumentos los repitió luego en un contacto con periodistas paraguayos. “Esto no tiene que personalizarse”, comentó sobre la resistencia que genera el presidente venezolano. “Su incorporación (por la inclusión pendiente de Venezuela al Mercosur) le da otro volumen, capacidad energética, entre otras cosas. Espero que la Unasur sirva para hacer crecer y oxigenar al Mercosur”, afirmó en la rueda de prensa.

El secretario general de la Unasur también fue consultado por la dedicación que le dedicará a su cargo. Le preguntaron si no había incompatibilidad de funciones en mantener su banca de diputado y ser referente del bloque. “No hay interferencia. Además me siento joven y con muchas ganas de trabajar”, respondió. Enseguida le preguntaron por su posición ante la libertad de prensa, seguramente influidos por la cobertura de algunos medios argentinos en el debate por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. “Creo en la libertad de prensa absoluta. No en la concentración de medios, ni en manos del Estado, ni en manos privadas. Creo en la plena libertad, en que todo el mundo se pueda expresar, organizaciones comunitarias, organizaciones sociales, el pueblo en su conjunto”, contestó Kirchner.

La visita continuó con un almuerzo con cinco ministros de Lugo –una invitación del titular de Hacienda, Dionisio Borda–. Luego Kirchner se reunió a solas con el vicepresidente Franco, quien pocas horas antes había cuestionado públicamente a la Unasur (según Franco, la creación del bloque sudamericano hizo crecer el armamentismo en la región). Antes de regresar a Buenos Aires, Kirchner tuvo también una reunión reservada con el ex mandatario Nicanor Duarte Frutos, dirigente emblemático del Partido Colorado. Tras el raid de reuniones, la delegación que acompañaba a Kirchner se llevó un diagnóstico –una “foto” de un proceso muy dinámico– de la actualidad política paraguaya. “Es una situación compleja pero no terminal. No hay espacio para una salida tipo Honduras. Se nota respeto por la institucionalidad pero tampoco hay absoluta tranquilidad. Hay mucha fragmentación”, evaluó uno de los acompañantes en diálogo con Página/12.

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