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El país|Martes, 6 de julio de 2010
El canciller Timerman explicó el caso de las empresas que buscan negociar con Venezuela

“No hubo ningún viaje no autorizado”

El canciller culpó a los diarios por tener “actitudes destituyentes” en la presentación de un cable reservado. Aseguró que las empresas están “agradecidas” por las gestiones que hace el gobierno argentino.

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El canciller Héctor Timerman cree ver “toda una conspiración” en la presentación de la noticia.

El canciller Héctor Timerman y el subsecretario de Integración Americana y Mercosur, Eduardo Sigal, desmintieron nuevamente la existencia de una “embajada paralela” en Venezuela. “No hubo ningún viaje de ningún funcionario ni de ningún ministerio que no haya sido previamente autorizado por el Poder Ejecutivo”, aseguró ayer Timerman, luego de asistir a un acto de homenaje al periodista Eduardo Kimel. Además, el ministro de Relaciones Exteriores ratificó las declaraciones de Sigal, en las que el funcionario de la Cancillería advertía sobre la “inquietud de dos empresas” que pedían ser incluidas en la ronda de negociaciones por el programa de reconversión eléctrica con el país que preside Hugo Chávez.

Después del acto con la presidenta Cristina Fernández en el CELS, Timerman cuestionó lo que consideró son “actitudes destituyentes” de algunos diarios. “Si uno cambiara los títulos de Clarín y La Nación, en vez de poner toda esta conspiración, pondría que hay dos cables que son casi públicos y no habría escándalo”, criticó el canciller. Esos diarios difundieron el último fin de semana un cable enviado por el subsecretario Sigal al canciller y a la embajada venezolana para advertir sobre una reunión de la que participaron funcionarios del Ministerio de Planificación, que habrían “dejado afuera de negociaciones” por inversiones a “dos empresas” argentinas que venían trabajando con el país caribeño.

Timerman explicó que las empresas de celdas eléctricas EMA y de fabricante de grúas Hidro-Grubert “están agradecidas al Gobierno por cómo las promovió y las protegió” y desestimó que esas firmas hayan sido marginadas para operaciones comerciales con Venezuela. El canciller aclaró que “había 10 empresas en una reunión y Sigal dijo que traten de incorporarlas a esa reunión, algo que luego no se pudo hacer porque había concluido”.

Para Timerman, “a Clarín y a La Nación les molestan los negocios que la Argentina hace con Venezuela, que pasó de 100 millones de dólares a más de 1500 millones” y aclaró que “no hay embajada paralela”, sino que las reuniones son “un tema técnico”. El diplomático informó, además, que Hidro-Grubert “vendió a Venezuela por 10 millones de dólares desde 2005 y EMA firmó delante de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner un convenio para colocar una planta en Venezuela y ya vendió 150 celdas eléctricas por 5 millones de dólares”.

En este contexto, el canciller aseguró que ambas compañías “no pueden sentirse discriminadas” al no participar de una reunión de negocios. En este convenio sólo había lugar para 10 empresas y éstas no entraron porque se van cambiando en los distintos convenios.

Por su parte, Sigal acusó a los medios de comunicación de malinterpretar la información que había redactado, en la que solicitaba la incorporación de esas empresas. “Se ha montado un operativo que está tratando de utilizarme a mí contra el gobierno nacional”, sostuvo el funcionario, quien fue ratificado en el cargo por el canciller. Sigal aclaró que esa reunión se realizó paralelamente a un encuentro la Comisión Bilateral de Alto Nivel (Coban) en el país caribeño, presidida por “un funcionario del Ministerio de Planificación”. Pero, a diferencia de lo publicado, aseguró que también asistieron funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Respecto de la aparición de un cable reservado de la Cancillería, Sigal advirtió que también “hay sectores de la diplomacia que están formando parte de un proyecto para mellar la voluntad transformadora de este Gobierno”. Timerman precisó, además, que esos cables “no tienen nada de reservados”, dado que “el cable que envía la embajada de Venezuela que motiva la respuesta de Sigal, es un cable reservado, pero más de cien personas tienen acceso libre, y más de 500 acceden con sentarse en una computadora de la Cancillería”.

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