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El país|Martes, 13 de julio de 2010
Opinión

Sadous ya se acuerda de Licio Gelli

Por Martín Granovsky

Por fortuna el embajador Eduardo Sadous está recuperando la memoria.

Tal como publicó Página/12, el curriculum que Sadous entregó a la Cancillería tiene una omisión curiosa: sus destinos en 1974 y 1975 figuran con las palabras “No informado”.

Los lectores saben que en la Cancillería obra un curriculum completo. Informa que en 1975 Sadous integró el grupo íntimo de diplomáticos que rodeó al entonces canciller, Juan Alberto Vignes.

Vignes asumió como ministro de Relaciones Exteriores el 13 de julio de 1973, cuando Héctor Cámpora fue desplazado de la Presidencia, y se mantuvo hasta bien entrado 1975. Fue canciller del cuñado de José López Rega Raúl Lastiri, de Juan Domingo Perón y de Isabel Perón.

En una entrevista publicada en La Nación el domingo último, Sadous dice que él mismo se encargaba de quemar las denuncias anónimas que recibía Vignes con purgas sugeridas para la Cancillería.

El humanitarismo de Sadous es una novedad doble. Por un lado, nunca había contado en público que tenía acceso a los cajones del entonces canciller. Por otro lado, sería bueno que ampliara su testimonio sobre el tipo de denuncias que circulaban entonces: las represalias que se harían sistemáticas en 1976, con el golpe de Estado, comenzaron asistemáticamente en 1973 y recrudecieron tras la muerte de Perón, el 1º de julio de 1974. Muchos de los castigados recién recuperaron sus cargos diplomáticos regulares en 1983, con el regreso de la democracia. En el medio quedaron los asesinados, como Elena Holmberg, destinada en París en pleno funcionamiento del Centro Piloto, y Marcelo Dupont, en represalia por la actividad de su hermano el diplomático Gregorio Dupont.

En otro tramo del reportaje, Sadous también recupera la memoria cuando recuerda que se cruzó con Licio Gelli en la embajada argentina en Italia, donde trabajaban juntos. Gelli, uno de los jefes de la organización fascista Propaganda Dos, gozaba entonces de inmunidad diplomática gracias a un pasaporte emitido por la Cancillería argentina. Antes había sido condecorado por Perón el 18 de octubre de 1973 a instancias de Vignes y López Rega.

Vignes, como Gelli, era miembro de la P-Due. También lo eran Emilio Eduardo Massera, Carlos Guillermo Suárez Mason y el actual primer ministro del gobierno italiano, Silvio Berlusconi.

Sadous tuvo su primer destino en el exterior en la embajada argentina en Roma en 1976, a caballo entre los últimos días de Isabel Perón y los primeros tiempos de la dictadura militar.

Tanto Massera como Licio Gelli fueron puentes entre uno y otro proceso.

Sadous ocupó después otros destinos diplomáticos para el Estado argentino. Mientras tanto, trabajaba de manera orgánica para otro Estado como canciller de la Soberana Orden de Malta, que orienta en los últimos años el ex embajador de Carlos Menen en el Vaticano y ex secretario de Culto de Carlos Ruckauf, Esteban Caselli.

En 1992, Caselli daba órdenes irregulares a los diplomáticos destacados en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para que se opusieran a cualquier avance en materia de salud reproductiva. Al mismo tiempo, el entonces ministro de Salud, Ginés González García, impulsaba medidas concretas para prevención del embarazo adolescente, una de las principales causas de muerte en la Argentina por la penalización del aborto que obliga a operaciones sin los necesarios cuidados higiénicos.

En el mismo año, Sadous integró la Junta de Calificaciones de la Cancillería, que resuelve sobre ascensos, y él mismo fue designado embajador en Caracas.

Ahora, si refresca su memoria y aclara el entendimiento, tal vez recuerde si trabajó para el Estado argentino o fue canciller de la legación de otro Estado.

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