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El ex subjefe de la delegación Neuquén de la Policía Federal, Jorge Alberto Soza fue procesado con prisión preventiva por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura. Gracias a su edad, 73 años, el policía gozará de arresto domiciliario, que cumplirá en la vivienda de un amigo. El ex subcomisario fue extraditado el 16 de julio pasado desde España, donde residía con su familia desde 1992. Durante su declaración indagatoria, que se extendió por casi cinco horas, negó las imputaciones y afirmó que durante 1976 y 1977 su función en la unidad policial era sólo “administrativa”. La jueza federal subrogante durante la feria, Silvina Domínguez, le dictó el procesamiento por los delitos de asociación ilícita, privación ilegítima de la libertad y tormentos agravados contra diecinueve víctimas. Todos hechos ocurridos en los primeros meses de 1976, antes de que comenzara a funcionar en una unidad militar de Neuquén el centro clandestino La Escuelita.
La documentación reunida en el expediente certifica que personal dependiente de Soza participó en al menos dos operativos de los grupos de tareas integrado por fuerzas conjuntas. Varias víctimas declararon que durante el día eran interrogadas bajo tortura en la delegación de la Policía Federal, en algún caso en presencia de Soza, y por la noche los alojaban en la Unidad 9 del Servicio Penitenciario Federal. Desde que España concedió la extradición, Soza estuvo detenido en la cárcel de General Roca, Río Negro, en un pabellón especial para imputados por delitos de lesa humanidad.
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