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El país|Martes, 17 de agosto de 2010
Les apuntó a Cobos, Duhalde, Reutemann, Macri, Solá y Carrió

Aníbal Fernández no dejó títere con cabeza

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El jefe de Gabinete se despachó a gusto en su paso por Santiago.

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, arremetió una vez más contra varios dirigentes de la oposición. Esta vez, los destinatarios de sus dardos fueron el vicepresidente Julio Cobos, al que volvió a calificar de “traidor”, y los peronistas disidentes Carlos Reutemann y Eduardo Duhalde, además del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. Fernández también apuntó hacia una de sus archirrivales, la líder de la Coalición Cívica Elisa Carrió, de quien dijo que carece de sensatez y de seriedad.

“Cobos es un traidor y Elisa Carrió, una dirigente que en algún momento brilló, a la que el grado de desquicio que tiene a la hora de presentar políticas la exhibe como una mujer sin sensatez y sin seriedad”, disparó el funcionario al diario El Liberal, que lo entrevistó en el marco de una visita que realizó este fin de semana a Santiago del Estero.

Acostumbrado a ser uno de los voceros más filosos del Gobierno, Fernández no rehuyó la invitación al pimpón de definiciones sobre los principales opositores del oficialismo. Del ex presidente Eduardo Duhalde –por quien dijo sentir “afecto personal” y estar “honrado” por haberlo acompañado en su gestión– sostuvo que le da “pena” que esté “haciendo papelones”.

Sobre el senador Reutemann, que si se decidiera sería uno de los presidenciables más potentes que tendría el peronismo disidente, Fernández opinó que solamente “es un corredor de autos”.

Acerca del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, indicó que es “un dirigente de la oposición que creyó ser más de lo que era y creo que la gente ha comenzado a darse cuenta de lo que realmente es”.

Por otra parte, consultado sobre el CEO del Grupo Clarín, Héctor Magnetto, que hace dos semanas ofició de anfitrión de varios de estos dirigentes opositores, el funcionario lo definió como “un personaje impresentable que ha presionado a todos los gobiernos que ha podido para sacarles ventaja de la peor manera”. Más duro aún fue con otro de los asistentes a esa reunión: el jefe del bloque del Peronismo Federal, Felipe Solá, por quien Fernández dijo no tener respeto ni como persona, ni como dirigente, ni cuando se desempeñó como gobernador de la provincia de Buenos Aires. Al señalar que se “ha beneficiado con su presencia en el peronismo”, el ministro fue lapidario al subrayar que “ha pagado como pagan los traidores, que es con traición”.

Finalmente, Fernández defendió al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que protagonizó la semana pasada un incidente al impedir una votación de los accionistas privados de la empresa Papel Prensa, al indicar que es “un funcionario que hace lo que le dicen” desde la Casa Rosada. Al momento de calificar a la actual Presidenta y a su marido, los definió a ambos como “cuadros políticos de excepción” que conforman “un proyecto común”, y sostuvo sobre sí mismo que también es un cuadro del peronismo que “pone todo lo que tiene para colaborar con su proyecto político sin aspiraciones personales”.

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