Página/12 :: El país :: “Son pocos los países con esta dicha”

Así como estuvo con representantes de la comunidad judía poco antes del inicio del Año Nuevo, ayer la presidenta Cristina Kirchner visitó el Centro Islámico de la República por la finalización del Ramadán, el mes sagrado de ayuno. La Presidenta destacó hoy el hecho de que la Argentina “pueda mostrarle al mundo” que “es capaz de tener convivencias” entre los practicantes de las diferentes religiones. Además, celebró que el pastor estadounidense Terry Jones hubiera decidido suspender sus planes de quemar ejemplares del Corán y prevalecieran “la cordura, el respeto y el deseo de no convocar a los demonios”.

“Debemos agradecer vivir en un país en el cual la Presidenta puede estar hoy aquí y hace unos días festejando junto a la comunidad judía”, expresó, y advirtió que “son muy pocos los países que pueden tener esta dicha de vivir en paz los unos con los otros cada uno rezándole a su Dios”.

“Para eso estoy aquí, para mostrarles al mundo y a Argentina que somos capaces de tener este nivel de comprensión”, explicó Cristina Kirchner. Aclaró que no le gustaba hablar de “tolerancia” porque “implica que hay que aguantar al otro y acá no se trata de aguantar sino de respetar y aceptar”. La Presidente explicó que “el respeto a la vida y la defensa de los derechos humanos debe ser la bandera que nos una a todos” y que eso implicaba también “respetar las formas organizativas” de cada una de las sociedades.

Opinó que “por momentos siento como una suerte de dicotomía en este mundo contemporáneo, donde hemos avanzado en la ciencia a límites impensables y por otro lado vemos que la política en el tema de articular las distintas confesiones y religiones es como si retrocediéramos a la Edad Media”. Cristina señaló que “tendríamos que repensar esto, realmente, ya que sólo sirve para que se profundicen las divisiones y las brechas y que la gente crea que la religión es algo que divide y no que une”.

En vísperas de un nuevo aniversario del ataque a las Torres Gemelas, la Presidenta sostuvo que “nadie me ha podido mostrar una línea en el Corán, en la Torá, el Talmud, ni en la Biblia, en la que me obliguen a matar al otro en nombre de Dios”.

De la ceremonia realizada en la sede de avenida San Juan al 3000 participaron el canciller Héctor Timerman; el secretario de Culto, Guillermo Oliveri; y el titular del Centro Islámico, Samir Salech.