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La presidenta Cristina Fernández saldó su visita a Alemania visitando la ciudad de Hannover, en la región de Baja Sajonia, adonde se reunió con las máximas autoridades regionales. También mantuvo un encuentro con los principales empresarios de ese país con intereses en América latina y firmando un convenio con Volkswagen para inaugurar una carrera de ingeniería automotriz en la Universidad Tecnológica Nacional. “Celebramos la unión del trabajo, la industria y la ciencia para generar una nación”, les dijo a unos 300 hombres y mujeres de negocios, a quienes les pidió que no vean a la Argentina sólo “como cliente, sino como socio”. La respuesta fue –según aseguraban desde la comitiva– más que satisfactoria: se llevaron “una visión muy positiva sobre el país y confirmaron que seguirán con sus inversiones de cara al futuro”.
“Comiencen a mirar a América latina y Argentina como una plataforma asociada para poder abordar grandes mercados, porque este siglo va a ser de contrastes, altos niveles tecnológicos y, al mismo tiempo, necesidad de alimentos”, sostuvo Fernández en un llamado a apostar por “una nueva forma de relación para dejar de vernos como clientes y empezar a vernos como socios, porque cuando los países se ven como clientes en algún momento estallan los conflictos”. Además recordó que la “región ha crecido y está sosteniendo parte del crecimiento global”.
La escuchaban representantes de unas 300 empresas que se agrupan en la Lateinamerika Verein, la cámara que se encarga de las relaciones comerciales entre Alemania y esta región y en la que están representados sectores como el automotor, transporte, energía, seguros, química, indumentaria y operación portuaria, entre otros, y empresas como Siemens, Allianz, Wintershall, Adidas y Hamburg Sud. Junto a ella, en la mesa principal estaban el canciller Héctor Timerman, los ministros de Educación, Alberto Sileoni, y de Economía, Amado Boudou, y los embajadores Günter Kniess y Victorio Taccetti.
Más tarde se entrevistó con las autoridades de Volkswagen, con quienes estableció un convenio para desarrollar, en la regional Pacheco de la UTN (cerca de donde se encuentran las plantas de esa empresa en la Argentina), una serie de tecnicaturas y –por primera vez en este país– la carrera de Ingeniería automotriz. La inversión comprometida por la VW es de dos millones de dólares, mientras que el Estado argentino se encargará de formar a los docentes.
“Parece mentira que nunca se hubiera hecho antes, porque en realidad la Argentina ha tenido una larga tradición automotriz”, aseguró la Presidenta luego de firmar el tratado. “Desde los Talleres de Córdoba, Materfer, de los talleres Ika Renault, en los años ’60, se producía la mejor calidad de autos de toda América latina –recordó–. Luego vino un proceso de desindustrialización muy grande en nuestro país y pasó lo que pasó; pero no estamos aquí para recordar lo que pasó, sino para lo que estamos haciendo y lo que vamos a hacer.”
“Por eso esto que estamos firmando, ahora, es muy importante y hace a una matriz productiva y fundamentalmente educativa, las dos cosas están muy vinculadas en los países desarrollados; la producción y la economía y la educación, que es lo que hoy tenemos que volver a unir, y estamos haciéndolo en la República Argentina”, agregó, para concluir sosteniendo que “esto no es solamente la firma de un convenio, es dar oportunidades a los que no las tuvieron, es dar conocimiento, es dar educación”.
Cristina culminó la jornada –tras una breve reunión con David McAllister, ministro-presidente de la Baja Sajonia– en el imponente Castillo de Herrenhausen, famoso por sus cuatro jardines, entre los más célebres de Europa, donde se ofreció una cena de gala en su honor.
La gira presidencial por Alemania había comenzado el lunes, con poca actividad. El martes estuvo en Frankfurt, inaugurando el pabellón nacional en la Feria del Libro, en donde la argentina es la delegación invitada de honor, en conmemoración del Bicentenario de la Revolución de Mayo. El miércoles, en tanto, se trasladó a Berlín para sostener una reunión bilateral con la mandataria alemana Angela Merkel, que el canciller Timerman calificó ayer de “muy rico”. Luego de la cena en Herrenhausen, la Presidenta regresaba al país, donde esta noche participará de la gala organizada por la AMIA, para luego viajar a El Calafate a pasar el fin de semana.
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