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Mauricio Macri resolvió sacarles provecho a los incidentes con los que terminó la última sesión de la comisión investigadora de la Legislatura, que debe determinar su responsabilidad política por las escuchas ilegales. “Lamentablemente veo que no se puede conducir ese proceso como se debería y lo único que se hace es seguir agrediendo y no buscando la verdad”, afirmó el jefe de Gobierno, pese a que los legisladores y asesores PRO fueron parte de los gritos y la trifulca con la que terminó la declaración de Sergio Burstein, víctima de las pinchaduras. “El escándalo favorece a Macri”, afirmó el testigo, que deberá volver la semana próxima.
“Lo que sucedió ayer (por anteayer) es más de lo mismo, espero que este proceso se encarrile en algún momento”, sostuvo el líder de PRO, en un acto junto al rabino Sergio Bergman. Luego Macri aclaró que, cuando hablaba de agresión, se refería a las palabras de Burstein, quien tuvo varios cruces a los gritos con los legisladores macristas: le dijeron “berreta” y se rieron de sus respuestas, por lo que el testigo les contestó con un exabrupto. En medio de un griterío entre diputados macristas y opositores, se pasó a un cuarto intermedio, en el que se desató una batahola, en la que también fueron agredidos periodistas. A raíz de los incidentes, Burstein no pudo terminar su declaración.
“Macri debiera tomar nota de que ese reaseguro institucional que es la comisión investigadora, si la queremos someter a escándalo, estamos en el peor de los mundos. Antes decía que no era seria y que no tenían que ir los testigos”, recordó el presidente de la comisión, Martín Hourest. “Primero no querían la comisión, luego no querían que la presidiera yo, luego no querían traer a los testigos. Sólo así se explica el escándalo para bloquear la comisión”, planteó el legislador de Igualdad Social. “Con (Agustín) Gamboa, con la Universidad de La Matanza y con las embajadas se les quebró un pacto de silencio”, advirtió.
El propio Burstein habló con varias radios y responsabilizó al macrismo por el escándalo. “El PRO pretendió poner a Macri como víctima. Hemos recibido calificaciones denigrantes por parte del jefe de Gobierno y de quienes lo acompañan. Esta es una comisión política, no judicial. Acá se está analizando la responsabilidad política de Macri. Lo único que puede hacer el PRO es meter palos en la rueda. Y el que origina todo esto es Macri, con las mentiras que dijo. El escándalo en la comisión favorece a Macri. No fue casualidad”, advirtió el familiar de una víctima de la AMIA.
“Lo único que hice fue responder en el mismo tenor en que se me consultaba. Sabía que eso iba a suceder”, se defendió Burstein. “Quedó demostrado que querían indagar en mi vida privada. Los diputados del PRO saben muy bien a qué me dedico y si digo una coma diferente van a decir que probablemente sea mi mujer la que me mandaba a escuchar porque sospechaba si tenía una amante”, estimó. “Yo no me puedo enojar con Cristian Ritondo, pero no puedo aceptar lo del diputado De Andreis”, sostuvo. Por su parte, Fernando de Andreis buscó desacreditarlo: “Es muy triste que me utilice para justificar su exabrupto. Se está comportando como un dirigente de la oposición”. “A medida que se acumulan pruebas y testimonios en contra, más provocadores y patoteros se ponen”, diagnosticó el ibarrista Eduardo Epszteyn. “Sentí vergüenza cuando sentaron a la hija de Burstein, una nena, y la apretaban para tratar de que acusara al padre”, comentó en Twitter la secretaria de la comisión Gabriela Cerruti. “Me hacía acordar al caso Soledad; los Saadi que decían a los periodistas que había que investigar en qué andaba esa chica.”
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