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El país|Viernes, 15 de octubre de 2010
MAURICIO MACRI COMPARTIO ESCENA CON EL ESPAÑOL JOSE MARIA AZNAR

Con las recetas de los años ‘90

Estuvieron en una jornada organizada por fundaciones de derecha junto al secretario de Economía de Chile, Tomás Flores, y al alcalde de Caracas, Antonio Ledezma Díaz. La apertura comercial, la flexibilización laboral y el antichavismo fueron parte del repertorio.

Por Werner Pertot
José María Aznar y Mauricio Macri junto al vicepresidente primero de la Legislatura, Oscar Moscariello.
Imagen: Télam.

“Vamos a establecer horarios y días flexibles de trabajo para poder incorporar más personas al mercado. Es una puerta a la libertad.” La frase no la dijo Domingo Cavallo ni se escribió en los noventa. La pronunció ayer mismo en la Legislatura el secretario de Economía de Chile, Tomás Flores, en una conferencia que compartió con el ex presidente español José María Aznar y con Mauricio Macri. El jefe de Gobierno habló en las jornadas que organizaron diversos think tanks neoliberales, en las que la apertura comercial, la flexibilización laboral y el antichavismo fueron parte de un repertorio ya algo conocido.

Desde que Macri es jefe de Gobierno, todos los años un grupo de neoliberales de toda América latina aterriza en la Legislatura, invitado por la Fundación Pensar –en la que el PRO recostó sus cuadros técnicos para la campaña de 2011–, la Fundación Libertad de Rosario y la FAES, que creó Aznar. Los encuentros empezaron en 2008 en Rosario, en un cónclave al que asistieron el mexicano Vicente Fox, el ex secretario norteamericano para América latina Roger Noriega y el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. Luego se trasladaron a la ciudad de Buenos Aires.

Al reluciente Salón Dorado de la Legislatura se acercaron el ex titular de la Sociedad Rural Luciano Miguens, el ex procurador porteño Pablo Tonelli y una miríada de ministros, legisladores y asesores PRO. Se mezclaron entre un público diverso en sus tonadas. “Por los derechos humanos y las fosas comunes nos molestan en todos los organismos internacionales”, se quejaba una asistente rubia de acento colombiano.

El vicepresidente primero de la Legislatura, Oscar Moscariello, se ocupó de presentar a los panelistas. Sobre Aznar, dijo que “el mundo lo considera uno de los presidentes más innovadores, que promovió el desarrollo progresivo del Estado y mejoró la calidad de vida de su pueblo”. De Macri, señaló que “generó cambios significativos en la aproximación a la cosa pública, primero en la ciudad, y ahora va a dar el salto para que desde la presidencia podamos tener un país mejor”.

El primero del panel fue el secretario de Economía del presidente chileno, Sebastián Piñera. Flores contó que, después del terremoto, “el presidente no quería que hiciéramos regalos” a los damnificados y criticó “lo que hubiera sido una solución estatista, en la que el Estado repartía los bienes” que se habían perdido en la catástrofe. Nada de eso: “Diseñamos un sistema por el que el Estado pone una parte, una empresa privada otra y la tercera parte es un endeudamiento, donde el beneficiario ejerce su libertad”. Para seguir con las ideas nuevas, el secretario de Economía sostuvo: “Necesitamos más inversión, abrir áreas restringidas por el accionar del Estado a los capitales privados”.

Flores también estimó que en Chile “hay un 10 por ciento de la fuerza de trabajo que por algún motivo no trabaja”, aunque no aventuró ninguna causa. Propuso flexibilizar horarios y días, que las personas trabajen desde su casa, entre otras recetas novedosas. “Debemos incrementar la productividad de manera científica. Es necesario incentivar la investigación en las empresas privadas. No lo vamos a lograr sólo con las universidades del Estado”, advirtió.

Lo siguió el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma Díaz, quien se refirió in extenso a “la dictadura chavista”. Con citas de datos económicos del Banco Mundial, planteó que Hugo Chávez “empuñaba una varita mágica para promover soluciones taumatúrgicas. Actuó como el rey Midas al revés: todo lo que toca lo desbarata”. “No se trata de sacar a Chávez por sacar a Chávez, sino de cambiar un modelo, llamado socialismo del siglo XXI. Queremos defender el derecho de la propiedad”, detalló.

Aznar pronosticó que con la crisis internacional “habrá países ganadores y perdedores”. “Es más inteligente estar en el bando de los ganadores que de los perdedores”, aconsejó, con suficiencia. Luego trazó una línea divisoria entre los “países que eligieron el camino del éxito” como Chile o Brasil, y los que “no eligen un camino de libertad” y volvió sobre Venezuela y Cuba. También les dedicó un párrafo a México y Colombia para hablar del combate contra “los narcoterroristas” y, por último, sin mencionarla, pareció dejar algunas opiniones sobre la Argentina. “Hay países que amparan terroristas y esto es intolerable”, sostuvo, en lo que pareció una alusión al caso de Galvarino Apablaza. También indicó que “un ataque a la libertad de prensa es un ataque a todas las libertades”.

Por último, Aznar recordó que “Piñera estuvo aquí antes de ser presidente. Este campus hace presidentes. Yo no corro, pero algunos de los que están aquí puede”, le regaló a Macri. Entre risas, lo aplaudieron. El jefe de Gobierno, sonriente, dijo que estaba sentado “entre próceres de la historia. España, con sangre y con dolor, supo llegar a un lugar mejor”. Reconoció su “admiración por mi amigo Piñera” y advirtió que la Argentina debe elegir “si va a profundizar el autoritarismo prepotente o seguir el camino de España y de Chile. Necesitamos ser previsibles para conseguir inversión extranjera”. Por último, indicó que venía de inaugurar un centro de rehabilitación del paco en una villa miseria, “esos lugares que sufren carencias” y que están “a kilómetros del centro”. Tras los aplausos, todos pasaron a comer canapés y sanguchitos.

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