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El país|Domingo, 31 de octubre de 2010
DESDE EL PERONISMO SALIERON A GARANTIZAR EL COMPAÑAMIENTO A CRISTINA FERNANDEZ

Entre elogios y muestras de respaldo

La Presidenta fue definida como la jefa natural del oficialismo por los peronistas, que además destacaron su condición de “estadista”. De todos modos, y por más que algunos ya alientan su reelección, en el partido consideran apresurado hablar del 2011.

Por Fernando Cibeira
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Con la muerte de Kirchner, el bonaerense Daniel Scioli se convirtió en los hechos en el nuevo titular del PJ.

Todo el peronismo se movió ayer en la misma dirección ante la nueva realidad de la ausencia de Néstor Kirchner. Por un lado, salieron a garantizar el acompañamiento partidario a la presidenta Cristina Fernández y negar cualquier posibilidad de vacío institucional, como sugirieron algunos opositores. Por el otro, aunque consideraron apresurado hablar de una candidatura para la reelección en 2011, también elogiaron las condiciones de “estadista” de CFK y la calificaron de jefa natural del oficialismo.

Con la muerte de Kirchner, el gobernador Daniel Scioli –vicepresidente del PJ– se convirtió en los hechos en el nuevo titular partidario, pero por ahora no muestra intenciones de dar ningún paso desde ese cargo. En cambio, sí armó el viernes una convocatoria provincial a un grupo amplio de intendentes, a quienes invitó a almorzar mañana en la gobernación para hablar del presupuesto y hacer un reconocimiento público a Kirchner por su labor a favor de la provincia de Buenos Aires. En medio de tantas versiones, en la gobernación estaban preocupados por dejar en claro el sentido del encuentro. Explicaban que no busca ni apuntalar un proyecto individual de Scioli ni garantizar “gobernabilidad” porque la Presidenta no lo necesita. “Vamos a acompañarla, pero el gobierno nacional está tan firme como siempre y no le hace falta ningún cuidado especial”, respondían cerca del gobernador.

La Presidenta reanudará mañana la actividad y el martes haría su reaparición pública en Córdoba. En el oficialismo nadie tenía dudas de su capacidad de retomar de inmediato las riendas de la gestión. En cambio, lo que a priori podría parecer más complicado era el vacío creado en otra función que cumplía Kirchner: el diálogo cotidiano con legisladores, intendentes y gobernadores, que muchas veces acudían a él para resolver las más diversas cuestiones. ¿Podría Scioli, como nuevo jefe partidario, ocupar ese lugar? Cerca del gobernador pensaban que no.

“En el peronismo siempre hubo una coincidencia entre el ejercicio de la Presidencia y la jefatura partidaria”, respondían. “Daniel podrá atender alguna cuestión lateral, pero en el peronismo no hay lugar para las experiencias binarias”, sostenía un estrecho colaborador del gobernador. Por algo Scioli se apresuró a definir a la Presidenta como “la jefa” de justicialismo por más que no ocupe ningún cargo partidario. Cerca del gobernador creen que Cristina, ya sea en forma directa o indirecta, a través de alguien que ella designe, se va a hacer cargo también de las cuestiones políticas. “La Presidenta va a sorprender a unos cuantos, ya van a ver”, imaginaban.

En cambio, el asunto de la candidatura presidencial pasa por otro andarivel. En el oficialismo hay algunos que prefieren salir ya mismo a instalar la idea de que sin Néstor Kirchner no hay otra alternativa que Cristina para la presidencia en 2011. Quien primero habló del tema fue el canciller Héctor Timerman y luego lo acompañó la ministra de Defensa, Nilda Garré, en una columna publicada en Página/12. El canciller ayer insistió: “El pueblo fue claro y contundente: ‘Queremos que se siga por el mismo camino y con la misma conducción’. Y eso es lo que va a suceder. Porque si hay algo que sabe hacer Cristina es escuchar a la gente”. Con todo, el canciller siempre aclara que habla desde una postura personal.

En el peronismo prefieren no apurar los tiempos de esa manera. No porque haya otras opciones superadoras en análisis. De hecho, una encuesta de Enrique Zuleta Puceiro –también publicada ayer por este diario– confirmó el imaginable salto positivo en la imagen presidencial. Sino porque la intención es ir paso a paso, por lo que primero conviene volver a la actividad y esperar que la gestión –después del cimbronazo que significa la desaparición de su principal ideólogo– se desa-rrolle con normalidad. “Si todo anda bien, como imaginamos, un poco más adelante las cosas ya se van a dar naturalmente. No tiene sentido andar forzando la marcha”, explicaba un operador del justicialismo.

Así, el gobernador de San Juan, José Luis Gioja, aclaró ayer que era “inoportuno” que ya se hablara de candidaturas presidenciales, que lo se debe hacer ahora es respaldar al Gobierno. “Hay una tremenda tarea por realizar. Está toda la fuerza, las ganas y las posibilidades para hacerla. También existe una Presidenta que tiene toda la voluntad y coraje para hacerlo. Hay que terminar de consolidar este modelo que ha gobernado a la Argentina y que tiene mucha adhesión”, remarcó Gioja. Sin embargo, también destacó que la figura de la Cristina Fernández es “indudablemente la más representativa que tiene el justicialismo”.

Una cuerda similar tocó el jefe del bloque de diputados del oficialismo, Agustín Rossi, quien consideró que “no corresponde” ponerse a evaluar candidaturas por más que definió a la Presidenta como “nuestra jefa política”. “Los argentinos se pueden quedar tranquilos porque tienen una Presidenta de lujo, es una verdadera estadista”, comentó Rossi. Sostuvo que lo que se debe hacer desde el peronismo ahora es “fortalecer la gestión presidencial” y “apoyar sin ningún tipo de condicionamientos”.

La otra cuestión que sobrevoló las conversaciones fue la posibilidad de que el peronismo se reunifique con los disidentes. La idea surgió a partir de algunos diálogos en las exequias en la Casa Rosada y de las declaraciones de Felipe Solá en las que se reconoció conmovido por el acompañamiento popular al velatorio de Kirchner. Ni Gioja ni Rossi lo descartaron, aunque tampoco lo imaginaron como algo inmediato. “Nunca dejé de analizar la posibilidad”, respondió el gobernador. Rossi, más escéptico dado los encontronazos que suele mantener con los disidentes en el Congreso, opinó que el tema debería “ser parte de un debate”. “Si ellos quieren acercarse saben dónde encontrarnos”, propuso.

Claro que a algunos en el oficialismo la posibilidad de reunirse con dirigentes como Solá, Eduardo Duhalde o Francisco de Narváez les suena a herejía. “Es el poder económico y sus lacayos que buscan limar el proyecto nacional y popular de Néstor y Cristina”, twiteó ayer, furioso, Luis D’Elía.

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