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El país|Jueves, 4 de noviembre de 2010
Sergio Burstein denunció intimidaciones ante la Justicia

Dos merodeadores al acecho

El familiar de víctimas de la AMIA cuyo teléfono fue pinchado por Ciro James hizo una presentación ante el juez Norberto Oyarbide. Lo puso al tanto de que dos desconocidos fueron a hacer preguntas sobre él a un local que tiene en la calle Libertad.

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Sergio Burstein vinculó la intimidación con la denuncia que derivó en el procesamiento de Macri.

Mientras la causa por las escuchas ilegales en el gobierno porteño sigue ventilándose en los tribunales, el familiar de víctimas de la AMIA Sergio Burstein –cuyo teléfono fue pinchado por Ciro James– radicó ayer una denuncia por intimidación ante el juzgado de Norberto Oyarbide. El dirigente relató que dos desconocidos merodearon la semana pasada, en varias ocasiones, un local que él alquilaba en la calle Libertad. Allí intentaron que el responsable del comercio les informara cuál era su relación con el impulsor de la causa que hoy tiene procesado al jefe de Gobierno, Mauricio Macri, y otros aspectos vinculados con su actividad comercial. Según el dirigente, los que increparon a su inquilino también tendrían relación con las personas que recorrieron la calle Libertad ofreciendo dinero a comerciantes para que testificaran en su contra, en relación con su profesión. La denuncia llega luego de que en la comisión investigadora de la Legislatura porteña el bloque del PRO insistiera en que Burstein revelara su ocupación.

“¿Está Sergio Burstein?”, relató el dirigente que le preguntaron a la persona que le alquilaba una oficina sobre la calle Libertad,esquina Sarmiento, en el centro porteño. “¿Usted quién es? ¿De dónde lo conoce? ¿Tiene contrato de alquiler?”, continuó la inquisitoria por parte de los dos desconocidos, según la denuncia. Los hombres habían permanecido en la puerta de la oficina, en una zona con poco movimiento, a comienzos de la semana pasada. En aquella ocasión, el responsable del comercio se había atrevido a preguntarles qué necesitaban, y como respuesta obtuvo sólo más preguntas. Algunos días después, los dos merodeadores volvieron a rondar la oficina, según lo que pudo observar el encargado a través de las cámaras de seguridad del local. Este episodio, sumado a cierta información de dudosa procedencia que comenzó a circular en sitios de Internet en paralelo a su declaración ante la comisión investigadora, pusieron en alerta a Burstein para presentarse ante la Justicia. Allí se deslizó que había tenido un divorcio conflictivo con su ex esposa Rita (fallecida en el atentado a la AMIA), y que incluso tenía una denuncia por golpes y agresiones. También desde esos sitios se ponía en duda el origen de sus ingresos, en sintonía con la postura del macrismo.

“Yo no puedo señalar a nadie en especial, pero hay alguien que cree que destruyéndome a mí puede destruir la causa”, dijo Burstein a Página/12. El dirigente fue más allá. “El maltrato de las preguntas de los legisladores del PRO me lleva a sostener que esto no es casual: me querían ensuciar”, dijo. En el marco de la CIE, algunos macristas tuvieron la intención de convocar como testigos a algunos comerciantes de la compra y venta de oro en la calle Libertad para que dieran cuenta de la actividad comercial de Burstein. El pedido no prosperó, pero el dirigente sostuvo que continúa recibiendo información de que personas de las mismas características de las que se presentaron en la oficina que alquilaba ofrecieron dinero a comerciantes para que se presenten y declaren en su contra. “Casualmente, a partir de que hago la denuncia porque me pincharon el teléfono y en la investigación resulta procesado quien resulta procesado, hoy soy la peor basura del mundo para algunos. Para muchos de ellos yo era intachable desde hace quince años”, se quejó la víctima de las escuchas.

Por su parte, Oyarbide deberá determinar si incluye este hecho en la causa de las escuchas o si la investigación debe ser llevada a cabo por otro magistrado. Burstein, en tanto, planea ampliar sus dichos con las amenazas hacia su persona que recibieron últimamente sus familiares, incluyendo preguntas por su hija, quien recibió el llamado original que disparó el escándalo. “Me tomaron en serio porque la última vez que hice la denuncia como corresponde, la investigación terminó con Macri procesado”, concluyó.

Informe: Gabriel Morini.

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