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El país|Martes, 21 de enero de 2003
CHICHE NO SERA CANDIDATA A VICE Y SE BAJO DE LA SOTA

El día de los dos renunciamientos

El vocero presidencial y luego el propio Presidente anunciaron que la Primera Dama no integrará fórmula presidencial. Y el gobernador de Córdoba decidió resignar su debilitada candidatura.

Por Fernando Cibeira
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Chiche Duhalde no habló pero otros anunciaron su decisión por ella.
De la Sota se bajó de la pelea nacional, tal vez busque la reelección.
Al final, el único operativo clamor montado en los últimos tiempos que tuvo éxito fue el que pedía que el cordobés José Manuel de la Sota se bajara de su candidatura presidencial, algo que hizo público ayer. El otro operativo, todavía en cierne, iniciado por parte de la estructura del PJ bonaerense que pretendía instalar a Hilda “Chiche” Duhalde como compañera de fórmula de Néstor Kirchner, fracasó, igual que ya habían fracasado los clamores presidenciales para Carlos Reutemann y para el propio Eduardo Duhalde. El vocero de la Casa Rosada, Luis Verdi, anunció que Chiche no será candidata y que esa decisión es irreversible, un dato que luego fue confirmado por el Presidente. Cerca de Kirchner trataban de restarle importancia a la novedad, aunque sostenían que no estaba todo dicho. “Lo del vice se resuelve la semana que viene en una reunión entre Duhalde y Kirchner”, avisaban.
Aunque la diferencia entre un anuncio y el otro fue de apenas un par de horas, en Gobierno aseguraban que había relación entre ellos. Primero salió lo de Chiche, extrañamente en la voz de Verdi. “Yo no tengo dudas: con Chiche de vice, la fórmula es invencible”, había señalado el ministro de la Producción, Aníbal Fernández, en la edición de ayer de Página/12. Ya el influyente secretario general de la Presidencia, José Pampuro, había augurado que la Primera Dama formaría parte de alguna de las dos fórmulas, la presidencial o la bonaerense. En general, dentro del justicialismo de la provincia consideran que muchos dirigentes del duhaldismo duro sólo conseguirán digerir la candidatura de Kirchner si lo acompaña Chiche, que sería lo mismo que si lo acompañara Duhalde.
En síntesis, estaba en marcha un nuevo operativo clamor que en Gobierno imaginaron podría llegar a su clímax hoy, cuando Duhalde y su esposa reciban a las 15 a los congresales provinciales en los preparativos en la batalla contra el menemismo en el Congreso del viernes. Por eso, Verdi imaginó que a Chiche le podría gustar que se anticipara y saliera al cruce de la movida, dado que la ha escuchado repetir hasta al hartazgo que no quiere ser candidata a vicepresidente. En rigor, Chiche sólo se imaginó en voz alta como posible candidata a la gobernación, nunca vicepresidente ni vicegobernadora. Pero, en los últimos días, y con tantas vueltas dentro de la retorcida interna peronista, tampoco cortó tajantemente las otras posibilidades.
“Chiche no será candidata. No hay retorno a esta decisión que ella ha adoptado luego de haberlo meditado suficiente tiempo. De ninguna manera fue una decisión apresurada sobre la que no se puede volver atrás”, anunció el vocero. Pese a que la movida estaba consensuada con Chiche, anoche, cerca de la Primera Dama no parecían muy conformes. “Chiche lo está pensando”, respondían cerca suyo pese a que las palabras de Verdi hacía rato que se reproducían en los cables de agencia. “Ella habla por ella”, agregaban, con lo que sobrevolaba la posibilidad de una desmentida. Y daban a entender que la señora Duhalde podría salir a hablar por las suyas hoy luego de la reunión de gabinete o por ahí más tarde, en el encuentro con los congresales.
Pero si quedaban dudas, Duhalde las taló anoche en un programa televisivo. “No va a ser candidata porque no queremos que digan ‘éstos se van pero se quieren quedar’”, explicó el Presidente.
Kirchner se había entusiasmado con la promesa de compañía de Chiche y ayer trataba de asimilar el nuevo escenario. “A Néstor le gustaba porque representaba la voluntad mayoritaria dentro del peronismo pero si ella no quiere, no cambia nada”, decía una persona del entorno del santacruceño. En el análisis fino, no descartaban que más adelante pudiera darse un cambio de planes. “Esta semana hay que trabajar para el congreso. Lo del vice se soluciona la próxima”, agregaban. Y que una charla sincera entre el Presidente y el gobernador de Santa Cruz podía hacer posible lo que ayer había dejado de serlo.
Sale uno
Las ilusiones presidenciales de De la Sota se mantenían sólo en su propio empecinamiento. Pese a que había largado como caballo del comisario, al ver que no avanzaba en las encuestas el Gobierno se había desentendido de su suerte y comenzó a buscar delfines por otros mares. De la Sota suspendió los actos, se fue entonces de vacaciones a Brasil y, estaba cantado, a la vuelta tiraría la toalla. Detrás quedó su lujosa campaña ideada por el brasileño Duda Mendonça, que esta vez no sacó conejos de la galera, y los concurridos actos por el conurbano armados por los dirigentes bonaerenses que le creyeron a Duhalde cuando les dijo que había que apoyarlo.
En el anuncio realizado ayer a la tarde en la gobernación cordobesa, le echó la culpa al internismo por el fracaso de su intentona. “Creo que la Argentina necesita que los partidos se fortalezcan, que estén unidos, con ideas claras. Y ese es el motivo por el cual no voy a competir por la candidatura presidencial del justicialismo”, explicó. Sostuvo que en este momento no están dadas las condiciones para debatir las soluciones para el país sino que “son más fuertes las disputas entre dirigentes que la lucha por las ideas”. “Si he resuelto no competir, es porque creo que no va a haber internas”, redondeó. En su entorno aseguran que De la Sota buscará la reelección en la provincia, una meta que tampoco asoma sencilla.
De la Sota se declaró “prescindente” con respecto a los tres candidatos que quedan en pie dentro del PJ, dando aire a las versiones que días atrás sostenían que andaba en conversaciones con el menemismo. Sin embargo, en la Rosada dan por hecho que los congresales cordobeses terminarán dando quórum en la convocatoria del viernes en la que buscarán suspender las internas. Y cerca de Kirchner creen que De la Sota terminará apoyando su candidatura. Por ahí no personalmente pero sí a través de su gente, como dicen que hizo Reutemann. “No se va a ir con Menem y muchas otras posibilidades no tiene”, resumían.

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