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El país|Jueves, 18 de noviembre de 2010
Empezó en la capital mendocina el juicio contra diez represores por delitos de lesa humanidad

La hora de ver a los acusados en su lugar

Los represores serán juzgados por 32 casos, la mayoría de desaparecidos. El proceso se inició luego de sortear la resistencia de la Justicia local. Entre los hechos que se juzgan está el asesinato del poeta y escritor Francisco “Paco” Urondo.

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Los siete acusados presentes en la audiencia se negaron a declarar.

“Vamos a festejar de felicidad recién cuando los genocidas sean condenados”, dijo ayer Angela Urondo a Página/12, a pocas horas de haber presenciado el inicio del juicio oral y público en el que será juzgado, entre otros delitos de lesa humanidad cometidos en Mendoza, por el asesinato de su padre, el periodista y poeta Francisco “Paco” Urondo, su propio secuestro y el de su madre durante la dictadura. De los diez imputados, sólo siete estuvieron en la sala de audiencias de los tribunales federales de la capital mendocina. En este proceso se debatirán 32 casos de secuestros o desapariciones. Se espera la presencia de más de doscientos testigos y se estima que el juicio durará unos cuatro meses. La primera jornada concluyó a las 17.45 con la apertura del debate, mientras que los siete acusados que se encontraban en el tribunal coincidieron en negarse a prestar declaración.

El segundo juicio oral y público en esa provincia –ya que el primero culminó hace dos días en San Rafael con la condena de tres represores y un abogado– tenía previsto su inicio a las 9, pero comenzó con atraso a las 10.50 debido a “problemas técnicos vinculados con el suministro de oxígeno” al acusado general Ramón Lépori, según informó el presidente del tribunal oral. El salón se encuentra dividido con un blindex que separa la ubicación del tribunal, los imputados, los abogados querellantes y dos médicos para asistir casos de emergencia. En el Concejo Deliberante de la Municipalidad de la capital mendocina se encuentra instalada una gran pantalla para seguir las alternativas de las audiencias.

El presidente del tribunal, Juan Antonio González Macías, encabezó la apertura, con la lectura de las elevaciones a juicio de 19 causas con diez imputados. “Ya conocía los hechos, los detalles del asesinato de mi padre y el secuestro mío y de mi madre, pero escucharlo en este contexto fue muy fuerte, y agradezco estar viva para haberlo hecho, estar viva para vivir esta instancia, que pareció siempre una utopía”, comentó la hija de Urondo con su voz disfónica por las entrevistas que dio y por las estrofas que entonó desde la vigilia del martes. “Y sí, quedé así de tanto cantar ‘a dónde fueran los iríamos a buscar, porque la justicia ya los encontró’”, recordó. Para Angela Urondo, éste es un momento de emociones, pero aclaró que no de felicidad. “Es una situación triste pasar por un juicio, pero fue mucha lucha hasta llegar hasta acá, festejo haber llegado a lo que es apenas un principio de justicia, festejaremos de felicidad cuando los genocidas estén condenados”.

El ex general Luciano Benjamín Menéndez estará ausente durante el proceso judicial porque está siendo enjuiciado en Córdoba. Los acusados, el ex general de Ejército y ex titular de la Brigada de Montaña 8, Juan Pablo Saa; el coronel e interventor en la provincia durante la dictadura militar, Tamer Yapur Maslup; y el ex jefe de Inteligencia de Ejército Paulino Enrique Furió, se encontraban ubicados en el costado sur del salón. Entre los ex integrantes de la policía mendocina, se contaba a los ex oficiales del ex centro de tortura denominado D2 en esta ciudad; el subcomisario Celustiano Lucero, Luis Alberto Rodríguez y Eduardo Smaha. Por problemas de salud estuvieron comunicados con el tribunal por video conferencia desde una habitación del Casino de Oficiales del Ejército, a pocas cuadras del tribunal federal, el ex general de brigada, Mario Ramón Lépori; y los comisarios Armando Osvaldo Fernández Miranda y Juan Agustín Oyarzábal. En situación similar por problemas de salud física, el acusado capitán Dardo Migño Pipaon, en silla de ruedas, se comunicó por teleconferencia desde el edificio de la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario. Dardo Migño se encuentra imputado en causas por las muertes del periodista y escritor Francisco “Paco” Urondo, además de Héctor Brizuela, Alberto Molina y Marta Agüero.

En las escalinatas de ingreso a los tribunales se congregaron militantes del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) de Mendoza, Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Casa de la Memoria y la Cultura Popular, Madres de Plaza de Mayo, Familiares de Desaparecidos y Ex Presos Políticos. El abogado Pablo Salinas, del MEDH, admitió que “por fin hemos podido conocer los rostros de los genocidas, y las víctimas poder mirarlos a los ojos a quienes marcaron el gran dolor de los argentinos”. Y agregó: “Nosotros reclamábamos justicia pero no les conocíamos el rostro, y demuestra esto que comienza a caer la impunidad, que estos señores empiezan a recibir justicia”, manifestó Salinas. Mariú Carreras, de la Comisión de Detenidos-Desaparecidos de Mendoza, dijo que lo que se vivió ayer “no es una alegría común, es muy compleja, llena de muchas emociones, pero verdaderamente nos encuentra acá después de años de trabajar con esta esperanza, hoy real y concreta de poder obtener verdad y justicia, no sólo para nuestras familias sino para la sociedad que merece vivir en la base de una verdad y justicia real”.

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