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El país|Lunes, 21 de febrero de 2011
José Ottavis, responsable de la Juventud Peronista bonaerense

“Vale la pena ganar para seguir transformando”

Por Nicolás Lantos
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Pasó el verano repartiendo su tiempo entre la costa y el microcentro: como responsable de la Juventud Peronista bonaerense y referente de La Cámpora, José Ottavis no dejó de supervisar las actividades que se llevaron a cabo durante las vacaciones, las tuvo que armonizar con sus obligaciones como titular del Foncap (un programa que busca desarrollar un sistema de microcréditos para pequeños emprendimientos). Hiperactivo y locuaz, recibió a Página/12 en su oficina frente a la Legislatura porteña, y habló acerca de esta camada emergente de funcionarios jóvenes que quieren “cambiar el Estado desde adentro” y consideran que Néstor Kirchner y Cristina Fernández abrieron esa posibilidad. También se anima a planear más allá de octubre: “Sólo vale la pena ganar si es para seguir transformando”.

–¿A qué atribuye la reconciliación entre la juventud y la política que salió a la luz tras la muerte de Kirchner?

–Los jóvenes aparecen cuando hay conflicto, cuando se discute algo. En el ’45 se discutía más para los pobres y menos para los poderosos y la juventud estuvo. En los ’70 cuando se discutía dictadura o democracia, la juventud estuvo. En los ’90 no había nada que discutir y la juventud decía para qué carajo voy a estar. El 19 y 20 de diciembre cuando se decía que se vayan todos, la juventud estuvo. Kirchner puso de nuevo en la política la discusión: no es lo mismo votar entre Kirchner y Menem, y sí es lo mismo elegir entre Menem, Duhalde, Felipe, Carrió, De la Rúa. Cuando a vos te ofrecen eso, reaccionás de forma apática. Cuando a vos te ofrecen pelearte contra una corporación y realizar un sueño vos decís yo estoy. Con la partida de Néstor, la juventud se manifestó y ganamos la calle. Cada vez que la Argentina discute temas profundos los jóvenes estamos y estamos siempre en función del pueblo.

–Y dentro del espacio de la juventud, ¿por qué La Cámpora logró ganar tanto espacio en los últimos años?

–La Cámpora eligió hace un par de años no agarrar la diagonal de la rosca y el facilismo, sino el camino derecho del territorio y la militancia. Eso te lleva a estar cerca del pueblo, a estar cerca de las injusticias, de los reclamos y, a la vez, a estar cerca de los que saben. Eso después se ve reflejado cuando hay dirigentes que tienen una oportunidad. Ninguno de los que somos parte del Gobierno, podemos decir con orgullo, nos parecemos a Zulemita ni a Antoñito ni a Aíto. Tratamos de parecernos todos los días a Néstor y a Cristina cuando militaban hace 30 años o a Perón y a Evita cuando comenzaban.

–Después de haber crecido con tanta fuerza este año, y más allá de las elecciones, ¿qué objetivos se ponen como agrupación?

–Aunque nos esté yendo bien, es importante tener memoria de cómo nos cagaron en la Argentina. Saber lo que es no tener trabajo, educación ni salud y con esa memoria defender lo conseguido y pensar qué es lo que falta. Nosotros no pensamos el 2011 como un triunfo electoral, sino como una etapa más de transformación de la Argentina: queremos que el peronismo sea un elemento de transformación. Vale la pena que Cristina sea presidenta si podemos cambiar la realidad. No queremos que nunca más muera un pibe por gatillo fácil en la Argentina, queremos vivienda para los jóvenes que recién se casan, que nuestras universidades estén más llenas todavía de chicos humildes, no queremos chicas que se mueran por un aborto clandestino ni chicos que se mueran por el paco. Nosotros queremos que cada cuenta pendiente que tenemos, después del 2011, las terminemos de saldar y hagamos una Argentina mejor.

–¿Y en cuánto a medidas concretas?

–Yo veo que Cristina viene caminando el fifty-fifty. Con capacidad de gestión, es decir con superávit, alta recaudación, de-sendeudamiento con orgullo, con instituciones que trabajan para el pueblo. Del 2011 al 2015, hay que seguir industrializándose, haciendo rutas, escuelas, hospitales. Y que termine de transformarse en un actor de importancia en el mundo y en Latinoamérica.

–¿El mismo avance de los sub-35 en la función pública va a verse cuando cierren las listas nacionales y provinciales?

–En política nadie te regala nada y las listas se cierran en función de las expectativas de votos, entonces los jóvenes tenemos que ser lo más representativos posible para poder ocupar lugares. Por otro lado, Cristina y Kirchner han demostrado mejor que nadie que tienen un oído puesto en el pueblo. El peronismo históricamente sabe que la realidad se lee en la calle. Y los trabajadores, los jóvenes y el pueblo en general son los que ganaron la calle en los últimos meses.

–Se habla mucho del rol de Máximo Kirchner en La Cámpora, pero poco se sabe con certeza. ¿El interviene políticamente en el día a día o es más bien una especie de padrino de la agrupación?

–Por suerte, Cristina y Néstor sacaron de la cancha a los padrinos de la política en la Argentina. Hoy, para nosotros en La Cámpora y para mí en general, Néstor es nuestro jefe en el cielo, y Cristina y Máximo son nuestros jefes en la Tierra.

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