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El país|Miércoles, 23 de febrero de 2011
El sucesor de Yabrán asesoró a EE.UU. en el caso Antonini

De Yabrán a la embajada sin escalas

Preocupados por despegar al hijo de Yabrán, dueño del avión en que llegaron el venezolano que hoy vive en Miami y su famosa valija, los empresarios Héctor Collela y Mario Montoto ofrecieron a la embajada norteamericana detalles del funcionamiento de Aeroparque.

Por Santiago O’Donnell
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Héctor Collela.

“H.C.”, el sucesor de Alfredo “Papimafi” Yabrán, fue asesor privilegiado de la embajada estadounidense durante el conflicto por la valija de Antonini Wilson. Según un cable filtrado por Wikileaks al que tuvo acceso Página/12, Héctor Collela, heredero de Yabrán, les dio a funcionarios de la embajada una descripción pormenorizada de, según su versión, cómo ocurrieron los hechos desde la óptica del piloto que conducía el avión donde viajaba la valija cargada de dinero que luego sería incautada en la aduana.

En mayo de 1998, horas antes de quitarse la vida de un escopetazo, acorralado por la Justicia argentina y el FBI, Alfredo Yabrán escribió un testamento nombrando a “H. C.”, Héctor Collela, como su sucesor. Yabrán venía de ser denunciado por el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo en una maratónica sesión del Congreso. El ministro dijo que Yabrán lideraba una mafia que controlaba la entrada y salida de bienes del país a través un entramado de empresas sospechosamente autofinanciadas, con posiciones dominantes en logística, seguridad, transporte y servicios aeroportuarios, más la impresión de dinero y documentos oficiales y el manejo informático de Lotería Nacional por vía de una empresa cautiva. Este entramado se apoyaba en una red de políticos, jueces, policías, obispos y periodistas a sueldo, y un círculo parapolicial de ex represores de la dictadura, acusado, entre otras cosas, de incendiar casas de competidores y funcionarios públicos. Cuando se mató, Yabrán era buscado por el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas. “Me pidió que cuide a la familia”, había dicho Colella al salir del funeral.

El 12 de agosto del 2008, H. C. se acercó a la Embajada de Estados Unidos a cumplir con su promesa. El episodio de la valija de Antonini Wilson había salpicado a Pablo, el hijo de Yabrán, quien de chico llamaba a su padre “papimafi”. Pablo es el dueño de la empresa de charters aéreos Royal Class y Antonini Wilson y su valija habían viajado en uno de sus aviones.

Colella aprovechó el contacto con la embajada para matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, proteger al hijo de Yabrán. Por el otro, mostrarse amigable y colaborativo con los mismos estadounidenses que alguna vez le bajaron el pulgar a su patrón. Al hacerlo dejó en claro para quién juega el grupo Yabrán al menos desde el suicidio de Don Alfredo, cada vez que hay un conflicto que conecta un sector de la Argentina con otro estadounidense. En su momento la presidenta Cristina Fernández de Kirchner calificó el suceso como “operación basura”. Antonini Wilson vive hoy en Miami.

H. C. llegó a la embajada acompañado por el empresario especializado en seguridad Mario Montoto, a quien el cable describe como “un empresario bien conectado y magnate editorial”. A Collela lo presenta com “el presidente del correo OCA S. A.”.

Después de la síntesis, el cable arranca diciendo: “Colella les dijo a los funcionarios de la embajada que el dueño de Royal Class Air es un socio suyo, Pablo Yabrón.”

El cable se refiere a Pablo Yabrán con el apellido “Yabrón”. Yabrán padre tiene frondosos antecedentes en las bases de datos de la DEA y el FBI.

Lo primero que hizo Collela fue aclarar que ellos no tenían nada que ver con los pasajeros que viajaban en el avión, ya que habían sido contratados a través de un tercero, la empresa Aeropuertos Argentina 2000.

“Hasta que estalló el escándalo de la valija de $ 800.000, dijo Collela, el gobierno de Argentina contrataba sus servicios de charter a Aeropuertos Argentina 2000”, dice el cable. “AA2000 subcontrataba el servicio con Royal Class Air. Antes del escándalo dijo, el Gobierno había usado a Royal Class Air cuatro veces en el 2007. Después del escándalo el gobierno de Argentina no volvió a viajar por Royal.”

Después, Collela sostuvo que la valija fue interceptada porque el piloto de Royal, siempre según su patrón, habría actuado con profesionalismo. “Cuando el jet llegó a Aeroparque, los pasajeros le ordenaron al piloto que se dirigiera al sector militar/VIP del aeropuerto, pero la torre de control dirigió al piloto a un área cerca de la terminal central de pasajeros. Después de que el jet estacionara en el área indicada, según Collela, los pasajeros intentaron abandonar el área con sus valijas en una combi, pero el piloto insistió en seguir el protocolo apropiado y mandó a los pasajeros y su equipaje a Migraciones y Aduana... La insistencia del piloto en cumplir con las regulación armó el escenario para el descubrimiento de la tristemente célebre valija llena de dinero.”

Entre los pasajeros viajaba el entonces funcionario argentino Claudio Uberti, que a raíz del incidente fue separado del Gobierno.

Según Colella, AA 2000 usó a Royal para tomar distancia del tema. “Cuando el escándalo se hizo público, AA2000 instruyó a Royal que le facture directamente a la empresa estatal Enarsa. Royal ya había preparado la factura para AA2000. Eventualmente Royal le terminó facturando al gobierno de Argentina, pero guardó los emails y la documentación del cambio.”

El cable cierra con un aporte de Montoto, quien informa a los diplomáticos que el aeropuerto cuenta con scanners que fácilmente pueden detectar una valija llena de dinero.

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