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El país|Miércoles, 20 de abril de 2011
Mario Vargas Llosa advirtió sobre los riesgos que representa el populismo en la región

De cena con los neoconservadores

El Nobel de Literatura habló en el cierre del encuentro de la neoliberal Mont Pelerin Foundation. También almorzó con Ricardo López Murphy y dijo que “las políticas que ha implementado la Presidenta no me parecen las ideales ni para la Argentina ni para ningún país”.

Por Werner Pertot
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Vargas Llosa siguió con su ronda de encuentros con opositores y mañana participará en la apertura de la Feria del Libro.

Mario Vargas Llosa siguió con su gira de encuentros con opositores: ayer tuvo un almuerzo con Ricardo López Murphy y otros amigos, y habló sobre el populismo en el cierre del encuentro de neoliberales, organizado por la ultraconservadora Mont Pelerin Society. Mauricio Macri –que le dio la bienvenida en un cóctel en el Hotel Sheraton el lunes, junto con Eduardo Duhalde, Francisco de Narváez y Patricia Bullrich– no fue de la partida, pero sí varios de sus funcionarios y diputados. En su discurso en la cena de cierre del encuentro neoconservador, Vargas Llosa no habló de la Argentina. Los organizadores no permitieron el acceso de Página/12.

Potenciado por la polémica que tuvo con el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, por su participación mañana en la apertura de la Feria del Libro, Vargas Llosa desembarcó en Buenos Aires junto con los think tanks neoliberales que suelen hacerle la corte. Ayer se escucharon en el hotel de Retiro a algunas de las glorias locales de los noventa y a algunos exponentes traídos directo de Estados Unidos.

El presidente de la Fundación Atlas, Alejandro Chaufen, compartió una mesa con López Murphy. Vargas Llosa y su hijo, Alvarito, se sentaron en primera fila. “Scioli y Macri tienen varias similitudes: aumentaron drásticamente los impuestos, se endeudaron a tasas extravagantes para la realidad financiera que vive el país y utilizan descaradamente la propaganda oficial para publicitar a sus actividades de campaña y sus posibles candidatos”, disparó el Bulldog. “Nada más antirrepublicano y autoritario que usar los dineros públicos para hacerse propaganda de sí mismos”, sostuvo, y fue uno de los más aplaudidos. Vargas Llosa lo recordó luego en su discurso de cierre.

Al mediodía, el Bulldog compartió pastas y vino tinto con el Premio Nobel de Literatura y los dos se lamentaron porque Alejandro Toledo quedó fuera de la segunda vuelta en Perú. Ambos se mostraron preocupados también por la fragmentación de la oposición argentina. López Murphy le dijo que, si siguen así las cosas, es muy probable que Cristina Fernández de Kirchner gane en primera vuelta. Vargas Llosa se cuidó de no hacer comentarios. “No quiero dar la impresión de que vengo a la Argentina a criticar a la Presidenta. No me anima ninguna lógica de provocación”, había sostenido en diversos reportajes que dio a su llegada. “Las políticas que ha implementado no me parecen las ideales ni para la Argentina ni para ningún país”, aclaró, de todas formas. Luego dejó una definición doctrinaria: “Es que las ideologías hoy se han ido a la mierda, ¿no?”.

Macri no apareció de nuevo por el Hotel Sheraton, pero mandó en su lugar al ministro de Desarrollo Económico, Francisco Cabrera. Por la tarde, los neocon pudieron escuchar una charla, que se planteaba una pregunta que los aflige: “¿Por qué es el populismo tan popular y el capitalismo tan temido en el mundo hoy?”. Poco antes de entrar a la cena, Vargas Llosa se mostró en su salsa entre los dirigentes neoliberales y recordó la polémica con González: “Dio marcha atrás cuando la Presidenta, expresando que la Argentina respetaba la libertad de expresión, hizo que quienes habían pedido que me desinvitaran retiraran esa propuesta. Me alegro que todo eso haya vuelvo a foja cero”, sonrió.

Luego compartió una cena, a la que no faltaron la embajadora de Estados Unidos en la Argentina, Vilma Socorro Martínez; López Murphy; el presidente del Banco Ciudad, Federico Sturzenegger; el ex embajador de Carlos Menem en Washington Diego Guelar; la diputada evangelista Cynthia Hotton; el empresario Enrique Morad, de Loma Negra; el ex funcionario menemista Jorge Castro; el director ejecutivo de la Fundación Pensar, Miguel Braum, y la diputada del PRO Paula Bertol, entre otros. Todos degustaron el guacamole y el hojaldre con champignones de la entrada, la carne con una torre de papas, el tomate relleno con queso crema y, de postre, una torta de limón.

En su discurso, Vargas Llosa no hizo ninguna mención a la Argentina. “En mi juventud Latinoamérica era el paraíso de las dictaduras. Las excepciones eran Costa Rica, Chile y Uruguay”, sostuvo Vargas Llosa, y luego elogió las transiciones democráticas de estos últimos dos países. “Para mí el mal mayor es el retorno del régimen de Alberto Fujimori. Sin alegría, con muchos temores, voy a votar por Humala”, anunció, entre murmullos. Varios neoliberales peruanos se quedaron con las manos sobre la mesa al final de su discurso.

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