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El país|Viernes, 29 de abril de 2011
LA SALIDA DE CARRERA DEL SENADOR MENDOCINO COMPLICA A MAURICIO MACRI

Sin su aliado estratégico

El jefe de Gobierno porteño prefería a Sanz como candidato de la UCR e incluso lo veía como posible compañero de fórmula. “Puse en stand by mi candidatura”, dijo ayer el líder del PRO, quien definiría su futuro electoral la semana que viene.

Por Werner Pertot
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Macri se debate entre buscar su reelección o la presidencia.

Llueve sobre mojado. Todavía sin lograr que el resto de la oposición acuda a su convocatoria, Mauricio Macri perdió a su aliado estratégico dentro del radicalismo. En el macrismo plantearon en público que nada cambió con la decisión de Ernesto Sanz de bajarse, pero internamente resintieron que él no sea el candidato de la UCR. El jefe de Gobierno se había reunido con el senador en las últimas semanas –al igual que con el ex presidente Eduardo Duhalde– e incluso lo veía como un potencial compañero de fórmula. “Sanz no habla de límites, es más moderno que Alfonsín, es más desarrollista, es menos centroizquierda. Para Mauricio, él y Aguad deberían ser del PRO”, definió un integrante de la mesa chica macrista. Con este escenario opositor y el juego de presiones internas, Macri definiría la semana próxima qué hacer.

Por supuesto, lo primero que sondearon los propios hombres del PRO es si la decisión de Sanz movía en algo el péndulo macrista, que oscila entre Nación y Ciudad. La mayoría interpretó que no. En el comando de campaña de Macri insistían en que está firmemente resuelto a ser candidato a presidente y que su electorado es bien diferente al de Ricardo Alfonsín, lo que favorece que compita. “Terminamos el picadito con Macri. Hay equipo ganador para rato”, le puso fichas el comediante-candidato Miguel Del Sel, quien compartió un acto junto al jefe de Gobierno, que está de recorrida por distintos puntos del interior para hacer campaña en plena semana.

Los que piensan que tiene que ir a Ciudad tampoco vieron que la decisión de Sanz cambiara el escenario, sobre todo porque ya era sabido que el dirigente radical se iba a bajar. Algunos interpretaban que si Sanz hubiera sido el candidato a presidente del radicalismo, los hubiera ayudado para convencer a Macri de que se bajara y le ofreciera integrar la fórmula con Gabriela Michetti como vice. “Si él era el candidato y hubiera podido ganar la interna, cosa que evidentemente no iba a poder ser, para Mauricio y para gran parte del PRO bajarse a la Ciudad y bancarlo como candidato a presidente habría sido más fácil”, estimaba uno de los integrantes de la mesa chica.

Los partidarios de la reelección –entre los que están el consigliere Nicolás Caputo, el asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba, el secretario general Marcos Peña y la propia Michetti– le insistirán con los argumentos que vienen sosteniendo: que puede perder la Ciudad, que sin ganar en julio no hay chances de que se presente a presidente y que “por más que Gabi esté bien en las encuestas, la campaña va a centrarse en destruirlo a Macri y la van a anular”. “Todos estamos esperando que él defina si va a pelear la presidencial o se saca ese fantasma de encima y peleamos la Ciudad”, se mostraba fastidiado otro de los dirigentes PRO.

Durán Barba hizo público uno de los argumentos con los que suele insistirle a Macri para convencerlo de que se baje a la Ciudad. El gurú ecuatoriano sostuvo que “va a ser muy difícil ganarle a la Presidenta. Tiene credibilidad, tiene imagen y se presenta bien”. Hace poco, Michetti dijo algo similar. Por su parte, la diputada macrista descartó que la decisión de Sanz –así como la de Pino Solanas de bajar a la Ciudad– vayan a cambiar la decisión de Macri. “Las estrategias de nuestros adversarios son respetables, pero no determinan ni influencian nuestras propias decisiones”, sostuvo ante Página/12 la ex vicejefa, que en los últimos días se ocupó de desactivar una versión que la daba como candidata a presidente en caso de que Macri decida bajarse.

Tras el picadito con Del Sel, Macri volvió a insistir en que el resto de los opositores debe responder a su convocatoria de sentarse a una mesa de diálogo. Para esto tuvo reuniones reservadas en las últimas semanas con Eduardo Duhalde, Sanz y también una foto muy promocionada con Oscar Aguad en Córdoba. “Yo estoy viendo de qué manera contribuyo a que se organice mejor esto que la gente siente como una necesidad imperiosa de cambiar. Por eso puse en stand by mi candidatura y me puse a trabajar en pos de generar estos consensos”, recordó. Ante quienes interpretaron rápidamente que se estaba bajando, el coordinador nacional del PRO, Emilio Monzó, explicó que “uno no puede llegar a un acuerdo condicionando con una candidatura. Ese es el gesto que brinda Mauricio”. Cerca del jefe de Gobierno afirmaron que todavía no decidió y que la espera concluirá la semana que viene.

De paso por Rosario, Macri le dedicó un inusual ataque al gobernador de Santa Fe, Hermes Binner: “Es tan parco que compite con Reutemann para ver quién es más parco de los dos”. También celebró que Alfonsín aclarara que no era él quien ponía los límites a un acuerdo con el macrismo. “Me pone contento que Alfonsín haya dicho que lo malinterpretaron y que entiende la necesidad de dialogar, aunque la verdad es que veo difícil una alianza con el radicalismo; sí tal vez en algunos distritos, pero no a nivel nacional”, advirtió el jefe de Gobierno. En eso, el hijo de Franco coincide con el hijo de Raúl.

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