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La reunión de despedida de Felipe Solá del Peronismo Federal fue raleada y austera. El bonaerense pidió disculpas por su decisión de abandonar el peronismo antikirchnerista frente a media docena de sus ahora ex compañeros de bloque. “Peleamos contra la intransigencia del Gobierno y nos hemos vuelto intransigentes noso-tros mismos”, se justificó Solá al terminar el encuentro. “Entendemos su decisión, pero no compartimos sus fundamentos”, dijo el denarvaísta Gustavo Ferrari. Los duhaldistas y representantes de los hermanos Rodríguez Saá no fueron de la partida; mientras la diputada santafesina Celia Arena también renunció a la vicepresidencia del bloque y hoy definirá junto a sus comprovincianos el alejamiento definitivo de la bancada. Los desgajados federales tratarán de continuar hasta las elecciones con una dirección colegiada, aunque su futuro legislativo se redefinirá tras el recambio de diciembre.
“El pueblo ha cambiado y noso-tros no hemos visto ese cambio”, insistió Solá ante los periodistas después de la reunión en la que se despidió de sus ex compañeros de ruta en el peronismo opositor. También afirmó que les pidió a los legisladores más cercanos a su postura que “no tomaran posiciones apresuradas”. Aunque varios, entre ellos sus ex funcionarios durante la gestión bonaerense Raúl Rivara y Roberto Mouillerón, emigran con él, pero lo harán con sus tiempos.
“No voy a poner palos en la rueda, pero si una ley no me gusta tampoco la voy a votar”, agregó, para definir su postura frente al oficialismo en su nueva etapa como “independiente”. “Vamos a esperar –continuó Solá– hasta después de las elecciones para definir la composición y el nombre del bloque”, sentenció, pero no quiso ir más allá en sus definiciones. “No voy a hablar mal de quien dialoga conmigo, pero sobre la relación con (Daniel) Scioli se ha hecho una fábula”, respondió Solá cuando lo consultaron sobre su acercamiento al gobernador bonaerense. “Ha hecho una buena elección”, volvió a contestar cuando Página/12 le preguntó por la gestión bonaerense. La despedida no fue numerosa. Solá pidió “disculpas” a los diputados que se enteraron “por los medios” de la decisión de renunciar a la presidencia del bloque del Peronismo Federal y abandonar las filas del antikirchnerismo. Aunque en el octavo piso de uno de los anexos de la Cámara baja sólo lo escuchaban media docena de diputados –de los 28 que integraban el bloque–, entre cafés. Ferrari fue en representación del sector que encabeza el empresario Francisco de Narváez. “Creemos que quienes conformamos el peronismo anti K tendremos que continuar con una suerte de dirección colegiada. No falta mucho para el recambio legislativo. Ahí se definirán las cosas”, explicó a este diario.
Los recientes aliados puntanos de De Narváez no estuvieron en el encuentro. Los duhaldistas Eduardo Amadeo y Claudia Rucci ya habían anticipado su faltazo, enojadísimos con Solá. Aunque nadie apuesta a favor de que los legisladores duhaldistas y de los Rodríguez Saá puedan convivir –como hasta ahora– dentro de un bloque, después de los enfrentamientos entre sus jefes. Tampoco participaron de la reunión los entrerrianos que responden a Jorge Busti ni los cordobeses encolumnados con el delasotismo. Ambos sectores analizan su futuro por separado.
Sí estuvo la santafesina Arena, pero también para comunicar que renunciaba a la vicepresidencia del bloque. Los seis diputados santafesinos que responden, o lo hacían, a Carlos Reutemann se reunirán hoy para terminar de resolver su posición. Pero todo indica que formarán, por ahora, su propia bancada. La salteña Zulema Daher, la rionegrina Lorena Rossi, la pampeana Irma García y el sanjuanino Eduardo Ibarra fueron los otros diputados que escucharon a Solá. Pero ninguno de ellos quiso arriesgar opinión sobre el futuro del Peronismo Federal.
La definición recién llegaría con el recambio legislativo de diciembre. El conglomerado peronista anti K que Solá comenzó a diseñar cuando apostó a favor de los empresarios ruralistas durante la discusión de la resolución 125, y que armó tras su encolumnamiento opositor con De Narváez y Mauricio Macri, empieza a desarmarse tras las primarias.
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