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El país|Jueves, 20 de marzo de 2003
MATZKIN JUGO PARA LUIS BARRIONUEVO EN LA COMISION

Una ayudita de los amigos

El ministro del Interior formuló una declaración que busca exculpar al senador catamarqueño. El testimonio del hombre del Gobierno será núcleo de la estrategia para hacer zafar a Barrionuevo.

Por Felipe Yapur
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Jorge Matzkin desplegó una variante posmoderna de la teoría de los dos demonios en el Senado.
Si algo quedó en claro durante la extensa jornada que vivió ayer la Comisión de Asuntos Constitucionales es que la situación de Luis Barrionuevo mejoró hacia el interior del bloque de senadores del PJ y comienza a diluirse la posibilidad de que se lo expulse del cuerpo. Lo que más colaboró para este cambio fue el testimonio del ministro del Interior, Jorge Matzkin. El funcionario primero responsabilizó de la violencia que obligó a suspender las elecciones catamarqueñas a Barrionuevo y al gobernador de esa provincia, Oscar Castillo, para luego centrar sus críticas en el mandatario provincial, al considerar que “nuestro consejo de postergar los comicios no fue escuchado”.
Con el auxilio de este testimonio, el justicialismo consiguió desviar el eje de la discusión que provocaron los pedidos de expulsión de Barrionuevo. Ayer no se habló de la violencia, sino más bien de las causas que provocaron los incidentes y donde por primera vez apareció el gobernante Frente Cívico y Social como uno de los protagonistas en esta disputa que terminó con la caída de los comicios.
Hubo un primer testimonio que colaboró con el cambio del eje del debate. Lo protagonizó el candidato catamarqueño del ARI, Rubén Manzi, quien si bien definió a Barrionuevo como “el responsable político” de los hechos, colocó también en el mismo nivel al gobernador y a la Justicia electoral de esa provincia. Es más, Manzi llegó a comparar a Castillo y a Barrionuevo con Saddam Hussein y George W. Bush y aseguró que tanto él como su partido están permanentemente “tironeados” por los intereses de ambos sectores para que con su testimonio perjudique o favorezca a uno u otro.
Tal vez no hubo intención en Manzi de favorecer a Barrionuevo, beneficio de la duda no extensible a la declaración de Matzkin. El ministro repitió primero las declaraciones que realizó dos días antes del 2 de marzo cuando dijo que “el proceso electoral no era legítimo”, para luego aconsejar al gobernador Castillo que suspendiera los comicios. Para Matzkin el hecho de que Castillo haya desoído su consejo generó lo que denominó “la base del problema”, porque el gobernador “no pudo o no quiso solucionar” el inconveniente. No terminó allí el ministro, recurrió a una comparación para graficar lo que para el gobierno central sucedió en Catamarca: “Esto es como una película. Una cosa es si la vemos a partir de las ocho de la mañana del domingo de los comicios. Ahora bien, si la observamos desde su comienzo podemos decir que lo que sucedió es la consecuencia final de un proceso equivocado”, aseguró.
Matzkin redobló su apuesta al centrar aún más la responsabilidad del Frente Cívico con los hechos de violencia al advertir que “cualquier mente democrática coincidirá conmigo en que, si se resta participación electoral a un sector importante de la sociedad, hay algo que no cierra”. Eso sí, dijo que si la comisión logra “comprobar” la responsabilidad de Barrionuevo en los hechos de violencia entonces podrá decir que el sindicalista es culpable.
Tal fue la defensa del senador que ejerció el funcionario que hasta llegó a decir que “no me constan ni obra informe alguno que haga presumir que Barrionuevo estuvo involucrado o que haya emitido órdenes para provocar los incidentes” y agregó que luego de la suspensión de los comicios “hubo militantes justicialistas que expresaron su alegría y se dirigieron a manifestarse hasta la casa de gobierno. Yo hablé con el senador para que no se produjeran incidentes. Tengo entendido que Barrionuevo obró en ese sentido y se retiraron”, innovó.
La participación de Matzkin puede ser considerada clave para las intenciones de la conducción del bloque del PJ de unir a la bancada tras una difícil defensa de Barrionuevo. La situación mejoró a partir de que lograron desviar la discusión original del caso e incorporar al FrenteCívico en la responsabilidad de los hechos. Entonces, ya no se discute si Barrionuevo ordenó o no la quema de las urnas sino cuál fue el rol del gobierno provincial en estos hechos. De esta manera lograron darle más fuerza al forzado concepto de la “proscripción” que enarboló desde un principio el cuestionado senador. Ahora resta saber cómo se instrumentará esta defensa en el recinto.

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