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De repetirse hoy en las urnas el resultado que el kirchnerismo consiguió en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 14 de agosto, Cristina Fernández de Kirchner no sólo lograría su reelección como Presidenta sino que el oficialismo retomaría el control del Congreso. El Frente para la Victoria pasaría a contar con un bloque de 115 diputados, que sumado a sus aliados más fieles –Frente Cívico Santiagueño (7), Nuevo Encuentro (5) y los neuquinos del MPN (2)– alcanzaría las 129 bancas necesarias para contar con quórum propio en la Cámara baja, a los que también podría sumar otros dos monobloques que habitualmente acompañan las iniciativas del Gobierno. Algo impensado antes del arranque del disperso calendario electoral que se inició en marzo y mucho menos hace dos años, cuando tras la derrota de las legislativas de 2009 el Grupo A, que juntó a todo el abanico opositor, le arrebató al oficialismo la mayoría en todas las comisiones de Diputados y el Senado. La Cámara alta, que renueva en ocho provincias un tercio de sus bancas, no tendría mayores modificaciones, lo que le permitiría al kirchnerismo y sus aliados mantener el delicado equilibrio de fuerzas.
Recuperar la mayoría en Diputados no era una tarea fácil para el oficialismo. Después de la derrota en las elecciones legislativas de 2009 y la fuga de muchos de sus legisladores a las filas del peronismo disidente, el bloque oficialista quedó reducido a sólo 87 diputados. De los cuales, arriesga 51 en las elección de hoy. El abrumador triunfo del kirchnerismo en las PASO, incluso en distritos que le habían sido esquivos, le permite ilusionarse con recuperar el control en la Cámara baja si logra repetir los votos acumulados el 14 de agosto. Aunque para eso también deberá contar con el respaldo de sus aliados más firmes.
Tomando el resultado definitivo de las PASO, el FpV conseguiría sumar 21 de los 35 diputados que están en disputa en la provincia de Buenos Aires, dos de los cuales pertenecen a los aliados de NE que van en su lista. Pero a la excelente elección en territorio bonaerense, se suman las victorias obtenidas en todos los otros principales distritos electorales del país, con las cuales también suma mayoría de diputados en la ciudad de Buenos Aires (5), Santa Fe (5), Córdoba (4) y Mendoza (3). Además de Misiones (4), Tucumán (4), Salta (3), San Juan (3), Catamarca (3), Corrientes (3) y Río Negro (3), entre otras. Incluso en San Luis, la única provincia en que CFK no ganó, el FpV obtiene una de las dos bancas que están en juego.
De mantener hoy el mismo caudal que en las primarias, el kirchnerismo pasaría a tener un bloque de 115 diputados, 14 menos que los necesarios para alcanzar el quórum propio. Alcanzaría el número mágico de 129 con el aporte de sus aliados. Los santiagueños del Frente Cívico sumarían 7 legisladores (si retiene como en las PASO los 4 que renueva en esta elección), el sabbatellista NE conservaría sus 5 bancas y el MPN aportaría 2 (a pesar que pierde una a manos del FpV en Neuquén). A ellos también podría sumar al salteño Walter Wayar –que acompaña las iniciativas del oficialismo– y a la ministra del gobierno de Beder Herrera, que se alzaría con una de las tres bancas que reparte La Rioja, pero en la boleta que lleva a Carlos Menem como senador.
El radicalismo, en tanto, a pesar de perder una banca de acuerdo al resultado de las PASO, se mantendría como el principal bloque opositor en la Cámara baja con 42 diputados. Porque de las cinco bancas que lograría la candidatura presidencial de Ricardo Alfonsín por la Udeso por la provincia de Buenos Aires, dos responden a su (ex) socio político en territorio bonaerense Francisco de Narváez.
El Frente Amplio Progresista que encabeza el gobernador santafesino Hermes Binner perdería dos bancas si no logra hoy aumentar su caudal electoral (las encuestas previas lo favorecerían) de las PASO en distritos claves como Buenos Aires, Capital, Santa Fe y Córdoba. Por lo cual el interbloque del FAP –compuesto por el PS, el GEN de Margarita Stolbizer, la Unidad Popular que comanda Víctor De Gennaro y el juecismo cordobés– quedaría integrado por 17 diputados.
El PJ disidente sumaría 29 diputados, que ya no convivirían bajo un mismo techo del Peronismo Federal después de la renuncia a la presidencia del bloque de Felipe Solá y la dura disputa y acusaciones mutuas entre Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá. El espacio quedaría fracturado en tres partes con sus respectivos líderes: el ex mandamás del PJ bonaerense reuniría 12 diputados (suma 7 de acuerdo a las PASO); el puntano 10 (suma 6) y el empresario De Narváez con 7, si logra mantener entre sus filas a la ex ministra Graciela Ocaña que ingresaría por la provincia. Habrá que ver si prospera la promesa de acuerdos postelección a la que se comprometieron Rodríguez Saá y De Narváez.
El kirchnerismo también mira de reojo a quienes se desprendieron del Peronismo Federal, como Solá, que sumaría a otros dos diputados en su nueva etapa como “independiente” y a los cuatro santafesinos reutemistas que emigraron de la bancada del peronismo opositor para formar su propio bloque provincial. Los mismos que a los dos diputados del PJ de La Pampa y los dos cordobeses alineados con el delasotismo con mandato hasta el 2013, que mantuvieron sus propios bloques sin sumarse a los federales.
Otras bloques opositores también perderían algunas bancas. El PRO pasaría de once a diez diputados, si no logra mejorar la performance de las PASO en la ciudad de Buenos Aires. Pero la Coalición Cívica de Elisa Carrió se llevaría la peor parte: su bancada quedaría reducida de 18 a 7 diputados, si finalmente hoy logra que Patricia Bullrich –la única que parece en condiciones de hacerlo– renueve su banca en la Cámara baja.
Este sería el nuevo escenario que tendrá la Cámara de Diputados tras el recambio que se producirá el 10 de diciembre, si el voto ciudadano no cambia hoy el resultado de las primarias realizadas hace poco más de dos meses.
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