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El país|Lunes, 24 de octubre de 2011
Elisa Carrió protagonizó la peor elección de su historia

El apocalipsis en decadencia

Hasta anoche, sólo entraba como diputada por la Coalición Cívica Patricia Bullrich. Para diciembre, cuando vencen doce de sus mandatos, la CC perdería 11 de 18 bancas en Diputados. “Encabezaremos la resistencia al régimen”, dijo Carrió.

Por Irina Hauser
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Carrió lograba anoche apenas 1,88 por ciento de los votos a nivel nacional.

Ni siquiera había tristeza. Quizá resignación. Alguna cara de abatimiento. La música lounge rodeaba las butacas anaranjadas, la mayoría vacías. Las luces verdes y azules apuntaban a un escenario bajito. Y en eso llegó la candidata presidencial Elisa Carrió, quien en una frecuencia más iracunda que la reinante, reconoció la derrota y la importante pérdida de presencia que tendrá la Coalición Cívica (CC) en el Congreso. “Hemos repetido nuestra peor elección de la historia junto con las elecciones primarias”, asumió. Envalentonada e irónica, anunció que su fuerza “ya no lidera la oposición, la lidera Hermes Binner, pero nosotros encabezaremos la resistencia al régimen de Cristina Kirchner”. El voto en blanco le ganaba anoche a la fórmula de Carrió y Adrián Pérez, mientras todo indicaba que sólo entraba como diputada Patricia Bullrich (Capital Federal). Para diciembre, cuando vencen doce de sus mandatos, la CC perdería once de dieciocho bancas en la Cámara baja.

En otros tiempos, Carrió armaba su bunker con festejos en el Palais Rouge. Esta vez usó el Instituto Hannah Arendt, el think tank de la CC, en una casona antigua a metros del Congreso. Luego de atravesar pasillos silenciosos, la bienvenida la daban unos platos con facturas y un puñado de dirigentes, como el candidato a gobernador bonaerense Juan Carlos Morán. “Ahora anunciamos la mesa de Dolores”, bromeó Morán, aunque aclaró que no era por “los dolores” del resultado, sino por ser un lugar donde les va bien. El diputado Fernando Iglesias deambulaba con el ceño fruncido. Fernanda Gil Lozano se paseaba con zapatillas blancas preguntando a los cronistas si estaban aburridos. Ambos están de salida.

Según los cómputos de medianoche, Carrió tenía 1,88 por ciento de los votos; en la elección de diputados por Capital llegaba a 6,56 por ciento, y en la bonaerense, 2,48 por ciento; en la de Santa Fe, 6,70 por ciento.

El comentario más escuchado de la tarde, quizá para que el evento no pareciera un velorio, era que lo peor para la CC ya pasó el 14 de agosto, en las primarias. Ese día Carrió mandó ante las cámaras a su coequiper Pérez, pero ayer tenía todo armado temprano, para decir cortito y al pie que reconocía “la elección de Cristina”, pero que para ella comenzaba una nueva etapa “la de la resistencia, cosa que es hermosa”. Llevaba calzas y remera negras, pañuelo anaranjado, las uñas al tono y sandalias veraniegas. Aferrada a un atril de acrílico, anunció que los diputados que quedan, ella como presidenta del bloque, “vamos a ser claros opositores a este modelo” “que es peligroso y malón”; “vamos a ser el grupo de diputados de la resistencia, empezando por el Presupuesto nacional”. “Es muy bueno ser nada, porque ganás en libertad. Quiero decir lo que quiero en lo político, y en mi testimonio religioso (...) Mírenme la felicidad en la cara”, se jactó, socarrona.

La rodeaban en escena –además de Pérez– Alfonso Prat Gay, María Eugenia Estenssoro, Maricel Etchecoin Moro, Héctor “Toty” Flores y Fernando Sánchez, entre otros. La ausencia más señalada en la platea fue la de Bullrich, que llegó cuando se estaba yendo todo el mundo, escoltada a los pocos minutos por Mario Llambías. “Yo entro (como diputada)”, le anunció Bullrich a esta cronista en la puerta y descartó que vaya a migrar o aliarse con el PRO, aunque las versiones siguen intactas.

Pese a que en agosto se autorresponsabilizó por la derrota, ayer Carrió dijo que “la sociedad no quiere la verdad, no le gusta la autenticidad (...) los entiendo y los quiero”. “Van a ser corresponsables no sólo Cristina, también millones de argentinos que vieron lo que pasaba e igual la votaron”, culpó por anticipado. Para redondear el toque apocalíptico alertó que “la historia real empieza ahora”, “vas al supermercado, y te encontrás al narco en la esquina de tu casa”. “Es la primera vez que el PJ se tiene que hacer cargo de la fiesta que construyó (...) que se enfrente con los subsidios, con la inflación, con el pago de la deuda, que resuelva su propia mentira. En eso consiste la justicia de Dios.” “Que no crea la gente que estamos mal, no estamos deprimidos”, avisó Carrió.

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