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El país|Lunes, 24 de octubre de 2011
El kirchnerismo logra 114 diputados propios y se garantiza quórum con sus aliados más cercanos

El arrastre logró la hazaña en la Cámara baja

El “efecto Cristina” revirtió la derrota de 2009 y cambió completamente el panorama en el Congreso. El Gobierno puede recuperar la presidencia de las comisiones. Carrió sufrió una catástrofe, el radicalismo sigue siendo primera minoría.

Por Miguel Jorquera
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El abrumador triunfo con que Cristina Fernández de Kirchner logró la relección presidencial y el arrastre que logró para el resto de sus candidatos le alcanzó para obtener otro milagro que hasta hace apenas dos meses atrás parecía una quimera: el kirchnerismo retomó el control de las dos cámaras del Congreso. Al cierre de esta edición, cuando todavía no estaban los resultados finales del escrutinio provisorio –aunque algunos ya eran irreversibles–, el Frente para la Victoria tenía un bloque de 114 diputados propios. Así confirmaba en la mayoría de los 24 distritos del país los votos que había cosechado en las Primarias del 14 de agosto y quedaba a apenas a 15 bancas de alcanzar las 129 necesarias para el quórum. Ese es un número que igual conseguiría con el apoyo de sus aliados más fieles en la Cámara baja: siete del Frente Cívico Santiagueño, cinco de Nuevo Encuentro (que consigue tres bancas más en las listas del FpV en la provincia de Buenos Aires y la Ciudad) y tres de los neuquinos del MPN, al que habría que sumar otros dos monobloques que habitualmente acompañan las iniciativas del Gobierno.

En el espacio opositor la UCR se mantendría como segunda minoría con 42 legisladores, el FAP con 23 y el ahora disperso Peronismo Federal con 24 bancas divididas entre los seguidores de los hermanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá (9), Eduardo Duhalde (8) y Francisco De Narváez (7). El macrismo mantuvo su bloque de once integrantes y la Coalición Cívica, con el único ingreso de Patricia Bullrich por la ciudad de Buenos Aires, quedó reducida a siete diputados, una fuerte baja frente a los 18 que antes conformaban la bancada de Elisa Carrió.

Recuperar la mayoría en Diputados no era una tarea fácil para el oficialismo. Después de la derrota en las elecciones legislativas de 2009 y la fuga de muchos de sus legisladores a las filas del peronismo disidente, el bloque kirchnerista quedó reducido a sólo 87 diputados. De estos, arriesgó 51 en la elección de ayer. Pero el arrastre de la rotunda victoria presidencial sumó legisladores oficialistas en todo los distritos, lo que alcanzó para recomponer una bancada propia de 114 diputados y reafirmar su condición de primera minoría. De hecho, casi triplica al bloque radical, el principal opositor.

Pero el dato más importante para el oficialismo es que con el aporte de sus aliados más firmes –Frente Cívico Santiagueño, NE y el MPN– alcanzaría el número mágico de 129. Esto implica quórum propio para abrir las sesiones y mayoría para imponerse en cualquier votación en el recinto. A ellos también podría sumar al salteño Walter Wayar, que acompaña las iniciativas del oficialismo. La cifra también permitirá al gobierno recuperar la mayoría en todas las comisiones legislativas en la Cámara baja, que el Grupo A –que aglutinó a todo el conglomerado opositor– le arrebató tras la derrorta legislativa de 2009.

La recuperación legislativa del oficialismo la encabezó el poderoso distrito de la provincia de Buenos Aires, donde el Frente para la Victoria se alzó con 22 de las 35 bancas que estaban en disputa. Un resultado que perecía irreversible a pesar que al cierre de esta edición se llevaba escrutado el 90 por cineto de las mesas habilitadas para la votación en territorio bonaerense.

También aportaron al caudal oficialista el resto de los principales distritos del país: la Ciudad de Buenos Aires (cinco), Santa Fe (cinco), Córdoba (cuatro) y Mendoza (tres). Además de Tucumán (cuatro), Salta (tres), San Juan (tres), Catamarca (dos), Corrientes (tres) y Río Negro (tres), entre otras. A pesar de que en Misiones el aliado Frente Renovador de la Concordia y el FpV terminaron resignando, a diferencia de las PASO, una banca que fue a manos de la UCR. O como en Neuquén, donde su aliado Movimiento Popular Neuquino se pudo recuperar de su derrota en las primarias y vencer al FpV, aunque repartieron las dos bancas que se disputaban en la provincia. Al ciere de esta edición, el kirchnerismo se aferraba a un puñado de votos para arrebatarle una banca de las dos que reparte San Luis, donde Compromiso Federal de los Rodríguez Saá volvió a ganar en su terruño.

El radicalismo en tanto, a pesar de perder una banca, se mantendrá como el principal bloque opositor en la Cámara baja con 42 diputados. Porque de las cuatro bancas que logró con la candidatura presidencial de Ricardo Alfonsín por la Udeso por la provincia de Buenos Aires, dos responden a su (ex) socio político en territorio bonaerense Francisco De Narváez.

El Frente Amplio Progresista que encabeza el gobernador santafecino Hermes Binner, que se ubicó segundo detrás de CFK, logró aumentar su caudal electoral en distritos claves como Buenos Aires, Capital, Sante Fe y Córdoba, pero mantiene 23 diputados. Por lo cual el interbloque del FAP –compuesto por el PS, el GEN de Margarita Stolbizer, la Unidad Popular que comanda Victo De Gennaro, Libres del Sur y el juecismo cordobés) quedaría como la tercera fuerza en la Cámara baja. El PJ disidente quedaría reducido a 24 diputados.

El kirchnerismo también mira de reojo a quienes se desprendieron del Peronismo Federal, como Felipe Solá, que sumaría a otros dos diputados en su nueva etapa como “independiente”. También se mira a los cuatro santafesinos reutemistas que emigraron de la bancada del peronismo opositor para formar su propio bloque provincial. Lo mismo ocurre con los dos diputados del PJ de La Pampa y con los dos cordobeses alineados con el delasotismo, con mandato hasta 2013, que mantuvieron sus propios bloques sin sumarse a los federales.

Otros bloques opositores tampoco lograron aumentar su representación en la Cámara baja. El PRO contaría con once o diez diputados. Pero la Coalición Cívica de Elisa Carrió se llevaría la peor parte: su bancada quedaría reducida de 18 a 7 diputados, apenas con el aporte de Patricia Bulrrich, la única que lo logró renovar su banca.

Informe: Agustín Saavedra.

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