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El país|Domingo, 30 de marzo de 2003
Por la denuncia de Página/12, el canciller Ruckauf tuvo que frenar los nombramientos que pensaba dejarle al próximo gobierno.

Cancillería dio marcha atrás con el festival de nuevos embajadores

Por la denuncia de Página/12, el canciller Ruckauf tuvo que frenar los nombramientos que pensaba dejarle al próximo gobierno.

Por Sergio Moreno
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A un mes de las elecciones, se pensaba renovar el plantel.
Acaso porque, al igual que en la física, a cada hecho político le corresponde una reacción, la Cancillería ha decidido dar marcha atrás con uno de los mayores desaguisados que podría haber cometido, malgastando dinero del erario y prolijidad ante terceros países. El Ministerio de Relaciones Exteriores ha congelado los nombramientos de embajadores que tenía pensado efectivizar antes de las elecciones presidenciales, dejando para las próximas autoridades dicha tarea, tal como impondría la sensatez. La marcha atrás dada por el tercer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, que ocupa transitoriamente el cargo de canciller, Carlos Ruckauf, se produjo a raíz de las notas publicadas por este diario, los pasados domingos 26 de febrero y 16 de marzo, según confió a Página/12 un importante secretario de Estado de la cartera de Exteriores.
La astracanada de Ruckauf con los nombramientos furtivos en el exterior comenzó hace meses, cuando intentó designar a su jefe de gabinete, Vitorio Taccetti, al frente de la embajada argentina en Brasilia, dos meses antes de que se celebrasen las elecciones argentinas. Brasil es uno de los pocos destinos estratégicos para la política exterior de este país y el próximo presidente electo por las urnas querrá nombrar en ese cargo a un hombre de su confianza. Si el tercer candidato a diputado hubiese concretado este traslado, seguramente el futuro presidente daría marcha atrás con la designación, con el costo político y económico que ello acarrearía para el Estado.
Uno de los hombres de mayor confianza del ministro explicó a Página/12 que, ahora, Taccetti no será trasladado a sitio alguno. “La verdad es que Ruckauf le había ofrecido a Taccetti un destino en Europa –relató a este diario el funcionario mencionado–, pero Taccetti rompió tanto los huevos con lo de Brasil que el canciller accedió a mandarlo ahí. Después usted comenzó a publicar estas notas y se complicó todo. Ahora Taccetti se quedó sin el pan y sin la torta”.
Pero el del ex secretario administrativo de Guido Di Tella y ex embajador en México de Carlos Menem no era la única ficha que pensaban mover en el Palacio San Martín. Un listado de posibles destinados al exterior inquietó los espíritus –por demás animosos cuando de estos temas se trata– de “La Casa”, tal como apelan los diplomáticos al ministerio donde trabajan. La nómina de marras, que promovía traslados a Londres, Asunción, Santiago de Chile, entre otros destinos de importancia, fue publicada hace 15 días por Página/12 y reconocida por altísimos funcionarios de la Cancillería. Algunos de los nombres que la integraban eran negociados por los funcionarios políticos de Ruckauf con un sector del menemismo. Esteban “Cacho” Caselli, secretario de Culto y uno de los más laboriosos hombres del candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires, negó a este diario ser uno de los demiurgos de dicha lista. “Usted sabe –dijo a este cronista– que a mí me acusan de todo, y dicen que yo ando en todas. Nada tengo que ver con la confección de la lista, ni con los ascensos ni con los traslados”. Varios funcionarios de “La Casa” habían sostenido ante este diario, semanas atrás, lo contrario.
Otro secretario de Estado hizo hincapié en algunos de los motivos del congelamiento. “Cuando se comenzó a elaborar la lista no teníamos dinero para hacer los traslados de los embajadores al exterior; ahora que llegó el dinero, sus notas (por los artículos publicados por este diario al respecto) generó más de un problema interno y, entonces, no los podemos trasladar”, dijo el funcionario.
Al conocimiento público de las maniobras que congeló las designaciones se acopla la queja que hicieron llegar a la Cancillería algunos candidatos a canciller de los diferentes aspirantes presidenciales. Tal es el caso deJuan Pablo Lohlé, el hombre de las relaciones exteriores elegido por Néstor Kirchner. Paralelamente, algunos integrantes de la lista de embajadores se negaron a permanecer en ella hasta tanto no haya nuevas autoridades presidenciales electas y flamante canciller designado. Fernando Petrella, aspirante a la embajada en Londres, y Jorge Hugo Herrera Vegas, nominado para Santiago, son dos de ellos.
No ocurrió lo mismo con el recientemente ascendido Alejandro Daneri, ex jefe de ceremonial de Carlos Menem, aquel que fuera trompeado el último día de su mandato por quien fuera su padrino en la Casa Rosada, Ramón Hernández. Daneri construía su escalera para ser designado embajador en Asunción, pero su rango es menor (actualmente es ministro de primera) y las autoridades paraguayas –uno de los socios argentinos en el Mercosur– no verían con buenos ojos la designación de alguien que no fuese, cuando menos, embajador. Obviamente, el ex secretario privado de Di Tella no cuenta con demasiados aliados entre sus pares diplomáticos, quienes se encargaron de recordar que en el ministerio hay una larga lista de embajadores para ocupar un sitio estratégico para el país, como es Asunción, e inclusive que las próximas autoridades podrían designar, como suelen hacer hasta a algún embajador político.
Más allá de la historia relatada hasta aquí, habrá algunos destinos que serán cubiertos inmediatamente. Son aquellos que no implican decisiones trascendentales al Estado argentino debido a la tranquilidad de la relación bilateral o el nivel constante, sin alteraciones, de las mismas. Así, en Holanda fue designado José María Berro Madero, ex embajador en Paraguay durante la crisis con Lino Oviedo, y en Bolivia, el embajador Piñeiro Iñíguez.

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