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El país|Miércoles, 7 de diciembre de 2011
Hernán Lorenzino, actual secretario de Finanzas, llega al cargo de ministro de la mano de Boudou

En el Palacio de Hacienda siguen las sonrisas

La Presidenta eligió para Economía al candidato que impulsaba Boudou, en una señal de continuidad de la política económica y de confianza a su vice. Lorenzino, de 39 años, es respetado por el sector financiero e integra un grupo de economistas del kirchnerismo.

Por Cristian Carrillo
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Lorenzino se destacó en la reestructuración de la deuda, primero en la provincia de Buenos Aires y luego en el gobierno nacional.

El actual secretario de Finanzas, Hernán Gaspar Lorenzino, fue el elegido para reemplazar a Amado Boudou como ministro de Economía, quien este sábado asumirá como vicepresidente de la Nación. La designación fue un claro gesto de respaldo a quien hoy ocupa la jefatura del Palacio de Hacienda. El nombramiento también cuenta con el apoyo del sector financiero, por su perfil técnico y componedor y por considerarlo como una continuación de la actual línea económica. El futuro ministro, que se autodefine como heterodoxo, se recibió de abogado en la Universidad Nacional de La Plata y cursó dos maestrías, una en Economía en la Universidad Di Tella y otra en Gestión Pública y Finanzas en La Plata. Su ascenso en la función pública se produjo como parte de la renovación tras la crisis de 2001. Desde entonces estuvo en puestos claves durante procesos de reestructuración y rescate de deuda, primero en la provincia de Buenos Aires y luego a nivel nacional. Cobró notoriedad con su intervención en el diseño de la segunda fase del canje de deuda del año pasado.

Lorenzino nació en 1972, en Puerto Madryn, Chubut, un destino turístico patagónico al que retorna cada vez que sus tiempos de funcionario se lo permiten. Además de visitar a amigos y parientes, siempre intenta hacerse espacio para acampar y pescar, su principal desahogo, acompañado de su familia. Está casado y tiene tres hijos. El padre de Lorenzino fue director de Aluar y su madre directora de un jardín de infantes llamado El Pingüinito. No bien concluida la secundaria en Madryn se radicó en la capital bonaerense para estudiar abogacía en la Universidad de La Plata. Las conexiones que incorporó en su etapa de estudiante le abrirían años después las puertas a los primeros pasos en su carrera pública.

Lorenzino se desempeñó como director de Política de Financiamiento y de Crédito Público de la provincia de Buenos Aires, hasta 2005, durante la gobernación de Felipe Solá, en la cual gestionó la deuda de la provincia y se convirtió en el nexo con el gobierno nacional en lo referido a las finanzas bonaerenses. Con apenas 31 años, participó de un eficaz rescate de los patacones, un título –cuasimoneda– de emergencia que había emitido el ex gobernador Carlos Ruckauf agobiado por la crisis de 2001.

Sus primeros lazos con el kirchnerismo comenzaron formalmente en febrero de 2008, al ser designado “ministro plenipotenciario de primera clase en Washington”, departamento del Fondo Monetario, que en la práctica fue la representación financiera del Estado argentino en la capital de Estados Unidos. Este ingreso quedó sellado con el decreto 228 como un reconocimiento por su labor en la reestructuración de la deuda bonaerense que se dio en paralelo al canje de 2005 que inició el ex presidente Néstor Kirchner.

En abril de 2008 llegó al Palacio de Hacienda de la mano del entonces ministro de Economía, Carlos Fernández, de quien es su amigo personal, para hacerse cargo de la Secretaría de Finanzas. El buen diálogo construido con Amado Boudou y la cercanía generacional –cuenta actualmente 39 años– contribuyeron a que este último decidiera mantenerlo en el estratégico cargo. Desde esta cartera, junto a su colaborador, el subsecretario Adrián Cosentino, llevaron adelante gran parte de la política de desendeudamiento del Estado nacional en el último trienio. Estuvo a cargo en los últimos meses de las negociaciones con el Club de París, la operación de canje de deuda de 2010 y la creación del fondo de reservas para pagar deuda. Por su participación, se especula con la posibilidad de que Cosentino pase a ocupar la Secretaría de Finanzas, y quien suena con fuerza para secundar a Lorenzino en Economía es el joven economista Axel Kicillof, aunque fuentes oficiales también sostienen que este último ocupa un lugar clave en Aerolíneas Argentinas y la empresa no está para grandes cambios en este momento.

Si bien se trata de un funcionario con bajo perfil, Lorenzino cobró notoriedad el 23 de octubre de 2009, cuando junto a Boudou anunciaron la reapertura del canje de deuda que se mantenía en default, por unos 18.300 millones de dólares. El próximo ministro debió obtener autorización del Congreso e iniciar un largo proceso de diálogo con acreedores. En junio de 2010 se conoció el resultado: la aceptación de este segundo tramo del canje fue del 66 por ciento, un nivel significativo si se considera el contexto de crisis internacional. Desde entonces, la imagen de Lorenzino quedó signada como la de un funcionario de referencia para el Gobierno en los procesos de negociación de deuda y diálogo con organismos multilaterales de crédito y acreedores internacionales.

En las últimas semanas se lo pudo ver en público, acompañando al futuro vicepresidente en distintos actos. Por caso, la semana pasada la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) organizó su evento anual y Lorenzino fue a reunión con los empresarios, a pesar de que no estaba preparada una ponencia para el secretario. En los actos apareció con un look más juvenil, con pelo largo y barba de algunos días sin rasurar, siendo que se reconoce como un obsesivo de la pulcritud. Antes de eso había sido uno de los tres funcionarios que acompañaron a la Presidenta en su reunión con Barack Obama en Cannes, durante la cumbre del G-20.

En las paredes de su despacho en el Ministerio de Economía, con vista a la Casa Rosada, cuelgan obras del plástico Ricardo Carpani, el legendario cultor del arte militante en los años ’70. En sendos portarretratos tiene imágenes de sus hijos y una –que no deja en público– en la que posa junto a los integrantes del equipo económico en la clásica formación de jugadores de fútbol, con camisetas que se compraron para la ocasión, aunque nunca formalizaron un partido. No obstante, se declara hincha de Boca. Comparte con Boudou la pasión por la música, siendo “fanático declarado” de Los Redonditos de Ricota. Esto último explica que la foto de perfil de su cuenta de Facebook sea una imagen stencil del Indio Solari.

El flamante ministro cuenta con el respaldo de los banqueros, sobre todo después de su participación como intermediador entre el Gobierno y los directivos durante la implementación de los últimos controles a la compra de moneda extranjera. “Es muy claro a la hora de transmitir las ideas oficiales a los bancos”, señaló a este diario el directivo de una de las asociaciones que los nuclean. Los referentes del sector bancario lo definen como un “market friendly” y un interlocutor válido para concluir las negociaciones con el Club de París, una asignatura que consideran pendiente. Lorenzino rechaza este mote. Se sumó a “La graN maKro”, una agrupación de profesionales y estudiantes de Ciencias Económicas y otras disciplinas sociales que tiene por objetivo principal estudiar, conceptualizar y difundir los lineamientos estratégicos del modelo económico vigente desde 2003. Ayer mantuvo contactos con distintos funcionarios, entre ellos la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, con quien posó sonriente.

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