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El país|Sábado, 24 de diciembre de 2011
El oficialismo consolida su poder en el Senado

Con aliados para proyectos clave

El kirchnerismo demostró que no tendrá mayores problemas para aprobar en la Cámara alta las iniciativas que interesan a la Rosada. A su bloque de 33 senadores, suma cinco socios “estables”. También empezó a cultivar un buen vínculo con otros cuatro legisladores.

Por Sebastian Abrevaya
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Amado Boudou y Miguel Pichetto, dos figuras centrales del oficialismo en Senadores.

Con la rápida aprobación de todas las iniciativas solicitadas por la presidenta Cristina Fernández, las sesiones extraordinarias de esta semana dejaron en evidencia que el esquema de poder en el Senado cambió drásticamente y nada tiene que ver con aquel que surgió con la formación del Grupo A, en diciembre de 2009. Además de las dos incorporaciones formales con las que alcanzó un bloque de 33 miembros, el Frente para la Victoria consolidó un esquema de alianzas que le permitió aprobar holgadamente proyectos controvertidos como el de Papel Prensa (41 a 26) o la ley antiterrorista (39 a 22). Los socios “estables” del oficialismo son cinco: Horacio Lores, de Neuquén; María Rosa Díaz y Osvaldo López, de Tierra del Fuego; Roxana Latorre, de Santa Fe, y el ex presidente Carlos Menem. A ese esquema de 38 senadores, uno más que el quórum, se agregan vínculos políticos incipientes con el radical disidente José María Roldán, el porteño Samuel Cabanchik y los pampeanos Carlos Verna y María Higonet.

A contramano de los pronósticos más sombríos de la oposición, fuentes del oficialismo en el Senado desacreditaron la supuesta “clausura” del Congreso para el 2012. Esgrimieron dos motivos para que el Parlamento mantenga al menos sus niveles de actividad promedio de los últimos años. Por un lado, la dinámica de la política y de la economía que, crisis internacional mediante, obligará al Gobierno a aprobar algunas leyes indispensables para la gestión. Por el otro, el kirchnerismo puede utilizar su fuerza legislativa para ratificar el 54 por ciento obtenido en las urnas en octubre y enviar un mensaje político.

Esos dos componentes unidos son los que explicaron el apretado y veloz cronograma de extraordinarias, que superó una docena de iniciativas en dos días. Algunas eran urgentes, como las reformas al Código Penal exigidas por el GAFI, el Régimen Penal Tributario, el Presupuesto Nacional y el paquete de leyes económicas que involucraba medidas como la Emergencia Económica, la prórroga del impuesto al cheque y al cigarrillo. Otras, en cambio, actuaron más bien como demostraciones de fuerza: el Estatuto del Peón Rural, que afectó los intereses del sindicalismo de Gerónimo Venegas y Luis Barrionuevo, ambos de pésima relación con el Gobierno; la ley vinculada con Papel Prensa, que apuntó a la posición dominante de medios como Clarín y La Nación, y la ley de tierras, para impedir que se siga avanzando con el saqueo de recursos naturales a manos extranjeras.

“Hay leyes que necesitás aprobar y otras que son una demostración de fuerza. Gestos de contundencia política”, sintetizó un operador kirchnerista del Senado, que veía con alivio el nuevo reparto de poder.

Por un lado, con la integración de las nuevas comisiones se fortaleció la relación con los senadores que funcionaron de aliados en 2010 y se empezó a tender puentes con otros hasta ahora vinculados con la oposición. El neuquino Horacio Lores, por ejemplo, obtuvo la presidencia de Minería y María Rosa Díaz, la de Educación. El Movimiento Popular Neuquino siempre fue aliado del FpV y los fueguinos anunciaron hace meses su paso al espacio que lidera Martín Sabbatella, también próximo al kirchnerismo. Latorre, ex mano derecha de Carlos Reutemann, se quedó con el control de la Biblioteca del Congreso, codiciada fuente de recursos entre los legisladores.

Los que comenzaron a acercarse recientemente al oficialismo son el radical correntino José María Roldán, los pampeanos María Higonet y Carlos Verna y el porteño Cabanchik. El senador radical se lleva pésimo con la conducción de su partido y de su bloque, producto de conflictos del radicalismo en su provincia. El kirchnerismo, habilidosamente, supo tratarlo bien, otorgándole la presidencia de la Comisión de Turismo. En 2009, Verna sentó un precedente en el Senado al aclarar que no era ni kirchnerista ni opositor. En esta semana que pasó, él faltó casualmente a las sesiones y su compañera, Higonet, votó con el oficialismo. Cabanchik, que ingresó por la Coalición Cívica, apoyó explícitamente a Daniel Filmus como candidato a jefe de Gobierno y defendió enfáticamente la ley de Papel Prensa, a contramano del resto de la oposición. Con estos senadores, el oficialismo podría alcanzar los 42 votos, sobre 72 que tiene la Cámara alta.

En este contexto, el Frente para la Victoria también tiene un recambio hacia adentro de su propio bloque. Asoman tres figuras más a la de su titular, Miguel Pichetto. El ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández, llamado como presidente de la Comisión de Presupuesto a ser una de las espadas en el debate parlamentario, demostró en la presentación del Presupuesto Nacional sus condiciones de filoso y avezado orador. El titular de Asuntos Constitucionales, Marcelo Fuentes, también levantó el perfil poniéndole el cuerpo a la controvertida ley antiterrorista, cuestionada incluso por organismos de derechos humanos como Abuelas de Plaza de Mayo. Y por último, el nuevo presidente del Senado, Amado Boudou, a pesar de no contar con voz ni voto en las sesiones, hará su aporte a la hora de la defensa pública de las iniciativas oficiales.

El Senado retomará su actividad el 23 de febrero con su sesión preparatoria y esperará las primeras directrices de la Presidenta para el 1º de marzo, en la inauguración del período ordinario.

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