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El país|Sábado, 31 de diciembre de 2011
Incertidumbre en torno del gobernador

Peralta en la picota

Por Miguel Jorquera
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Aunque en el encuentro entre la Mesa de Enlace Sindical de los estatales santacruceños y legisladores oficialistas acordaron postergar hasta marzo la discusión sobre las leyes que desataron la protesta gremial, la represión policial y los duros enfrentamientos del jueves frente a la Legislatura de la provincia, la incertidumbre sobre el futuro político del gobernador Daniel Peralta no logró aún despejarse. Peralta no apareció ayer por la sede gubernamental, se recluyó con su familia en su residencia de Río Gallegos y cerró sus teléfonos. Desde la gobernación no supieron responder cuándo el gobernador retomará sus funciones.

Apenas dijeron que Peralta comenzará el año junto a su familia “en algún lugar de Santa Cruz” y que sólo se había oficializado –entre múltiples versiones– la renuncia del ministro de Producción, Jaime Alvarez. Pero, en tanto, desde la agrupación La Cámpora confirmaron su ruptura con el gobierno de Peralta y que tres funcionarios de su agrupación “ya renunciaron” a sus cargos en la gobernación. En cambio, sostuvieron que sus legisladores no abandonarán el bloque oficialista.

Los rumores de la renuncia de Peralta a la gobernación se disiparon con la calma que sucedió a los violentos enfrentamientos entre policías y estatales que se oponían a las leyes que el gobernador envió a la Legislatura, donde suspendía las negociaciones paritarias para el año próximo y aumentaba la edad para jubilarse. Pero nadie arriesgaba un pronóstico sobre su continuidad al frente de la gobernación, cuyo segundo mandato (después de haber completado el período de los renunciantes Sergio Acevedo y Carlos Sancho) comenzó hace apenas veinte días. La única certidumbre era que Peralta sólo podría superar su actual orfandad política con un respaldo explícito de la Presidenta.

Después de los incidentes del jueves y la anunciada ruptura de La Cámpora –que responde al hijo de la Presidenta, Máximo Kirchner– con su gobierno, Peralta se llamó a silencio. Se especuló que daría un mensaje a los santacruceños ayer, pero rápidamente la posibilidad se pospuso hasta la semana próxima. Peralta no fue ayer a la sede de la gobernación, se refugió junto a su familia en su residencia y apagó sus celulares. La orden era que sólo él se comunicaría con sus funcionarios cuando quisiera ponerse en contacto. Nadie difundió si hubo algún contacto con CFK, que ayer llegó a El Calafate para pasar fin de año. Según una versión, Peralta intentó llamar temprano a Olivos, pero sólo pudo hablar con el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini.

“El gobernador comenzará el año junto a su familia en algún lugar de Santa Cruz”, respondieron los voceros de la gobernación ante la consulta de Página/12. Sólo confirmaron que Alvarez había dejado de ser ministro de Producción, como el único que oficializó su alejamiento del gobierno en medio de versiones de múltiples renuncias al gabinete provincial.

En tanto, desde La Cámpora también ratificaron ante este diario la ruptura con Peralta y agregaron al listado de renunciantes a la ministra de Desarrollo Social, Ana María Urricelqui, y la secretaria de Cultura, Beatriz Sica. Ambas, miembros de la agrupación. Sin embargo, negaron que sus tres legisladores –y otros que acompañaron su posición– conformen un bloque aparte del FpV que controla la Legislatura. Aunque la pérdida de apoyo de la ascendente agrupación K hace más incierto el futuro del gobernador.

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