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El primer día como presidente interino por la operación de Cristina Fernández de Kirchner tuvo ocupado al vicepresidente Amado Boudou en lo que más sabe: la economía. Recibió en su despacho en el Banco Nación a quien lo suplantó en la cartera de Economía, Hernán Lorenzino, con quien se reunió para analizar el avance de la economía y los últimos datos de la recaudación fiscal. Antes, pasó por la Casa de Gobierno para asumir formalmente la conducción del Ejecutivo.
A las nueve de la mañana, Boudou cruzó desde el edificio del Banco Nación, frente a la Casa Rosada, hasta Balcarce 50. Aún no había tomado posesión formal del cargo interino, así que se acercó hasta la oficina de la Secretaría Legal y Técnica que conduce Carlos Zannini. Allí lo esperaba ese funcionario con la documentación para que asuma con su firma la responsabilidad delegada ante la convalecencia de Fernández de Kirchner. Así, Boudou quedó habilitado para tomar las riendas del país mientras se extienda la licencia de veinte días de la que gozará la Presidenta para recuperarse de la cirugía.
El vicepresidente afronta por primera vez el desafío de ocupar la presidencia interina por tanto tiempo. Ya se desempeñó en el cargo unos días cuando la Presidenta viajó a Montevideo para participar de la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, pero el sorpresivo anuncio de la operación para extraer un tumor cancerígeno a la jefa de Estado lo colocó imprevistamente con la máxima responsabilidad política en sus manos, por más tiempo del que usualmente se estila.
Boudou será el primer vicepresidente de la democracia en ocupar provisoriamente la presidencia por tres semanas. El antecedente que más se acerca se remite a 1913, cuando Victorino de la Plaza reemplazó a Roque Sáenz Peña, que también había solicitado licencia por enfermedad. Pero también se tratará de reformular la figura del vicepresidente que había quedado desfigurada después del conflictivo paso del mendocino Julio Cobos, que, con su voto “no positivo” en el debate por las retenciones móviles, debió mantenerse alejado de sus funciones ante la desconfianza del Gobierno.
En su primer día en la presidencia interina, Boudou se encargó básicamente de los temas con los que supo ganarse la confianza de los Kirchner, que lo llevó a compartir la lista presidencial con CFK en las elecciones del 23 de octubre del año pasado. En su despacho del Banco Nación –la vicepresidencia tiene un espacio en la Casa Rosada que se encuentra en refacción–, recibió a media mañana a Lorenzino, a quien instruyó sobre el monitoreo de los mercados. Luego se sumaron el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, y el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray, que informaron a Boudou sobre la recaudación de 2011, que fue 31,8 por ciento mayor a la de 2010 y alcanzó los 540.134 millones de pesos.
La semana pasada, el vicepresidente asistió a la quinta de Olivos, respondiendo a la convocatoria de Fernández de Kirchner. Allí la Presidenta lo instruyó acerca de la agenda y los temas que debía tratar en su ausencia. Incluso el miércoles volvió a ser citado por la Presidenta para afinar los últimos detalles antes de la operación. Las directivas estuvieron enfocadas en mantener “la estabilidad de la situación” en la que Cristina Fernández dejó la presidencia del país, intentando “hacer la plancha” durante el tiempo que se extienda su ausencia, confiaron fuentes de la Casa Rosada a este diario.
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