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El país|Martes, 8 de abril de 2003
DESCONFIANZA CRUZADA EN EL PJ POR LA PARIDAD ELECTORAL

Velando las armas del fraude

“Las elecciones del 27 de abril terminan en Tribunales”, pronostican en la Justicia. Los candidatos del PJ se recelan entre sí.

Por Raúl Kollmann
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El ministro del Interior, Jorge Matzkin, es criticado.
”Sabemos que ya hay asesores de alguno de los candidatos que tienen preparado un escrito impugnando las elecciones. Y, además, el mismo modelo lo van a usar en distintos distritos.” Sentado en un antiguo pero mullido sillón, el juez electoral volvió a advertir sobre el rumor que circula en todos los despachos: la elección del 27 de abril termina en Tribunales, como ocurrió con las internas de la UCR o la interna del PJ de Lomas de Zamora. Para sumar sospechas, en el comando de Néstor Kirchner miran con desconfianza al equipo del Ministerio del Interior que maneja el escrutinio y al que consideran vinculado con el menemismo. En ese punto, en la Justicia también se atajan: “El escrutinio de la noche del 27 de abril, el que se da a conocer a los medios, no tiene ninguna validez legal. Lo que determina el resultado de la elección es el escrutinio definitivo, que se hace a las 48 horas de los comicios. La situación es delicada y hay que evitar posibles conmociones”.
Tal como adelantó Página/12, las versiones sobre una confrontación legal respecto de la primera vuelta han arreciado en los últimos días. Como los sondeos de opinión anuncian que por ahora la elección es pareja, el candidato que quede fuera del ballottage podría lanzar la acusación de fraude. Es más, Carlos Menem sabe también que –según los sondeos– tiene escasas chances en el ballottage y podría hasta impugnar un resultado que lo muestre parejo con otro candidato. Por su parte, el menemismo ha hecho trascender, incluso a través de jueces electorales, que si Néstor Kirchner no se ubica primero o segundo el 27 de abril, estaría preparada una maniobra para que fracase el escrutinio y se demore la segunda vuelta.
“Ya están preparando los escritos de impugnación en mesas, distritos y hasta de la elección general –le insistió a este diario un juez del máximo nivel–. Si hay una situación de paridad, esto se va a convertir en un inmenso berenjenal jurídico.”
Entre los hombres que siguen a Kirchner hay desconfianza en el manejo del escrutinio que ha quedado en manos de quienes ellos consideran menemistas: el titular de Interior, Jorge Matzkin, y el viceministro Christian Ritondo, hombres que vinculan con José Luis Manzano. Además, mencionan la presencia de Francisco Martín, quien fuera mano derecha de Liliana Gurdulich de Correa, organizadora de las elecciones en tiempos de Menem.
El ambiente tenso ya fue advertido por el designado embajador de Estados Unidos en la Argentina, Lino Gutiérrez, quien también mencionó ante el Congreso que la elección podría terminar en la Justicia, dicho sea de paso, al estilo de lo que ocurrió entre George W. Bush y Al Gore. También ayer, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, trató de calmar las aguas diciendo que el ballottage se hará en fecha.
En la justicia electoral, por otra parte, se preocupan en difundir que el escrutinio que se hace la noche de los comicios y que en este caso estará a cargo de la empresa española Indra no tiene validez legal, sino que únicamente es indicativo del resultado. “Algunos opinamos que ni siquiera hay que ir a las pruebas que se están haciendo de ese escrutinio –señaló un juez electoral–, porque nuestra función es hacer el escrutinio definitivo, el que se hace sobre la base de las actas ya en nuestro poder y en el que, si es necesario, se abren las urnas de las mesas impugnadas.” Hay otros magistrados que no están de acuerdo con esa visión y creen que la Justicia debe controlar ese escrutinio porque puede provocar confrontaciones de envergadura en la noche del 27.

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