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El país|Viernes, 3 de febrero de 2012
El secretario general de la CGT reapareció anoche con más críticas al gobierno nacional

Moyano de nuevo con fallas en los frenos

Un día antes del asado al que convocó en la CGT, el camionero aseguró que el Gobierno busca rebajar los aumentos salariales y que se está alejando de los trabajadores. No quiso dar definiciones sobre su continuidad.

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El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, reapareció anoche en una entrevista televisiva.

Hugo Moyano tendrá hoy su propio asado, aunque el ágape al que convocó en la CGT no sólo servirá para contar los huesos del costillar. El camionero también contabilizará su poder de convocatoria y la fidelidad de los comensales que acepten el convite para redefinir la estrategia con la que intentará mantenerse al frente de la central sindical por un nuevo mandato y cómo continuará su relación con el gobierno nacional, al que volvió a desafiar en una entrevista que concedió anoche en televisión. Allí afirmó que “nadie duda” que desde la Casa Rosada se quiere “rebajar los porcentajes salariales” y que de esa manera “se terminan las paritarias libres”, aunque descartó un paro general “porque no hay motivos, por ahora”. Además de intentar unificar detrás suyo el reclamo sindical, Moyano también se encargó de mostrar su perfil político. Dijo que “nos fuimos del justicialismo pero no dejamos de ser peronistas”, que igual se reunirá con Daniel Scioli como había acordado y aseguró que después de su discurso en la cancha de Huracán, donde cuestionó duramente al Gobierno, “me llamó muchísima gente”. De todas maneras, negó la posibilidad de pasarse a la filas de la oposición porque “yo estoy en nuestro propio bando”.

El camionero se mostró dispuesto a dar batalla en todos los frentes: el gremial y el político. En la entrevista concedida al programa Con voz propia, de América TV, Moyano volvió a insistir que desde el Ejecutivo “respondan al reclamo” que unifica a todo el universo sindical. Una lista que incluye la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, el retiro del tope a las asignaciones familiares y el pago de la “multimillonaria deuda” del Estado con las obras sociales.

Esquivó de distintas formas dar una definición contundente sobre su intención de continuar como secretario general de la CGT, apenas si aseguró que seguirá al menos “hasta junio si no hay un golpe de Estado en la CGT”. Pero después de abrir la teoría conspirativa en su contra, el camionero volvió sobre sus propios pasos y afirmó que no hay nadie “con autoridad” como para correrlo de la sede de la calle Azopardo. “¿A mí me van a dar un golpe?”, preguntó con jactancia.

“Si la insistencia en los reclamos le molesta, yo lo lamento”, dijo en referencia a los cuestionamientos que le llegan desde el Ejecutivo y hasta afirmó que “algunos ministros y secretarios” son los que les dan letra a quienes lo cruzan dentro del ámbito sindical. “Yo me entero de todo: me llaman y me dicen ‘mira que me dijeron que diga tal cosa’”, sostuvo para desacreditar las críticas que provienen desde la propia CGT.

El camionero también intentó invertir la ecuación para hablar de su distanciamiento de la Casa Rosada. “Los que se acercan o se alejan de los trabajadores son los gobiernos”, sostuvo parándose como abanderado de los reclamos gremiales. Pero renglón seguido sostuvo que “no sé si aleja o no” de los trabajadores “lo que sí sé es que no escucha los reclamos”, insistió. “Nadie me tuvo agarrado de la mano”, respondió para reafirmar su “independencia” cuando le preguntaron si desde el Gobierno le habían “soltado la mano” .

También desechó la señal que ayer le envió el vicepresidente Amado Boudou, al afirmar que con Moyano también se podía lograr la “sintonía fina” que propone el Gobierno para la economía doméstica. “Cuando aparecen esas palabras especiales (por sintonía fina) me hacen acordar a Menem cuando hablaba de la flexibilización laboral”, devolvió el camionero ubicando al Gobierno donde más incómodo se siente y donde menos le gusta. Algo que Moyano conoce sobradamente.

Luego salió al cruce de los reproches presidenciales de quienes acuerdan mejores salarios favorecidos por los subsidios del Estado, en referencia al transporte de carga. Moyano defendió al reclamo de su gremio contra la empresa Camuzzi y a su hijo Pablo en el manejo del conflicto. Dijo que defendían los 200 puestos de trabajo de una empresa de correo privado y cuestionó que el reestatizado Correo Argentino amplíe su prestación a los privados porque ya los hace “con los Estados provinciales y los municipios”. También calificó como “un apriete” “la paliza que les pegaron a los muchachos (camioneros)” en Trelew.

Después volvió sobre las paritarias y puso de manifiesto su intención de mostrarse como un defensor de los gremios más allá de los posicionamientos políticos. Dijo que la decisión del Gobierno de no homologar el acuerdo del 35 por ciento del gremio de los peones rurales, el gremio del duhaldista Gerónimo “Momo” Venegas, “es una señal” que desde la Casa Rosada quieren “rebajar” los porcentajes que alcancen los gremios. “Si van a hacer así, que pongan el porcentaje por decreto y que terminen con el circo de las paritarias”, dijo en otro momento.

En el asado de hoy en la CGT, Moyano podrá evaluar si discurso televisvo le allanará o no el camino a su continuidad al frente de la central. Los llamados “independientes” –donde se encolumnan varios de los mencionados como posibles reemplazantes del camionero en la CGT– se excusaron de concurrir y volvieron a cuestionar la postura del camionero frente al Gobierno. Los Gordos, ya se sabe, pierden el apetito cuando Moyano es el anfitrión. A la hora de los postres Moyano ya habrá contado las huestes con las que cuenta.

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