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El país|Lunes, 6 de febrero de 2012
Voces de la CGT y del oficialismo les bajaron el tono a las diferencias

Paños fríos para la confrontación

Un dirigente cercano a Moyano, Carlos Lobais, estimó que la relación con el Gobierno “se va a reactivar y en cualquier momento podemos tener una reunión”. Para el diputado Carlos Kunkel, del FpV, “no hay una disputa”, sino que se adelantó la interna sindical.

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El camionero Hugo Moyano tiene mandato hasta julio al frente de la CGT.

El ballet entre la dirigencia de la CGT que responde a Hugo Moyano y el oficialismo continúa, y ayer de uno y otro lado bajaron el tono de la confrontación respecto del que había alcanzado la semana pasada. Mientras que desde el entorno del titular de la central reconocieron que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner “tiene relación directa con los trabajadores”, el diputado Carlos Kunkel (FpV) negó que exista una disputa institucional y sostuvo que en “un proceso para convalidar o renovar dirigencias sindicales, no hace bien ni la injerencia del Gobierno ni la de políticos que no pertenezcan al sindicalismo”. Por su parte, Oscar Lescano, de Los Gordos, volvió a insistir en la necesidad de adelantar el recambio en la dirigencia sindical, una hipótesis que va perdiendo fuerza a cada día que pasa.

El titular de la Asociación Obrera Textil, Jorge Lobais, que en los últimos días asomó como uno de los voceros de la posición de Moyano, dijo que el vicepresidente Amado Boudou “se tiene que acordar de que, cuando fue precandidato en la ciudad, hace poco más de un año, fue en una comida de la CGT en la que hizo su lanzamiento”. Un día antes, en diálogo con Página/12, Boudou había marcado la postura de la Casa Rosada sobre la relación con la central obrera. “Este gobierno tiene un nivel de interlocución directa con los trabajadores. Va a seguir ese camino. No hay ningún gobierno que haya hecho un esfuerzo tan grande para que se recomponga el salario real”, había graficado el vicepresidente.

De todas formas, Lobais reconoció, al intentar marcar diferencias con Boudou, que la Presidenta “tiene relación directa con los trabajadores” y que ese vínculo “no existiría si no fuera por el matrimonio Kirchner”; también confió en que la relación entre el Gobierno y la CGT “se va a reactivar y en cualquier momento podemos tener una reunión”. También se refirió a la posibilidad de que el metalúrgico Antonio Caló o el mecánico Ricardo Pignanelli reemplacen a Moyano (a quien calificó como “el mejor secretario general de la CGT que hemos tenido”), cuando termine el mandato del camionero, a mitad de año: “Con cualquiera de los dos, no hay ningún problema porque son bien vistos”, aseguró, a la vez que destacaba que se trata de “compañeros de mucha trayectoria”.

Por su parte, el diputado nacional Carlos Kunkel, del Frente para la Victoria, intentó explicar los motivos por los que se llegó a este punto en una relación estratégica que se mantuvo durante ocho años. “Cuando hay procesos de reconversión productiva y de los actores sociales, es natural que se vayan produciendo reacomodamientos en el propio seno de la dirigencia sindical. Hay cinco millones de nuevos puestos de trabajo, la mayoría de ellos registrado, y no siempre eso se refleja a nivel de la dirigencia –sostuvo–. Es evidente que con este crecimiento ese cambio se verá reflejado a medida que se realicen los distintos procesos electorales en cada uno de los sindicatos.”

Además, el legislador aseguró que “no hay una disputa entre la CGT y el Gobierno”, sino que “la disputa por la continuidad o reemplazo de Hugo Moyano se adelantó mucho” y “en ese marco se dan las declaraciones, los dimes y los diretes”. Y agregó que en un momento como éste, en “un proceso para convalidar o renovar dirigencias sindicales, no hace bien ni la injerencia del Gobierno ni la de políticos que no pertenezcan al sindicalismo”. También recordó que “la Presidenta fue convalidada en octubre, ahora falta que se convalide o reemplace a Moyano”.

Oscar Lescano, titular de Luz y Fuerza, volvió a insistir sobre la necesidad de que Moyano abandone la conducción de la CGT. Lescano pertenece al sector de Los Gordos, que condujo la central durante el menemismo y se opone a la dirigencia del camionero desde un principio. “Moyano se tiene que ir ya, cumplió una etapa de su vida y políticamente fracasó, por lo que debería terminar su gestión”, sostuvo, a la vez que nominó para la sucesión a Caló y a Pignanelli. Moyano, aseguró, “se va quedando cada vez más solo”.

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