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El país|Domingo, 6 de mayo de 2012
EL RADICAL OSCAR AGUAD YA PIENSA EN UN ARMADO NACIONAL PROPIO

Un díscolo que hace planes

El diputado cordobés encabezó a los radicales que se opusieron a la recuperación de YPF. Los dirigentes que lo acompañan creen que hay margen para armar una línea contra el alfonsinismo. Desde ese sector les salieron al cruce y también criticaron a los medios.

Por Sebastian Abrevaya
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El cordobés Oscar Aguad se fue del recinto de Diputados para no votar la expropiación de YPF.

“Vamos a esperar que baje la espuma y ver cómo seguimos. Oscar va a empezar a evaluar un armado nacional”, anticipó un operador cercano al diputado radical Oscar Aguad, quien lideró la semana pasada el rechazo al proyecto de expropiación de Repsol YPF, a contramano de la decisión adoptada orgánicamente por la UCR. En línea con un puñado de legisladores nacionales, Aguad se retiró del recinto antes de la votación y consolidó así su rol como una de las figuras salientes del alfonsinismo, de cara a las legislativas de 2013. En este contexto, los distintos sectores radicales empiezan a acomodar sus piezas frente a una elección complicada, en la que deberán revalidar la buena performance del Acuerdo Cívico y Social.

No fue una semana fácil para el radicalismo. Debió resistir la crítica feroz de los grandes medios de comunicación y la rebelión del grupo de diputados encabezado por Aguad, que dejó al descubierto una grieta interna con su desacato a la conducción, tanto del bloque parlamentario en manos de Ricardo Gil Lavedra, como del partido, en cabeza de Mario Barletta. “Si vamos a ser oposición tenemos que generar una alternativa en serio”, sostuvo ayer Lucio Aspiazu, uno de los legisladores rebeldes y el único radical que directamente votó en contra de la expropiación, al igual que del traspaso de los subtes a la Ciudad de Buenos Aires. Según el agrodiputado correntino, la UCR perdió “una oportunidad histórica”, porque le faltó “una actitud de grandeza y humildad”.

Si bien no quieren hablar por ahora de un espacio interno, cerca del diputado cordobés consideran que existe margen para un armado diferente al Movimiento de Renovación Nacional (Morena) que conducen Ricardo Alfonsín, Gerardo Morales y Gil Lavedra. “Lo que resuelvan los cardenales del radicalismo no es lo que quiere el pueblo radical”, deslizaron en el entorno de Aguad y hablan de empezar a “recorrer el país para definir hacia dónde quiere ir la UCR”. Lo cierto es que el cordobés termina su mandato el año próximo y necesita levantar el perfil a nivel nacional para revertir el resultado de la elección de gobernador del año pasado. Quedó tercero con el 23 por ciento, detrás de Luis Juez y José Manuel De la Sota.

“Nosotros no queremos seguir ahondando esto. El debate ya se ha dado. Hay un juego de tensiones muy fuerte pero tenemos confianza en nuestras ideas y nos vamos a recuperar. Los que creen que la salida es por derecha, que den el debate dentro del partido, que formen un sector interno”, replicó, en diálogo con Página/12, el alfonsinista Juan Pedro Tunessi. En la provincia de Buenos Aires, el escenario radical también es complejo. El propio Alfonsín concluye su mandato, por lo que ya se habla de retomar el diálogo con el GEN de Margarita Stolbizer, quien encabezó la boleta en 2009.

Pero al frente interno se le sumó la semana pasada una encarnizada crítica de los grandes medios de comunicación. “Hasta ahora nunca había habido cortocircuitos. Ahora pareciera que lo único que les importa en el mundo es el radicalismo”, reflexiona un importante legislador nacional. Y fue Gil Lavedra como titular de la bancada el que sufrió en carne propia los cuestionamientos de los grandes medios. “Lo de Joaquín Morales Solá no es un tema menor. Nosotros creemos en la libertad de expresión total y absoluta, lo que no se puede hacer es mentir. Por eso mandé una carta titulada ‘Opinión libre, hechos sagrados’ y espero que La Nación la publique”, respondió Tunessi. En su columna de opinión, el editorialista sugirió que los legisladores radicales acompañaron la expropiación de YPF a cambio de cargos en el Congreso, supuestamente otorgados por el Frente para la Victoria.

“Va ganando espacio la idea de la coherencia histórica. De sumar a la política y no a las corporaciones. El radicalismo sufrió el ensañamiento de las corporaciones mediáticas que dedicaron muchos más artículos al radicalismo que al propio gobierno. Esta va a ser una batalla dialéctica permanente, se nos van a venir encima los sectores más progresistas del partido”, coincidió el histórico dirigente Leopoldo Moreau, quien acuñó el término “antikirchnerismo bobo”, para señalar la posición radical encabezada por Aguad y el Grupo A.

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