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La conducción de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro (AGTSyP) redobló la apuesta y decidió un paro de 36 horas, desde las 12 de hoy, en las seis líneas y el Premetro, que se suma a la huelga de 24 horas lanzada por la Unión Tranviarios Automotor (UTA) para mañana. “Está trabada la paritaria salarial y la empresa concesionaria Metrovías se hace la tonta”, dijo el secretario general de la AGTSyP Roberto Pianelli. Por su parte, el delegado Claudio Dellecarbonara afirmó que “los trabajadores no podemos ser rehenes del gobierno nacional ni del de la Ciudad”. Y Metrovías expresó su “profunda preocupación” ante la decisión de los trabajadores de paralizar las tareas por un día y medio.
Pianelli responsabilizó al gobierno metropolitano por el actual conflicto, porque “traba los subsidios, lo que de manera alguna es una ficción”, como subrayó Macri en conferencia de prensa. “La ficción es que mientras se extendía el conflicto paritario en subterráneos, él estaba con Arjona (Ricardo)”, enfatizó el dirigente. En cuanto a las medidas de fuerza, Pianelli dijo que “el paro se prolongará durante 12 horas más respecto del declarado por la UTA porque ese gremio no tiene capacidad de garantizar la protesta”. Tras denunciar que la concesionaria no adquiere repuestos desde hace cuatro años, afirmó que “si Metrovías, como argumenta, no tiene dinero, debe irse”.
Desde su punto de vista, Dellecarbonara analizó que “hace meses que las administraciones del gobierno de Cristina y del de Macri se pelean por definir quién no se hace cargo del subte, una crisis cuyo disparador fue la masacre de Once, y están jugando con los millones de trabajadores que somos usuarios y padecemos el mal servicio y los peligros potenciales de las pésimas condiciones de las formaciones”. Y agregó que “tanto el gobierno nacional como el de la Ciudad, garantes de los empresarios que ‘se la llevan en pala como reconoce Cristina Fernández, tienen en común la defensa de los Roggio, patronal parásita por excelencia, y toman a los trabajadores, nuestros salarios y paritarias, como rehenes de sus negociados mientras nadie se hace cargo de nuestras denuncias y reclamos”. Tras convocar a organizaciones sociales y políticas, estudiantiles y de derechos humanos a la cabecera de la línea B para apoyar las medidas, Dellecarbonara se dirigió a los usuarios. “Conscientes de las molestias que implica este paro, aclaramos que no somos los responsables de haber llegado a esta instancia: nuestra paritaria está vencida desde el 28 de febrero y exigimos un aumento del 28 por ciento, además de mejoras en las condiciones laborales y de seguridad”, dijo el delegado de la línea B.
La empresa concesionaria, en un comunicado de la gerencia de Relaciones Institucionales, expresó que “como siempre, participó en todas las reuniones convocadas por el Ministerio de Trabajo en el marco de la negociación paritaria” y “señaló a todos los actores la compleja situación económico-financiera por la que atraviesa”. Metrovías explicó que en enero, a partir del proceso de transferencia iniciado con la firma de un acta-acuerdo entre la Nación y la Ciudad, “el sostenimiento de los costos de los servicios sufrió una modificación importante”. Según describió, la Nación comenzó a pagar la mitad de los subsidios y el “equilibrio económico nunca se alcanzó”, incluso con la suba de la tarifa, que no habría sido suficiente para la empresa del grupo Roggio. Además, acusó a la Ciudad de perjudicarlos por no participar en el proceso de negociación determinado por el acta-acuerdo. “Ello ocasionó que una parte muy importante de los subsidios comprometidos por la Nación fuesen depositados en una cuenta administrativamente no accesible para la operación del servicio y, por otro lado, se redujo la cantidad de pasajeros en un 20 por ciento a partir del aumento de la tarifa, por lo que el ingreso por venta de pasajes nunca alcanzó a cubrir la otra mitad, eliminada de los subsidios necesarios”, puntualizó Metrovías.
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