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El país|Martes, 25 de septiembre de 2012
Cristina Fernández de Kirchner habla hoy en la Asamblea de la ONU

Malvinas e Irán en el discurso

A 30 años de la guerra de Malvinas, tras la decisión dictatorial del desembarco, la Presidenta buscará insistir en la diferencia entre aquel gobierno y el régimen democrático que pide negociar. El dilema de Irán. La novedad de Egipto.

Por Martín Granovsky
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Cristina Kirchner asistió ayer a una exposición sobre Evita en el Consulado, hoy hablará en la ONU.
Desde Nueva York

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner dirá hoy su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidos en medio de la expectativa sobre si habrá algún indicio, en el texto o en una instrucción al canciller Héctor Timerman, en el sentido de responder favorablemente la invitación de Irán a dialogar oficialmente con la Argentina. En 2011 Cristina puso como marco de cualquier iniciativa el compromiso de pedir la extradición de los tres iraníes buscados por la Justicia argentina y no hay ningún elemento en el horizonte para imaginar que ese marco cambió.

Cristina hablará después de las tres de la tarde en una ONU que desde el domingo ya comenzó a parecerse a una zona militarizada. Y hoy, en el plenario de la Asamblea General, se intensificará el movimiento de seguridad como todos los años: policías, agentes del servicio secreto con el cable enrulado directo al oído, lanchas, patrullaje de cazas, helicópteros y cordones no sólo en la ONU, junto al East River en la zona media de Manhattan, sino en los hoteles donde se hospedan los mandatarios más custodiados del mundo. Empezando, claro, por el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.

Cada país lleva a la Asamblea su propia agenda pero cada año hay un contexto especial. El 2012 parece marcado por los nuevos conflictos en Medio Oriente y el norte de Africa, luego de la ola democratizadora que algunos expertos llaman “Primavera Arabe”, y también por la crisis económica internacional, sobre todo por una Europa que no muestra indicios de recuperación ni de freno a la caída.

Del lado argentino la agenda tiene un puñado de temas propios. La exigencia de dialogar sobre la soberanía de las Malvinas es un tema habitual de los presidentes, pero este año es probable que Cristina Fernández de Kirchner insista en su combinación de argumentos de junio, cuando vino al Comité de Descolonización. Por un lado, diferencia respecto de la dictadura. Más allá del principio de continuidad jurídica de los Estados, la estrategia busca crear mejores condiciones políticas para presentar el reclamo argentino de negociar. Por otro lado, el planteo de que la situación colonial en Malvinas, tal como lo definió la ONU en 1965, puede ser hoy un problema regional e incluso mundial por su potencial de desestabilización sobre un área que, como Sudamérica, es la menos conflictiva del planeta.

El tema de Irán fue elevado a la Asamblea General en los últimos años, inclusive con acompañamiento de los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA de 1994, y luego de que la Interpol hiciera lugar a la solicitud argentina de pedir la captura de tres iraníes la exigencia es que los tres respondan a las preguntas que tenga para hacerles la Justicia en relación con lo que fue, entonces, el mayor ataque en su tipo antes de las Torres Gemelas del 2001.

Aún está abierta la decisión de si la Argentina aceptará o no el diálogo ofrecido, esta vez formalmente, por la Cancillería iraní siguiendo instrucciones del presidente Ahmed Ahmadinejad. Los pros y contras de la resolución están en manos de la propia Presidenta, obligada a sopesar un tablero múltiple:

Tal como adelantó Página/12 el domingo, la Presidenta no solo criticará la guerra comercial que acentúa el proteccionismo de los países desarrollados sino que también subrayará la necesidad de democratizar los organismos internacionales. Uno es la propia ONU, donde el Consejo de Seguridad funciona como una élite de cinco países con derecho a veto, del que carecen todos los demás. Otros organismos son los de cooperación y crédito, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Hoy se realizará también el encuentro bilateral más importante de Cristina, el que sostendrá con el presidente egipcio Mohamed Morsi, el ex líder de la Hermandad Musulmana que llegó al cargo en elecciones democráticas. Es ex líder porque cuando asumió la presidencia decidió seguir siendo un miembro de su fuerza pero ya no el jefe.

Morsi busca también entrevistarse con un Obama que no quiere ruido en medio de la campaña electoral, hasta ahora exitosa, frente al candidato republicano Mitt Romney. Ambos se medirán en noviembre y del resultado dependerá si Obama inicia su segundo mandato el 20 de enero del 2013.

Washington criticó la dilación de Morsi de condenar el asesinato de su embajador en Libia y los picos de violencia en la región, pero hasta ahora no dio indicio alguno de que quiera perder la alianza con Egipto, uno de los países que reciben mayor ayuda militar norteamericana junto con Israel y Colombia. Funcionaría el espíritu práctico de considerar que el proceso en el norte de Africa es irreversible y los Estados Unidos no pueden quedar afuera y, a la vez, la teoría del mal menor que diferencia a un islamismo pacífico del terrorismo fundamentalista de grupos como Al Qaeda. Este diario pudo saber que la reunión con Morsi no surgió en Naciones Unidas sino que viene siendo trabajada por la Argentina y Egipto. La Argentina también busca presencia política y comercial en una de las zonas del mundo que presentan mayores novedades en los últimos años.

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