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El país|Miércoles, 10 de octubre de 2012
La Presidenta recibió a Caló y a los miembros del consejo directivo de la central obrera

La nueva CGT tuvo su debut en Casa Rosada

Acompañada por parte de su gabinete, Cristina Fernández se reunió con los dirigentes sindicales, quienes plantearon sus principales demandas. Para la conducción de la CGT, el encuentro fue “muy positivo” y abrió “fuertes perspectivas de trabajo”.

Por Julián Bruschtein
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Antonio Caló, Cristina Fernández y Andrés Rodríguez, en una reunión que funcionó como “presentación formal”.

“Fue una reunión muy positiva, con fuertes perspectivas de trabajo, y así lo vamos a tomar”, señaló a Página/12 un dirigente sindical que estuvo presente en la primera reunión formal de la CGT –bajo la nueva conducción encabezada por el metalúrgico Antonio Caló– con la presidenta Cristina Fernández. “Quedó claro que con solo ser consecuentes los representantes sindicales podemos elaborar salidas a los reclamos de los trabajadores”, aseguró a este diario el flamante secretario de Políticas Económicas y Sociales de la central obrera, Horacio Ghilini. La cúpula cegetista acudió a la cita en la Casa Rosada casi en su totalidad.

A pesar de que estaba pautado para las 18.30, el encuentro comenzó una hora más tarde. En el Salón de las Mujeres Argentinas, la Presidenta recibió al Consejo Directivo de la CGT en pleno con un beso en la mejilla a cada dirigente. “Fue la presentación formal y oficial de la nueva conducción. Pero en lo simbólico se trató de asentar el proceso de institucionalización que iniciamos cuando se puso fecha a la elección de autoridades y que finalizó con la elección de Caló como secretario general la semana pasada”, señaló uno de los dirigentes que asistieron al encuentro. Los sindicalistas le plantearon a la Presidenta los principales puntos de la agenda sindical, como el aumento del mínimo no imponible de Ganancias y la universalización de las asignaciones familiares, aunque no se profundizó en las distintas problemáticas, sino que se trató “de afianzar la relación”.

Cristina Fernández ya había dado algunas señales positivas a los gremialistas sobre la viabilidad de algunos de sus reclamos. Primero los recibió en la Casa Rosada cuando ya habían encaminado el cronograma electoral, cita a la que los integrantes de la CGT asistieron con una presencia casi perfecta. Allí faltó quien era hasta ese momento el candidato único, Caló, que ayer ingresó presidiendo la comitiva. Después se reunieron con la titular de la Superintendencia de Servicios de Salud, Liliana Korenfeld, que los recibió y escuchó sus propuestas sobre la deuda que el Estado tiene con los gremios por el sistema de obras sociales. Unas semanas más tarde, Korenfeld anunció algunos cambios en el sistema y la inyección de dos millones de pesos respondiendo a los reclamos.

Ayer, Fernández de Kirchner recibió a la conducción de la CGT con los ministros con los que los sindicalistas deberán encaminar el diálogo. El titular de la cartera de Trabajo, Carlos Tomada; el de Economía, Hernán Lorenzino; el de Planificación, Julio De Vido (de intensa relación con varios de los dirigentes sindicales), y el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. Tomada señaló al finalizar el encuentro que era necesario que “la CGT se convierta en un actor fundamental dentro de la construcción democrática y del crecimiento económico con inclusión social”, y destacó a su vez “el diálogo permanente entre la central obrera y el gobierno nacional”.

“Tuvimos una charla muy profunda sobre el escenario político gremial en el país y que fue derivando también a la realidad de América latina”, confió un dirigente sindical al término de la reunión. Los gremialistas habían iniciado el día con un encuentro previo en la sede de la Unión Obrera Metalúrgica, dos horas antes del horario previsto. Allí resolvieron no entregarle el documento elaborado para el congreso en el que se eligieron autoridades la semana pasada para “realizar el planteo de forma verbal, sin presiones ni condicionamientos”, agregó el sindicalista. “La reunión protocolar se terminó casi al instante. Nos recibió como compañera peronista, fue lo primero que nos dijo para romper el hielo”, destacó el gremialista, apuntando a la distensión que reinó en el encuentro.

“Llegando al final cada dirigente mantuvo un pequeño encuentro con el ministro del área de trabajo en común para encaminar la solución a los puntos de la agenda”, detalló el gremialista. “Hay que arremangarse y ponerse a trabajar todavía más de lo que venimos haciendo”, concluyó Ghilini, graficando la relación que mantendrá la central sindical con el gobierno nacional a partir de la reunión de ayer.

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