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El país|Sábado, 3 de noviembre de 2012
DOS COMISARIOS Y UN CABO DETENIDOS EN SANTA FE POR TRAFICO DE DROGAS

La larga saga de Hugo Tognoli

El juez que investiga al ex jefe de la policía santafesina dispuso ayer la detención del comisario de la comisaría segunda de Rosario, Néstor Fernández, del comisario mayor retirado Oscar Ledesma y de un cabo que reportaba a un narco.

Por José Maggi
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El comisario Néstor Fernández era el responsable de drogas en Villa Cañas cuando empezó la causa.

Desde Rosario

El juez federal Carlos Vera Barros ordenó ayer a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) la detención para su posterior indagatoria de tres policías, uno de ellos retirado, involucrados en la causa del ex jefe policial santafesino Hugo Tognoli. Se trata del actual jefe de la comisaría segunda de Rosario, comisario Néstor Fernández –quien tenía una clave de acceso al sistema de identificación de patentes–, con la que supuestamente se hizo la averiguación para avisarle a un narco que la PSA lo estaba siguiendo. El segundo detenido es el ex comisario mayor Oscar Ledesma, quien en un mensaje de texto indicó que Carlos Ascaini –un narco de Villa Cañás– tenía un arreglo con Tognoli por “30 mil pesos por mes”.

El tercer detenido es un cabo de la comisaría de Villa Cañás a quien el narco Ascaini le daba órdenes.

Fernández estaba a cargo de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones (ex Drogas Peligrosas) de Venado Tuerto al momento en que la PSA inició la investigación que terminó con la detención de Tognoli. Fue en ese momento que se le avisó al presunto narco Ascaini que lo estaban siguiendo e investigando. Lo curioso es que anoche Fernández y Tognoli durmieron en el mismo lugar: dependencias de la PSA en el aeropuerto Islas Malvinas de Rosario. Y el asombro es mayor todavía porque la PSA acusa a Tognoli de avisar al narco y Tognoli dice que él no fue, que fue Fernández.

Ascaini está detenido y procesado por infracción a la ley de drogas luego de ser detenido en mayo pasado con más de un kilo de cocaína en su automóvil, en un acceso vial de Villa Cañás. Pero todo está a punto de frustrarse porque la pericia sobre lo decomisado indica que casi todo el polvo blanco es azúcar y no cocaína, lo que plantea un interrogante obvio: si hubo torpeza o complicidad con el narco.

En cuanto al otro detenido, el comisario mayor (retirado) Oscar Ledesma había confirmado ante Página/12 el contenido del mensaje de texto en el que indicaba que Tognoli, como jefe de Drogas, había acordado con el narco Carlos Ascaini el pago de 30 mil pesos por mes para permitirle la comercialización de drogas.

El texto es una de las pruebas que la PSA aportó a la causa ante la Justicia Federal. La que recibió ese mensaje es Nilda Luques, dueña de un cabaret, quien –según dice– tiene una hija adicta, motivo por el cual pretendía terminar con los dealers de su ciudad, Venado Tuerto. Recorrió distintos lugares hasta que el comisario mayor Oscar Ledesma le dio una lista de vendedores de droga, y el distribuidor de la zona: Ascaini, el que habría arreglado con Tognoli.

El comisario Ledesma, quien tiene 51 años y está actualmente retirado, explicó el contexto en el que se dio este intercambio de mensajes de texto con Luques. “Conozco a la familia de Nilda Luques desde hace años y un día que la crucé por la calle, en octubre o noviembre de 2011, me hizo un comentario sobre la venta y comercialización de droga en Venado Tuerto y Villa Cañás, y menciona a estas dos personas (se refiere a Ascaini y Tognoli), versión que había llegado a mis oídos de una manera. Ella me pregunta por mensaje de texto esos dos datos concretos: es lo que dice el mensaje que envié.”

“Ella quería denunciar el tema de drogas, no sé qué otros datos más tenía. Y con buen criterio le dije que de mi promoción era el que estaba como jefe de Drogas, que era el comisario Tognoli, y lo que podía hacer es conseguirle el teléfono para que hable con él, porque comanda todo. Y ahí ella me refiere que le había llegado un comentario, el que yo chequeo y lo averiguo, y es verdad que el comentario existía, pero era un rumor: que se vendía droga en Villa Cañás y que se abonaba esa cifra de 30 mil pesos por mes para hacerlo. Es lo que se decía, era un rumor.”

Sin embargo, en la presentación ante la fiscal, la PSA dio cuenta de una segunda escucha en la que el narco Ascaini les dice a sus cómplices: “Trabajen tranquilos. Si hay problemas con la poli, yo lo arreglo con una llamada”. Con tres uniformados presos, habrá que ver cómo resuelven las contradicciones entre ellos. Parece cantado que todos van a tratar de limpiarse entre sí.

Por otro lado, el juez Vera Barros rechazó ayer la recusación presentada por la defensa de Tognoli contra la fiscal del caso, Liliana Bettiolo. Es que el abogado del ex jefe, Eduardo Jauchen, había pedido el apartamiento de la fiscal Bettiolo días atrás por no haber llamado a declarar a tres testigos que la defensa considera claves: el comisario Fernández –ahora detenido–, el comisario Ledesma y de Nilda Luques, quien fuera dueña de un prostíbulo de Venado Tuerto.

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