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El fiscal especial del caso AMIA, Alberto Nisman, le pidió ayer al canciller Héctor Timerman que le informe sobre la evolución de las negociaciones con Irán. Nisman pidió ser informado “en forma urgente” y “con carácter reservado si ello fuera estrictamente reservado”. Ya antes, también la DAIA, la AMIA y las agrupaciones de familiares de las víctimas del ataque habían reclamado que se les informara. El vocero de la Cancillería israelí, Ygal Palmor, fue más allá y dijo que “Israel no va a permitir que esta negociación se desarrolle en la oscuridad y opacidad” y también reclamó información.
En la Cancillería argentina esta declaración del vocero cayó muy mal y se consideró una intromisión fuera de lugar en lo que son decisiones adoptadas por la presidenta Cristina Kirchner.
Hasta el momento, el Ministerio de Relaciones Exteriores, a cargo de Héctor Timerman, manejó el diálogo con Teherán en el máximo secreto, siguiendo el modelo que en su momento se aplicó en los diálogos entre Estados Unidos, Gran Bretaña y Libia por el atentado contra el avión de Pan American que cayó en Lockerbie. En ese caso, el principal intermediario fue el presidente de Sudáfrica y Nobel de la Paz, Nelson Mandela. Al final, dos libios fueron juzgados por un tribunal escocés en una base aérea de Holanda. Uno fue condenado, el otro absuelto.
En la Cancillería consideran que las gestiones que se están haciendo no afectan en nada a la causa judicial que lleva adelante el fiscal Nisman, que –aseguran en el Palacio San Martín– no tiene ningún obstáculo para seguir trabajando en forma normal. Es más, Nisman está próximo a firmar un fallo, nuevamente sobre el aspecto internacional del caso AMIA, en el que se mostrarán similitudes del atentado contra la mutual judía y otros atentados adjudicados a Irán. El punto más débil del expediente es la ausencia de pruebas sobre cómo se perpetró el atentado en la Argentina, es decir quiénes actuaron, cómo ingresaron al país y de dónde salieron los explosivos, entre otras cosas.
En su momento, Cristina Kirchner adelantó que, de llegarse a una propuesta concreta aprobada por los dos gobiernos, se sometería la propuesta no sólo a los familiares de las víctimas, sino también al Congreso. Será entonces –dicen en Cancillería– que también la Justicia podrá expedirse. Por otra parte, no está para nada claro que los diálogos conduzcan a un acuerdo. Por ahora, Timerman informó que los dos primeros días de reunión, que se concretaron en Ginebra, fueron “muy positivos” y se adelanta un nuevo encuentro para la última semana de noviembre.
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