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El país|Lunes, 12 de noviembre de 2012
Designan a un coronel sospechado por manejos irregulares

Los alimentos del Ejército

El ministro Puricelli separó de la administración de las compras al coronel Enrique Staiger y repuso al coronel Horacio Belotti, antes separado por Garré. El juez Oyarbide investiga el manejo de recursos para la compra de víveres de la fuerza.

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El ministro de Defensa, Arturo Puricelli, actuó antes de conocer el resultado de la auditoría.

La partida de 120 millones de pesos que el Ejército destina a la compra de víveres para sus tropas está bajo la lupa judicial. El ministro de Defensa, Arturo Puricelli, separó de la dirección de Intendencia al coronel Enrique Staiger hasta tanto se esclarezcan las denuncias que investiga el juez federal Norberto Oyarbide. De inmediato, el ministro designó al coronel Horacio Belotti para ocuparse de las compras. En el Edificio Libertador llamó la atención el nombramiento porque Belotti había sido separado de la Jefatura del Departamento de Contaduría y Finanzas del Ejército, durante la gestión de Nilda Garré, por sospechas de corrupción. Algunos funcionarios recuerdan que sus abultados ahorros no guardaban relación con sus ingresos. En el caso de la causa que empezó a instruir el juez Oyarbide resulta llamativo que, en realidad, los datos de la auditoría interna de la fuerza registran un ahorro de casi 40 millones de pesos desde que se aplica un convenio de compra con el Mercado Central.

En noviembre de 2010, la entonces ministra Garré firmó un acuerdo con el Mercado Central para abastecer de alimentos frescos a las unidades del Ejército de Campo de Mayo y Ciudad de Buenos Aires. La idea había surgido de una iniciativa de la Armada que, teniendo en cuenta la menor cantidad de efectivos, había incursionado en ese camino. Ante el evidente ahorro de recursos, Garré promovió la aplicación en el Ejército.

Según un informe de la auditoría interna realizada por la fuerza, al que accedió Página/12, “fueron muchos los beneficios obtenidos desde su implementación; como más significativos se pueden resaltar la mejor calidad de los efectos, puntualidad en las entregas e importantes ahorros presupuestarios, que en el año 2011 se elevaron a la suma de 11 millones de pesos y durante el ejercicio 2012 (año en que se extendió a toda la fuerza a partir de marzo) se llevan acumulados ahorros por 27 millones de pesos”.

La ampliación del convenio suscripto entre Garré y el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, generó una reacción inesperada: empezaron a circular denuncias anónimas. En agosto, los mails parecieron insuficientes para los intereses tocados: en la casa de Staiger, un proveedor tocó el timbre y amenazó directamente a la familia del coronel. En ese momento, Staiger fue recibido por el ministro Puricelli y realizó la denuncia ante la comisaría de Hurlingham con dos abogados, uno de Defensa y otro del Ejército.

Sin embargo, la cadena de mails no cesó. Uno de esos correos electrónicos motivó la denuncia que presentó el diputado del PRO, Federico Pinedo. El subjefe del Ejército, César Milani, de quien depende la dirección de Intendencia, ordenó una auditoría. Ante la decisión de Puricelli de separar a Staiger antes de conocer las conclusiones, Milani realizó una denuncia el 22 de octubre pasado que recayó en el juzgado de Marcelo Martínez de Georgi y luego fue absorbida por Oyarbide. La Secretaría Nº 10, a cargo de Pedro Diani, pilotea la investigación.

El informe de auditoría del Ejército destaca que el convenio con el Mercado Central se produjo a raíz del fracaso de las contrataciones en el ámbito de la Guarnición Buenos Aires, que provocaban modificaciones de platos, por la falta de productos, precios excesivos fijados por un grupo limitado de proveedores, mala calidad e incumplimiento en las entregas.

Sobre las anomalías detectadas en facturas y remitos, el informe da cuenta de que es responsabilidad del Mercado Central y que el gerente Guillermo Cosentino ratificó la coincidencia de los montos liquidados.

La decisión de separar a Staiger exacerbó las diferencias entre el jefe del Ejército, Luis Pozzi, y su segundo César Milani. El subjefe y jefe de Inteligencia de la fuerza fue quien realizó la denuncia judicial para que se despejaran dudas sobre el convenio realizado con el Mercado Central.

Mientras el juez Norberto Oyarbide decide qué hacer ante las denuncias por irregularidades en la compra de víveres para el Ejército, el ministro de Defensa, Arturo Puricelli, designó al coronel Horacio Belotti a cargo de la dirección de Intendencia en reemplazo de Enrique Staiger, separado preventivamente. El retorno a un destino de manejo de recursos del coronel Belotti encendió las sospechas en el Edificio Libertador sobre el objetivo del desplazamiento, en un momento en que empiezan a crujir las estructuras militares por los pliegos de ascensos y pases a retiro.

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