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El país|Domingo, 25 de noviembre de 2012
REPORTAJE A ARNALDO BOCCO SOBRE LOS FONDOS BUITRE

“Los marginales son ellos, no la Argentina”

Ex director del Banco Central entre 2004 y 2010, durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, Bocco explica qué puede hacer la Argentina después del fallo de Griesa y cuáles son sus argumentos de peso.

Por Martín Granovsky
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El economista Arnaldo Bocco dijo a Página/12 que “el fallo del juez Thomas Griesa revela que adoptó una decisión en caliente”.

–¿De dónde puede interpretarse que actuó de esa manera?

–Sobre todo cuando se muestra afectado por declaraciones de funcionarios argentinos. En su fallo, como se sabe, menciona a la Presidenta y al ministro de Economía.

–Griesa cita enojado que los funcionarios anticiparon que no quieren pagarles a los fondos buitre. Parece una declaración sobre declaraciones.

–Es que ése es el tema más importante del fallo. Parece intrascendente, porque la verdad es que la Argentina viene respetando fallos y acuerdos, pero la actitud de Griesa lo convirtió en la cuestión de fondo. Griesa parece haber querido buscar una respuesta contundente contra el Gobierno argentino. El problema es que al hacerlo dejó registrada su propia ira como algo desproporcionadamente importante.

–¿Por qué es desproporcionada?

–Porque quemó todo el crédito. Y un juez con la experiencia de Griesa sabe que en estas negociaciones hay muchos elementos en juego y muchas herramientas que no deben quemarse. El fallo de Griesa es peligroso para el mundo entero.

–¿Para el mundo?

–Sienta un precedente para el futuro. Cualquier acreedor de otro país que no sea la Argentina lo está leyendo. La Justicia hoy es cada vez más globalizada y cada fallo va constituyendo doctrina de interés internacional. Puede ser usada en perjuicio de otros inversores.

–¿Qué otros inversores quedarían dañados?

–Por lo pronto, están preocupados los que sí aceptaron los dos canjes de deuda de la Argentina. Pero además un fallo así es leído por grandes compañías que reestructuraron sus deudas. Pensemos en AIG, un gigante. ¿Por qué la Reserva Federal estaba preocupada? Por situaciones como ésa. ¿Qué hay de sustantivo en el fallo de Griesa? Nada. ¿Qué nuevo argumento jurídico? Ninguno. Griesa hizo una declaración política. Es una bravuconada que va en compañía de una indicación peligrosísima: la que pide depositar todo el dinero aunque no haya un fallo definitivo. Es una norma peligrosa para la Argentina. Pero sobre todo es una norma peligrosa para el equilibrio del sistema financiero mundial.

–¿Cuál sería el peligro?

–En finanzas, la preocupación es que un asunto de este tipo se convierta en un tema global. Claro que, a su vez, la Argentina tendrá que usar ese aspecto. La lectura del fallo abre instancias técnicas complejas para la negociación futura. Hay países que están negociando deuda. No es el caso de Grecia pero sí de otros 70 casos. Esa es la cifra de negociaciones en curso con fondos buitre. La discusión es global. Todas las autoridades reguladoras se preocupan siempre por el efecto contagio.

–En este caso, el contagio lo produciría el fallo de Griesa.

–Sí. El peldaño que subió Griesa puede tener efecto nefasto sobre Grecia y eventualmente sobre España. Es muy delicado. Y lleno de adjetivos. Tantos que, para plantarse, la Argentina tendrá que hacer una presentación ante la Corte Suprema de los Estados Unidos al mismo tiempo aguda y firme.

–¿Con qué argumentos, por ejemplo?

–Yo haría hincapié en un hecho: el juez pone en igualdad de condiciones a acreedores atentos y responsables y a acreedores que fueron negligentes ante las oportunidades que les brindó la Argentina para ingresar al canje. Los fondos buitre sabían que iban a una puja cuando la Argentina abrió posibilidades dos veces, no una, con sustento legal y reconocimiento internacional de los fondos más importantes. Los grandes fondos entraron. Incluso ingresaron a los canjes los fondos que habían comprado bonos en default en Italia, Alemania y América latina. Esos fondos tienen reglas de cumplimiento normativo serio muy valoradas en el mercado financiero. Si ellos entraron, el juez no debe tratar en pie de igualdad a los otros, que fueron invitados y no entraron. La Argentina no les cerró las puertas. Al contrario. Se las abrió. Ellos fueron los que dieron un portazo para generar luego condiciones especulativas. También pondría en la presentación las características de la Argentina.

–¿Qué puntos?

–Diría que se trata de una economía en recuperación, que cumplió con los dos canjes, que pagó sus deudas en la moneda comprometida. Son precedentes a favor muy fuertes. Hay que cuidarse de los que, aprovechando el fallo de Griesa, amenazan con dejar sin crédito no sólo a la Argentina estatal sino a la privada. Buscan generar malestar. Quieren generar incertidumbre en relación con el futuro. Lo importante es que la Argentina abrió todas las oportunidades. Tengamos en cuenta un detalle financiero. Un bono tiene un valor de cotización de mercado, que se llama valor facial, y otro técnico. Griesa sólo toma en cuenta la última cotización y procura fijar valores previos a los dos canjes. Así no se negocia ninguna deuda, ni pública ni privada. Por eso la segunda instancia puede darse vuelta.

–¿Y el lobby de los buitres?

–Es activo, como sabemos. Sus abogados se movieron activamente en el Fondo Monetario, en el Congreso norteamericano, en el Banco Mundial. Pero no entremos en pánico. El Ministerio de Economía y las autoridades debieran hacer un esfuerzo por transmitirles a los agentes económicos que el crédito internacional no se va a cortar, que una cosa son los fondos buitre y otra cosa es todo el sistema financiero. Las calificadoras de riesgo opinarán lo que opinen, pero merecen cada vez menos respeto. Estamos frente a maniobras especulativas. Las autoridades debieran evitar que la percepción dominante sobre el tema sea generada por gente que ignora los mercados financieros, los juicios y las negociaciones. Hay que hablar con la opinión pública. Esto no tendrá impacto sobre el crédito y sobre el empleo. Por eso no tiene por qué generar una zozobra innecesaria. Hay que hablar con tranquilidad y colocar a los fondos buitre en su lugar.

–¿Exactamente dónde?

–En su lugar de sectores marginales y fronterizos con actitudes delictivas. La marginal no es la Argentina. Son los buitres. Si yo fuera el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, no estaría tranquilo con el fallo de Griesa. Rajoy ya no proyecta otro recurso financiero como el Bankia, que terminó con sus recursos evaporados. Acaba de pedirle a América latina que invierta. No quiere correr riesgos excesivos porque sabe que los compradores de bonos de alta renta son peligrosos. Y estamos hablando de un político conservador. Por estos motivos señalo que hay elementos para una política inteligente y eficaz. Espero acciones diplomáticas y articulaciones con los otros bonistas que sí entraron al canje y pueden hacer lobbying en los Estados Unidos. Si no, habrá que llegar a la Corte, y mejor llegar bien sólidos y acompañados.

–¿La Argentina tiene chances reales de seguir ese camino?

–Por supuesto. Y no puede dejar sentado este precedente que quiere imponer Griesa. Es muy peligroso para la Argentina y para el sistema que funciona bajo criterios razonables. La Argentina no tiene deuda atrasada salvo los conflictos en el Ciadi, pagó a los inversores privados en moneda extranjera... Griesa ignora la vida cotidiana. No sabe que la Argentina sufrió un huracán que duró años. Con el Sandy, hace poco, los norteamericanos pidieron soluciones urgentes. El Estado las dio. La gente en los Estados Unidos quería la luz. La tuvo. Y en la Argentina lo mismo. Esa fue la reestructuración de la deuda, los canjes y el cumplimiento de los pagos por parte del Estado nacional. Superamos un Sandy gigantesco.

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