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El país|Viernes, 28 de diciembre de 2012
Cristina Kirchner se refirió a los hechos de la semana pasada y responsabilizó a sectores políticos y sindicales

“Es un manual de operaciones políticas para saqueos”

En la Casa Rosada, aseguró que con los saqueos “se intentó hacer una mala copia” de lo que sucedió en otros momentos del país. Hizo una referencia velada a Moyano y apuntó a quienes tienen relaciones con “determinados personajes”.

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La presidenta Cristina Kirchner encabezó un extenso acto en el Salón de Mujeres de la Casa Rosada.

“A los que quieren fabricar incendios, acá tienen a una presidenta brigadista”, señaló ayer Cristina Fernández de Kirchner apuntando a los organizadores de los saqueos de la semana pasada en distintas zonas del país y adjudicó los hechos violentos a “la articulación de sectores de extrema pobreza con sectores políticos y sindicales”. Destacó así los incidentes de la localidad bonaerense de Campana –donde se sindica a un dirigente del gremio de Camioneros como uno de los responsables– porque “es la ciudad con menor desocupación del país, con un tres por ciento”, sosteniendo las denuncias que realizó el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, mientras sucedían los incidentes.

“Lo que se intentó hacer es una versión decadente, una mala copia de lo que sucedió en otros momentos históricos del país. Este es un manual de operaciones políticas para saqueos y destrozos. Hay sectores que tienen prácticas que, al no poder conciliar con los votos, tienen este tipo de actitudes”, aseguró Fernández de Kirchner aludiendo a las jornadas de saqueos de la semana pasada que comenzaron en Bariloche y se replicaron en Rosario y Campana, entre otras localidades. “Se quiso parodiar lo que había sido el 19 y 20 de diciembre cuando el país realmente se incendiaba”, volvió a acusar la Presidenta pero destacó que “los saqueos y la articulación de sectores políticos y sindicales con sectores de marginalidad para provocar este tipo de cosas, esto no tiene nada que ver con la política y mucho menos con el peronismo sino que esto tiene que ver con una suerte de impotencia”, señalando a sectores opositores justicialistas como instigadores de los saqueos.

El discurso formó parte del acto en la Casa de Gobierno en el que la Presidenta inauguró por videoconferencia obras públicas en Balcarce, Entre Ríos y San Juan (ver Página/12) y se hizo entrega de camiones autobomba que se integraron al Plan de Manejo del Fuego de la Secretaría de Medio Ambiente, con la presencia de guardaparques y brigadistas en el Salón de las Mujeres de la Casa Rosada. Además, la Anses anunció la adquisición de 600 mil nuevas netbooks del programa Conectar Igualdad a nueve empresas que operan en el país.

El “manual de operaciones políticas” al que hizo referencia lo ubicó en el final de la presidencia del radical Raúl Alfonsín que provocaron su salida anticipada del gobierno ante los saqueos generalizados. “Fue el primer capítulo y fueron generados por sectores políticos y del PJ”, señaló y agregó: “Yo fui, soy y seré toda la vida peronista, pero antes que peronista soy argentina”, mostrando sus diferencias por aquellas operaciones que terminaron depositando a Carlos Menem en la Casa Rosada en 1989, seis meses antes de lo estipulado.

“Lo mismo ocurrió en el 2001, más allá de los terribles errores políticos, el estado de sitio y la represión a las Madres de Plaza de Mayo. Porque también sabemos cómo se organizó eso, sabemos que empezó en la provincia de Buenos Aires, que pagaba sus sueldos en patacones y ya no daba más”, recordó señalando también a sectores del peronismo que encabezaba en ese entonces el ex gobernador bonaerense Eduardo Duhalde, quienes impulsaron los primeros saqueos.

“Se intentó hacer lo mismo en un escenario social y político que no tiene absolutamente nada que ver”, destacó la Presidenta comparando la situación política y social de 2001 con la actualidad. Contrastó también el escenario con la crisis europea donde “la gente protesta”, pero sin provocar saqueos y destrozos como en España y Grecia. Fue allí cuando emparentó los incidentes con “sectores de extrema pobreza y sectores sindicales”, y apuntó directamente al caso de Campana donde se señaló a un dirigente del Sindicato de Camioneros como uno de los instigadores y organizadores de la violencia. “El primer supermercado que se atacó fue uno que viene sufriendo presiones de un gremio para que los trabajadores” pasen de un gremio a otro, práctica común en el sindicato que encabeza Hugo Moyano. Además consideró “notable” el caso de Campana porque “es la ciudad con menor desempleo del país, que es del tres por ciento”. Así, pidió a “la gente que está en contra, que salga a la calle a protestar, pero que lo hagan en paz. En todo caso que formen un partido político y vayan a elecciones, pero que no utilicen la marginalidad”.

El reclamo presidencial tocó también a intendentes y gobernadores que “tienen fluidas relaciones con determinados personajes, que no hagan las cosas que hacen, porque no les va a servir a nadie y mucho menos a ellos”. Allí aclaró que cuando decía “articulación entre sectores políticos y sindicales”, pedía “a todos y cada uno que muchas veces aprovechan situaciones de internas en cada lugar, en cada sector, veo que hay mucha gente preocupada, algunos gobernadores, algunos intendentes, preocupados por el 2015 y de tanto preocuparse por el 2015 no se ocupan de las cosas que están pasando ahora en el 2012”.

El tiro por elevación fue hacia los jefes municipales y gobernadores que se posicionaron frente al gobierno nacional aliándose a Moyano, pero con serias dificultades de gestión como el santacruceño Daniel Peralta o el cordobés José Manuel de la Sota. Incluso el sayo pudo quedarle a Daniel Scioli en algún tramo. “Los dirigentes políticos, los gobernadores, los intendentes que dan grandes discursos de fe democrática y de apoyo a la Argentina, convencidos de su personaje, que no hagan las cosas que hacen porque no les va a servir a nadie y mucho menos a ellos. Siempre que hay olas aparecen capitanes nuevos, si no, acuérdense de 2001”, insistió. Por lo que concluyó: “En la Argentina nadie se come crudo a nadie, pido a todos mucha tranquilidad y coherencia entre lo que se dice y se hace”.

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