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El país|Lunes, 14 de enero de 2013
La elección de diputados y senadores de los italianos residentes en Argentina

La candidatura de la vedette y el doctor

La hija del actor Juan Carlos Calabró, Ileana Calabró, se postula junto al ex ministro menemista ante el Vaticano, Esteban Caselli. El mediático doctor Claudio Zin aspira a obtener una banca de senador en Italia.

Por Adriana Meyer
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“Voy a revolucionar, a evolucionar”, dice Calabró. Zin ya se había postulado, sin éxito.

Dice que nunca pensó en ser cantante pero la gente la eligió para ese lugar, y ahora quiere probar si la eligen para integrar el Parlamento italiano. La vedette Ileana Calabró es una de las postulantes por el partido Italiani per la libertá en las próximas elecciones legislativas de la Península. La contienda tendrá otro candidato mediático: Claudio Zin –ex funcionario menemista, ex ministro de Daniel Scioli y columnista de temas médicos– que aspira a obtener una banca de senador por el Movimiento Asociativo de Italianos en el Extranjero, conducido por el actual diputado argentino en Italia Ricardo Merlo. Calabró, que desea representar a los cinco millones de italianos residentes en América del Sur, anticipa la prioridad de su propuesta: la pesificación de las jubilaciones. Aunque su notoriedad pública pueda acercarles un puñado de votos, ambos fueron cuestionados por fuentes diplomáticas consultadas por Página/12. “Lo de la Cicciolina no es un ejemplo a imitar”, dijo un alto ex funcionario sobre la postulación de la hija del actor cómico Juan Carlos Calabró.

La primera ganadora de Cantando por un Sueño comparte lista con Esteban “Cacho” Caselli –ex ministro menemista ante el Vaticano y ex funcionario de Carlos Ruckauf en la gobernación bonaerense–, que se postula a senador. Caselli fue quien convocó a Calabró a “ayudar a la gente, que es lo que más me gusta”, según declaró ella. “Si yo me meto en algo es porque cuando me vaya todos van a decir, ‘uh, mirá, esto pasó cuando estaba Ileana, esto cambió por ella’. Voy a revolucionar, a evolucionar y a dejar una marca”, dice Calabró. Y confiesa que le gustaría tener la habilidad oratoria de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que califica como “impecable”. La hija de Calabró cuenta que su papá desconfiaba de sus iniciativas, “pero ahora se dio cuenta de que logro todo lo que me propongo”, y menciona a modo de ejemplo la fiesta del Tiramisú en Mar del Plata, a la que asistieron unas 15 mil personas.

Con una ley que modificó la Constitución italiana se logró dar representación parlamentaria a los casi cincuenta millones de italianos repartidos por el mundo, a los que se destinaron doce bancas de diputados y seis de senadores a elegir en los distritos electorales que corresponden a América del Norte, América del Sur, Australia y el Pacífico, y el resto de Europa. A nuestro subcontinente le asignaron tres diputados y dos senadores, siendo Argentina el país con mayor número de electores del distrito. Esto se explica porque Italia sostiene el jus sanguinis, es decir, la ciudadanía de los hijos de italianos, independientemente de dónde hayan nacido. Para las autoridades de la Península, los hijos de italianos nacidos en Argentina son italianos.

“Era una aspiración de los inmigrantes que no nos consideraran de segunda, que nos dejaran votar, y muchos esperaban que Italia lo organizara diciendo tal día se vota acá, y que los italianos en el exterior empadronados pudieran votar por las listas que se postulan. Pero la ley estableció colegios electorales en el exterior, lo que hizo prevalecer los apetitos locales con ambición y plata suficiente para armar la política en el exterior”, explicó la fuente consultada por este diario. Aunque aclaró que comparte el espíritu del legislador que tomó ese camino, porque “en teoría propiciaba una mayor democracia, y que la emigración mande sus representantes auténticos”, se quejó de que “lamentablemente no siempre llega gente de primera línea para un cargo de relieve y muy bien pago, y algunos que ni siquiera saben hablar el idioma”. Y consideró que “no sería muy respetuoso que el Parlamento reciba a una bailarina de teatro de revista”. Este diario le recordó que la actriz porno Ilona Staller, más conocida como la Cicciolina, fue miembro de ese cuerpo legislativo. “No es un ejemplo a seguir”, respondió.

Ajena a todo cuestionamiento, la vedette Calabró sostiene que viene trabajando hace tiempo “sin partidismo” a través de sus personajes que hablan en italiano, de las costumbres y de las comidas. Fue invitada a participar de las fiestas patronales, y realizó la conducción del acto por los cuarenta años de la República en el teatro Coliseo. Al poco tiempo, le llegó la invitación de Caselli para participar en política. “Sé mejor que nadie sobre las necesidades de los inmigrantes”, afirma ella. Y define que la moviliza “el sentido común, no la política, lo mío es la familia, los valores del ser humano, la mejor calidad de vida para las personas”. Sobre sus méritos para el cargo dice que “si la gente me elige es porque estoy capacitada y si Dios me pone esto en el camino es por algo, no busqué este lugar sino que me lo ofrecieron, y mucho se lo debo a Marcelo Tinelli”.

En tanto, el doctor Zin declaró: “Somos el único movimiento independiente con representación en todo el mundo vinculado con italianos en el exterior, no tenemos relación con los partidos políticos italianos que desde hace tiempo se olvidaron de los italianos que viven fuera de su país”. Nacido en la ciudad de Bolzano, en 1945, Zin va por la revancha dado que en su anterior postulación por la Unión Democrática Cristiana, partido que definió como “de derecha, moderado y cristiano”, no le alcanzaron los votos. Su nombre se hizo público por primera vez en 1993, cuando explicó cómo era la cirugía de carótida que se le practicó al entonces presidente Carlos Menem, en su condición de integrante del staff del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires. Y así, poco a poco, se convirtió en especialista en divulgación científica en los medios audiovisuales, tarea que alternó con el cargo que le dio el riojano como director de comunicación de la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica). Casado, con cuatro hijos, llegó a la Argentina a los 5 años y volvió a Italia a los 15, hasta que se radicó finalmente en el país. Se especializó en nefrología, medicina interna y medicina legal. En 2007 publicó el libro Lo que hay que saber para mantenerse sano. Durante el primer gobierno de Daniel Scioli fue ministro de Salud, hasta que renunció en diciembre de 2009 en coincidencia con el avance de la causa conocida como “la mafia de los medicamentos”, escándalo por el cual le había pedido la renuncia a su número dos en el ministerio. En ese momento, Zin declaró que se iba porque “estaba harto de la política”.

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